CHAMPIONS LEAGUE bayern-inter
Milito abre la puerta grande a Mourinho
Dos golazos del argentino dan la Champions al Inter 45 a?os despu¨¦s. El Bayern domin¨® m¨¢s, pero tuvo menos pegada. Brillant¨ªsima actuaci¨®n de Sneijder y Robben frente al palco de Florentino.
Jos¨¦ Mourinho, al que el Madrid vio ayer como t¨¦cnico del Inter en comisi¨®n de servicios, abri¨® la puerta grande del Bernab¨¦u con una faena de oficio, de m¨¢s inteligencia que est¨¦tica, pero meritoria en cualquier caso. Diego Milito, que emergi¨® como un delantero de cinco estrellas, le sac¨® a hombros de la que ser¨¢ su plaza. En cualquier caso, el portugu¨¦s reina en Europa y eso le da lustre a la elecci¨®n de Florentino, al que la brillantez de Sneijder y Robben pusieron en un aprieto.
Mourinho ha hecho del Inter un equipo dif¨ªcil de apresar. Aparenta batirse en retirada permanentemente y en un segundo gira la cabeza y tumba al perseguidor. La maniobra sorpresa est¨¢ encomendada a Sneijder, cuyo papel de primer actor en el equipo italiano aliment¨® el morbo en la final del Bernab¨¦u. A espaldas del holand¨¦s queda una gran organizaci¨®n sin un asomo de talento. Buenos y honrados funcionarios del juego Cambiasso y Zanetti, expertos centrales Samuel y Lucio, doliente Chivu ante un Robben de v¨¦rtigo y cohibido y sin samba Maicon en la derecha.
En los costados quedan Etoo y Pandev, extremos por accidente, sin desborde, velocidad ni vocaci¨®n. Un desperdicio. Al camerun¨¦s se le pide faena, incluso, en los terrenos del 2. Su olfato no sirve donde no hay nada que oler. Pero delante est¨¢ Milito, asesino silencioso, hermanado con Sneijder, de picadura letal. Un hipop¨®tamo con cabeza de serpiente result¨® el Inter de Mourinho ante el Bayern, que en otros tiempos fue el mism¨ªsimo Satan¨¢s en este estadio.
El Bayern, s¨®lo de lejos
Los alemanes tuvieron m¨¢s vigor, ensancharon el campo, buscaron a Robben y Altintop en las bandas y murieron en la frontal del ¨¢rea. No les sac¨® del atasco ni ese disparo lejano que siempre fue m¨¢s alem¨¢n que la Volkswagen. Lo intent¨® Robben con su pierna buena que result¨® la equivocada para la posici¨®n en la que se encontraba; probaron tambi¨¦n Altintop y Van Bommel. Repiti¨® el holand¨¦s con esa rosca inteligente que va a la yugular de la escuadra. Nada que de verdad apretara a Julio C¨¦sar.
El Inter lleg¨® menos, pero tuvo precisi¨®n de cirujano. La materia prima de su primer gol fue un saque de Julio C¨¦sar. Lo mat¨® de cabeza Milito hacia Sneijder, midi¨® los tiempos el holand¨¦s para poner al argentino ante Butt y ¨¦ste desmay¨® al portero con un amago y le super¨® por alto. Le devolvi¨® luego el favor a Sneijder, pero el holand¨¦s es mejor con la muleta que con el estoque.
Ocasiones perdidas
Ese 1-0 oblig¨® al Bayern a bombardear la roca. Y por momentos la hizo temblar. Muller estrell¨® un mano a mano en los pies de Julio C¨¦sar, Cambiasso salv¨® de cabeza una volea del joven alem¨¢n y el meta brasile?o firm¨® la estirada de la noche ante otro zurdazo inteligente de Robben, a esas alturas alfa y omega del Bayern. Y as¨ª lo entendi¨® Mourinho, que libr¨® de su condena a Chivu y puso all¨ª a Zanetti, por ver si la sobredosis de oficio era capaz de frenar al ex madridista.
El Inter puso la espalda contra la pared sin irse al suelo y sac¨® entonces la mano definitiva. Etoo busc¨® a Milito en la izquierda. El argentino limpio a Van Buyten con un fabuloso golpe de cadera hacia adentro y abri¨® su disparo al palo largo para el 0-2. Una obra de arte esculpida sobre un s¨®lido y poco vistoso bloque de acero. Al fin, Massimo Moratti, 45 a?os despu¨¦s, recuperaba el imperio que levant¨® su padre, Angelo, en el f¨²tbol continental.