final copa del rey | atl谷tico 0 - sevilla 2
Sombrerazo al Sevilla
El Sevilla, campe車n, suma su sexto t赤tulo en cuatro a?os. El sombrero de Del Nido gan車 al esp赤ritu del doblete en una final que baraj車 sus cartas en un primer cuarto de hora trepidante en el que los dos equipos jugaron desatados y el ritmo fue arrollador. En esa r芍faga de f迆tbol salvaje y hermoso lleg車 el gol de Capel y ah赤 cambi車 el partido. El Sevilla tard車 pero termin車 por someter el tempo y se defendi車 con mucha seguridad ante un Atl谷tico que lo intent車 con sus estigmas habituales, poco f迆tbol y el cansancio acumulado en una temporada de 64 partidos, y que esta vez no encontr車 la chispa 谷pica de Hamburgo antes de que Navas matara la final en el descuento. Los de Quique se conforman con la Europa League, Antonio ?lvarez devuelve al Sevilla a los focos y la gloria.

Era la final del sombrero contra el doblete, la colisi車n de sue?os todos de rojo y blanco y todos hermosos. Camp Nou de gala y ambiente maravilloso en una fiesta que, entre calendario y sistemas fallidos de competici車n, no es hasta la final que nos recuerda lo imponente que es. Gan車 el Sevilla y quiero creer que muchos, tantos (en plantilla, afici車n, directiva...) miraron al cielo y se quitaron un nudo que ha vivido casi tres a?os en sus gargantas. Un proyecto lustroso (cinco t赤tulos casi en fila) que zozobr車 de pura pena con la muerte de Antonio Puerta. Si en M車naco ante el Mil芍n el homenaje no incluy車 victoria, esta vez s赤. Y, casualidad o no, el gol que descerraj車 la final lo marc車 Capel, que lleva la camiseta con el n迆mero... 16.
Si es una Copa por 谷l, un t赤tulo para saldar al menos una peque?a cuenta con todo aquello tan injusto que tiene la vida, d谷mosla por buena. El Sevilla fue justo campe車n, el Atl谷tico fue honorable y orgulloso duelista. Gan車 el esp赤ritu de Puerta, el sombrero de Del Nido y ganaron los goles de Capel y Navas. El Atl谷tico, mientras saca brillo a la Europa League, no deber赤a estar triste, no m芍s de lo justo: ha aprendido el camino, ha probado el veneno y en sus manos est芍 trabajar para volver, para enterrar para siempre el fatalismo y el 'qu谷 manera de palmar' ahora que lo ha puesto en v赤as de extinci車n.
Acontecimientos pasados, recientes o no tanto, marcaron las coordenadas de la final. Parec赤a un trofeo destinado al Sevilla despu谷s de la forma en la que sorte車 al Barcelona y sobrevivi車 a una tormenta azulgrana casi perfecta en la segunda parte del Pizju芍n, despu谷s de que Palop les aupara tambi谷n ante un Getafe superior. Parec赤a una Copa del Sevilla y lo fue, poco despu谷s de asegurar la Champions de forma milagrosa y justo en el d赤a en el que se miraba a un espejo. Los dos equipos comenzaron el a?o con entrenadores de la casa que ya no est芍n (Abel, Jim谷nez). Los dos sobrevivieron a la frustraci車n de la Champions (el Atleti antes y con mejor desenlace) y los dos llegaban con el f赤sico justo y las fuerzas en conserva. Los dos con un 4-4-2 similar, los dos con problemas de creaci車n, despistes atr芍s y veneno en las bandas (Reyes contra Capel y Navas) y arriba (Kanout谷 y Negredo contra Kun y Forl芍n).
Como los dos equipos son m芍s de pegar que de insinuar, el gui車n estaba en manos de un golpe del destino. Y los dos equipos lo buscaron en un maravilloso primer cuarto de hora que fue pura Copa: contactos, velocidad, los ataques ganando a las defensas, el bal車n atravesando la divisoria como un rel芍mpago. Cada jugada parec赤a, tan pronto, dispuesta a cambiar el mundo, cada bal車n que llegaba al Kun escond赤a una revoluci車n y cada acci車n que pasaba por Capel y sobre todo Navas era una pel赤cula del Oeste, forajidos a la carrera. Fue el primero, el n迆mero 16, el que en el minuto cinco tuvo vista para iniciar una jugada y arrestos para seguirla hasta citarse con el bal車n en la corona del 芍rea y remacharlo a gol con un disparo seco y colocado. En ese ca?onazo, en sus botas, estaba la final de la Copa del Rey. Ya no hubo m芍s goles hasta el descuento. Hubo empuje, faltas, una tangana, enroques t芍cticos, presi車n del Atl谷tico y contras del Sevilla hasta aquella en la que Navas, casi por justicia po谷tica, sentenci車 el partido y puso firma a su (otro m芍s) partidazo. Era que esta Copa era del Sevilla y era que el Atl谷tico hab赤a agotado las musas en aquella pr車rroga de Hamburgo que est芍 todav赤a tan fresca pero que est芍 ya en los libros de historia. Era... y fue.
Zokora forja el escudo sevillista
Al gol le siguieron muchos minutos todav赤a hist谷ricos. El Atl谷tico, en la misma jugada, estrell車 hasta tres empates contra una muralla m車vil de jugadores sevillistas y el toque de corneta colchonero, su 迆nico plan mientras tuvo gasolina, convirti車 la igualada en una amenaza muy real hasta que el Sevilla dom車 por fin el partido y se parapet車 en torno a un sistema de hierro en el que el capit芍n general era un Zokora plet車rico. Hasta el descanso, antes del pen迆ltimo latigazo Atl谷tico, el partido estuvo inclinado hacia Palop pero dentro de un gui車n que el Sevilla quiso y supo gestionar. Reyes fue al suelo cada vez que intent車 entrar en ritmo, Forl芍n no encontr車 remates salvadores y Ag邦ero estuvo s車lo, sobrado de f迆tbol y justo de fuerzas. Su mejor, casi su 迆nica compa?赤a eran las entradas por la derecha de Ujfalusi. En el centro del campo nada de elaboraci車n, escasos argumentos para invertir una situaci車n que se volv赤a peliaguda con el paso de los minutos.
En el segundo tiempo el Atl谷tico muri車 con las botas puestas, pero muri車. Se volc車 de salida, cogi車 aire en minutos nerviosos de galopadas sevillistas y se lanz車 a una carga final ciega de furia y 谷pica, pero tambi谷n de f迆tbol y pulmones. Negredo indult車 a De Gea antes de irse al banquillo y la defensa del Sevilla le quit車 al Kun el remate del empate. El Atl谷tico ya circulaba sin correas y con Jurado filtrando juego entre l赤neas. La moneda volvi車 a estar en el aire y result車, otra vez, cara para el Sevilla. Navas se llev車 una contra ante el susto de Perea y defini車 ante De Gea con su 迆ltimo aliento, en el minuto 91.
Fue el epitafio la final. Ah赤 se dio de bruces contra la realidad un Atl谷tico que por lo dem芍s no asumi車 nunca la derrota y exprimi車 con orgullo lo que tiene, que a veces parece muy poco y unas cuantas parece mucho. Pero la Copa, al final lo comprendimos todos, era del Sevilla desde que Messi se estrell車 con Palop en la vuelta de octavos. Era del Sevilla por Puerta, por el n迆mero 16 y por la vuelta a la senda de las victorias, espero que ya sin nudo en la garganta pero siempre mirando al cielo. Acab車 el partido y llor車 de alegr赤a un Sevilla heroico en la victoria y llor車 de pena un Atl谷tico noble en la derrota. Y cantaron las dos aficiones. Porque as赤 es la Copa y as赤 la gran fiesta del f迆tbol espa?ol aunque a veces calendarios y sistemas la secuestren. Brill車 el Camp Nou, muri車 el partido emocionante hasta el final y gan車 el Sevilla. Sombrero de Copa.