champions league | barcelona 4 - arsenal 1
Messi Club Barcelona
El Barcelona est芍 a dos pasos, dos partidos contra el Inter, de la gran final del Santiago Bernab谷u. Y lo est芍 gracias a Messi, que sofoc車 la rebeli車n del Arsenal con una exhibici車n de f迆tbol majestuosa. Lo hizo todo en la remontada, puso el alma y el peligro primero y marc車 los cuatro goles despu谷s. Devor車 a un rival que jug車 contra natura a no dejar jugar sin saber que eso con Messi es, a veces, literalmente imposible. El gol de Bendtner pas車 de susto a an谷cdota en dos minutos, lo que tard車 en comenzar el festival Messi. El resto fue una coreograf赤a de imaginaci車n, regates, goles, liderazgo... puro f迆tbol.

Si lo inefable es lo que no se puede explicar con palabras, Messi ya es inefable. Y si el f迆tbol es car芍cter y seda, hambre y arte, Messi es el f迆tbol. Messi es absoluto y a veces todopoderoso; O lo parece. En esas ocasiones es un equipo: Messi Club Barcelona. As赤 es este Bar?a, que a veces mata con exhibiciones corales y juego de geometr赤a po谷tica y otras se pone en manos de un jugador que es hoy por hoy superior, excelso y letal. Un asesino que pinta Picassos, un ejecutor que maneja ya todos los hilos del juego en ruta a convertirse en el jugador total por pura definici車n.
La realidad fue tozuda con Arsene Wenger, que se qued車 en cuartos porque se qued車 sin respuestas. Apocado por el torbellino azulgrana que pas車 por Londres una semana antes y enredado en una definitiva mara?a de ausencias en todas las l赤neas y en todos los roles (Gallas, Song, Van Persie, Arshavin, sobre todo Cesc F芍bregas), el franc谷s plante車 un partido muy ingl谷s. Un Arsenal contra natura jug車 sin bal車n, encim車 con energ赤a y busc車 el fallo en la salida de Milito o Busquets. Apost車 por desconectar al Barcelona y esperar un segundo de confusi車n, un safari de caza concentrado en una jugada. Y, como el f迆tbol suele ser inescrutable, el Arsenal lo tuvo. Y, aunque parezca estramb車tico a la vista de los 180 minutos de la eliminatoria, el Arsenal estuvo clasificado para semifinales durante... dos minutos. En el 18 marc車 Bendtner. En el 20 Messi comenz車 un ejercicio de relojer赤a celestial que devolvi車 el cosmos a su orden natural y puso al Barcelona en semifinales donde espera el Inter. Mourinho, Etoo, Motta, Sneijder... el Inter.
Cuando el Barcelona luce menos en lo colectivo, la figura de Messi se ilumina hasta lo monstruoso. Porque el Bar?a salt車 al Camp Nou sin la ira po谷tica de Londres. Control車 y mand車 desde el saque inicial pero mir車 la calculadora, evalu車 al rival, reflexion車 demasiado sobre su te車rica superioridad. Wenger esta vez s赤 tapi車 las bandas y quiso asfixiar a Xavi y la circulaci車n sangu赤nea del Barcelona con presi車n y faltas. En esa suerte brill車 Diaby que entr車 duro hasta que en un robo que pudo ser falta se mont車 una contra en la que Walcott regal車 el 0-1 a Bendtner, que marc車 tras la ya infaltable intervenci車n de Vald谷s. P芍nico en el Camp Nou con la eliminatoria cuesta arriba despu谷s de las alabanzas de la ida y a pesar de la salida mandona de la vuelta. P芍nico... de dos minutos.
Porque Wenger at車 cabos pero no pudo, nadie puede, gobernar lo ingobernable. Antes del gol, Messi avis車 con dos disparos, uno que par車 Almunia y otro que roz車 la escuadra. Despu谷s entendi車 a la velocidad de la luz que el partido y la eliminatoria eran responsabilidad suya. Mientras el Arsenal celebraba su golpe de suerte y sus compa?eros recompon赤an la figura, 谷l tuvo tiempo para montar un ataque y aprovechar un mal despeje de Silvestre para romper el bal車n en la escuadra. Un gol de f迆tbol y rabia, como una celebraci車n incontenible que fue un mensaje al equipo y al Camp Nou: seguidme. Simplemente seguidme.
Desde ah赤 hasta el descanso, la exhibici車n alcanz車 por en谷sima vez (Valencia, Zaragoza, Stuttgart...) tintes maradonianos. Mientras los dem芍s discutimos si la comparaci車n define o ruboriza, 谷l marca cuatro goles y decide eliminatorias de Champions en un pu?ado de minutos. El segundo culmin車 una jugada estilo Bar?a que Abidal puso en el coraz車n del 芍rea. El Arsenal hab赤a respondido al primer gol con compostura y sometiendo el partido al gui車n inicial. Pero cuando lleg車 el tercero, el equipo ingl谷s cay車 como una torre de naipes golpeada por un hurac芍n de realidad. Hurac芍n azulgrana, hurac芍n Messi certificado por una cabalgada tras dejada de Keita que le situ車 ante Almunia, al que super車 con la categor赤a del genio y la intenci車n del jugador que se divierte, que quiere seguir jugando cuando el partido se acabe y las luces se apaguen.
El primer tiempo de Messi fue estratosf谷rico. Dirigi車 la presi車n defensiva y apareci車 literalmente en todas las zonas del campo, conduciendo, driblando y rematando. Messi inici車 las jugadas y Messi las acab車. No import車 que Xavi estuviera simplemente correcto y que Alves contribuyera menos de lo habitual. Un jugador, sin m芍s ayuda que la imprescindible, hab赤a derribado toda resistencia rival. Un rey entre peones entre los que sobresalieron Milito, que hizo -totalmente recuperado- de Puyol, y Busquets, otra vez sobresaliente en el centro del campo. Abidal o Keita pusieron su grano de arena. Peones, alfiles, torres... pero el rey fue Messi. Jaque mate.
La segunda parte escenific車 la superioridad del Barcelona, m芍s colectivo pero siempre a hombros de Messi, que hizo adem芍s del cuarto gol las mejores jugadas ya como delantero centro (Tour谷 entr車 por un Bojan de poca presencia), los mejores regates y hasta una asistencia de pillo a Pedro, que remat車 fuera ante Almunia. El Bar?a, por fin confiado y enchufado, sigui車 presionando a ritmo de zafarrancho de combate y empez車 a hilvanar su estilo de triangulaciones gigantes y supers車nicas. El Arsenal, disminuido y sin respuestas en el banquillo, fue la v赤ctima necesaria de otro ejercicio de gobierno de un Barcelona que vivi車 sin m芍s susto que un remate al palo de Bendtner en fuera de juego y sin m芍s mala noticia, muy mala, que la lesi車n de Abidal, que se volvi車 a romper. Por el contrario, porque Dios aprieta pero no ahoga, volvi車 a jugar Andr谷s Iniesta.
En el tramo final el Arsenal se sostuvo, ya sin fe, a duras penas. Entonces pareci車 heroico haber sobrevivido tanto tiempo en una eliminatoria de la que pudo quedar desterrado en los primeros minutos de la ida, cuando fue aniquilado en su propia casa. Su resurrecci車n posterior apenas puso pimienta a un partido de vuelta que no existi車 m芍s all芍 de las botas y la figura de Leo Messi, que marc車 el cuarto en la recta final para enmarcar unos minutos jugados entre 'ol谷s' y ovaciones para todos; La mayor赤a para Leo Messi, claro. Un jugador excepcional que parece estar escribiendo un cap赤tulo de la historia del f迆tbol cada vez que salta al campo. Un peligro para los rivales, el siguiente en Champions el Inter, y una delicia para el Barcelona, que sin 谷l es mucho pero con 谷l es pluscuamperfecto, un campe車n a dos partidos, una eliminatoria, de defender corona en la gran final. F芍cil, dif赤cil, duro, probable... posible. Con Messi todo es, siempre, posible para el Bar?a. Messi Club Barcelona.