El Barcelona ni duda ni falla

El Barcelona ni duda ni falla y prosigue su inmaculado camino por esta Liga, en la que cuando se acaricia el final de la primera vuelta todav¨ªa no sabe lo que es perder. Los rivales esperan un tropiezo con la misma esperanza que uno tendr¨ªa de que le lloviera en el desierto. El campe¨®n alimenta las ilusiones de sus perseguidores con alg¨²n empate aislado, que abre debates que se cierran al partido siguiente. Las musas que inspiraban al Barcelona la temporada pasada quiz¨¢ no visitan ahora con la misma frecuencia el Camp Nou, pero incluso as¨ª, la inspiraci¨®n del Barcelona es muy superior a la media.

Del Barcelona s¨®lo dudan los dem¨¢s, pero nadie que est¨¦ dentro del equipo. Quiz¨¢ por eso nunca renuncia a su estilo, incluso en las situaciones m¨¢s comprometidas, cuando el camino se empina y en lo alto aparece Palop para empujarle cuesta abajo y obligarlo a volver a empezar a cada poco. No se desespera, sigue la trayectoria trazada, sin dudar ni un instante y con la confianza de que encontrar¨¢ la soluci¨®n a cualquier problema, por dif¨ªcil que parezca. Unas veces hallar¨¢ la respuesta de la mano de la fortuna, como el gol en propia puerta de Escud¨¦, pero la mayor¨ªa de las veces llegar¨¢ a ella gracias a su forma de entender el juego, como el tanto conseguido por Pedro despu¨¦s de un genial pase de Xavi, el mejor creador del mundo, o los dos de Messi ya al final. Cuatro goles que le sirven al Barcelona para ser campe¨®n de invierno, lo que no garantiza el t¨ªtulo al final, pero s¨ª indica que est¨¢ haciendo bien las cosas.

El Barcelona domin¨® con claridad, no pas¨® apuros y tuvo el bal¨®n, pero a diferencia de la temporada pasada, cuando lo hac¨ªa circular con una velocidad y precisi¨®n insuperables e inalcanzables para el resto de la humanidad, ahora lo mueve con un exceso de parsimonia que condiciona todo su juego y facilita el trabajo defensivo del rival. Ah¨ª s¨ª se nota que este Bar?a ha perdido frescura en el juego y s¨®lo ah¨ª se adivina una peque?a grieta en esta m¨¢quina casi perfecta. Pues pese a todo, pese a que no fue el mejor encuentro del Barcelona, el Sevilla se fue del Camp Nou con un 3-0. Y no fueron m¨¢s porque Palop estuvo simplemente espectacular.

Dijo alguien una vez que lo mejor de los entrenadores es que el otro equipo tambi¨¦n tiene uno. Manolo Jim¨¦nez tuvo la consideraci¨®n de devolver a Pep Guardiola el favor que ¨¦ste le hizo en la ida de su eliminatoria de Copa del Rey. Present¨® Jim¨¦nez un desconocido centro del campo, que entorpeci¨® la circulaci¨®n del bal¨®n del Bar?a, pero que apenas cre¨® juego.

La pelota fue siempre del Barcelona y hasta Henry apareci¨® m¨¢s que de costumbre, y es que cuando en este equipo no te ofreces, no te muestras, en definitiva, cuando apenas aportas nada, quedas en evidencia de forma clara. La dignidad, la verg¨¹enza deber¨ªan impedir que se escondiera, aunque sus mejores d¨ªas est¨¦n ya lejanos. No fue de los peores d¨ªas del franc¨¦s, que acab¨® sustituido por Pedro, que cada minuto que est¨¢ sobre el c¨¦sped reclama con m¨¢s fuerza su titularidad.

Resisti¨® el Sevilla hasta el descanso, cuando Jim¨¦nez deshizo lo hecho de inicio y dio entrada a Duscher y Capel por Marc Valiente y Jos¨¦ Carlos. Los beneficios de estos cambios nunca los sabremos, porque sin apenas tiempo para que ajustara sus piezas lleg¨® el primer tanto del Bar?a. Un autogol de Escud¨¦. Messi abri¨® a M¨¢rquez, situado como un improvisado extremo y el mal remate de Piqu¨¦ a pase del mexicano fue convertido en gol por Escud¨¦.

A partir de ah¨ª el Barcelona camin¨® cuesta abajo y todo lo que se le neg¨® en el primer tiempo lo encontr¨® en el segundo. Pedro aument¨® la distancia en el marcador a los 70 minutos y Leo Messi firm¨® un doblete ya al final. Nadie se acord¨® de la lesi¨®n de Puyol, que no pudo salir tras el descanso y fue reemplazado por M¨¢rquez, ni del gol anulado con justicia a Ibrahimovic por fuera de juego, ni de que Guardiola mand¨® a su Chigrinskiy a la grada.

No hubo opci¨®n para el Sevilla. La superioridad del Barcelona fue abrumadora, que vivi¨® en el campo del rival casi todo el encuentro. Parece tan f¨¢cil lo que hace el Bar?a que muchas veces no reparamos en lo complicado que es.