LIGA DE CAMPEONES | Marsella 1 - Real Madrid 3
El Madrid celebra los goles de Cristiano
Cristiano Ronaldo marc車 dos goles, el primero de un buen lanzamiento de falta, y acab車 con el Marsella, al que le sobraron patadas y le falt車 f迆tbol. El portugu谷s suma seis tantos en Liga de Campeines. Albiol logr車 el segundo del Madrid y Lucho hizo el de los franceses. El argentino fall車 un penalti. El Madrid se clasifica para octavos como primero de grupo.
![<b>CONTENTO.</b> A Cristiano Ronaldo se le vio contento por sus goles y el del Albiol.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/KLARKZVDJZLQVO4NAYVLJAPA4U.jpg?auth=5cd68914c53235ec0bd046dc93cf4cb0bc46b0bb7d5c54e8734e4878a8bd4a31&width=360&height=203&smart=true)
El Real Madrid sobrevivi車 a la batalla que le plante車 el Marsella, un conjunto sin f迆tbol, que cuando discute se olvida del bal車n y no mira a los ojos del rival, sino a los tobillos. Plantearon los franceses un partido 芍spero, de esos que no admiten actitudes t赤midas y descubren a los que todav赤a son ni?os en un mundo de adultos. No se arrug車 el Madrid, plant車 cara al Marsella, aguant車 las muchas patadas que permiti車 el mediocre 芍rbitro Stark, esquiv車 otras y se garantiz車 la clasificaci車n para octavos de final como primero de grupo. Le bastaron un buen gol de falta y otro de oportunista de Cristiano y una inesperada aparici車n de Albiol en ataque para ganar el combate, porque eso es lo que fue el encuentro. Todo el Madrid celebr車 la clasificaci車n y los goles del portugu谷s.
El partido fue una penitencia para los buenos aficionados y requiri車 grandes dosis de paciencia para seguirlo con atenci車n de principio a fin. No se habl車 de f迆tbol, ni en el c谷sped ni en la grada. Fue otra cosa, sin que uno se atreva a definirlo con acierto. El Marsella reparti車 palos a los rivales y pelotazos sin sentido, como si de un prehist車rico conjunto brit芍nico se tratara. A eso se reduce su juego y ya estamos siendo generosos calific芍ndolo as赤. Y si lo que se vio en el c谷sped fue un horror, lo que sucedi車 en la grada fue lamentable. Punteros l芍ser, petardos y lanzamiento de todo tipo de objetos. Y los futbolistas del Madrid como objetivo. Inadmisible. Pero es Marsella, es Francia, y la UEFA que dirige Michel Platini no intervendr芍. Si lo hiciera ser赤a noticia.
El Madrid supo adaptarse a este ambiente tan hostil y aunque su f迆tbol est芍 lejos de ser brillante y est芍 tomando un peligroso tono gris, tiene la suerte de contar con Cristiano Ronaldo, un futbolista sublime, desequilibrante y al que s車lo Messi le puede discutir su condici車n de mejor jugador del mundo. Ellos dos dominan este deporte con una autoridad indiscutible. Para unos ser芍 mejor Cristiano y para otros lo ser芍 Messi. Lo que es incuestionable es que son los m芍s grandes.
Los dos 迆ltimos partidos han despejado las pocas dudas que hab赤a sobre el tema. Cristiano Ronaldo va por un camino y el resto del equipo por otro. Para lo bueno y para lo malo. Le sobra vedettismo, algunos adornos y ciertas actitudes, como no celebrar los goles de sus compa?eros, pero los goles se le caen a pu?ados y en los pocos m芍s de tres encuentros que ha disputado en Liga de Campeones ha marcado seis. Juega a una velocidad superior a sus compa?eros y cuando 谷l est芍 en el campo el Madrid es otro. Su f迆tbol sigue estando lejos de la excelencia, pero gana los partidos. Con Cristiano en el campo y en plena forma es m芍s dif赤cil que pierda el Madrid. El potencial ofensivo del portugu谷s maquilla las arrugas del conjunto.
Apareci車 a los cinco minutos para marcar de falta. Un buen gol al que alguien siempre encontrar芍 una pega para ponerle. Cuando Cristiano lanza una falta, los porteros parecen peores. A lo mejor resulta que m芍s que dem谷rito de los guardametas es m谷rito del portugu谷s.
Recompuso su maltrecha figura el Marsella y empat車 apenas cinco minutos despu谷s. Taiwo super車 con facilidad en carrera a Ramos, puso el bal車n para que cabeceara Brandao y entre Albiol y Arbeloa facilitaron el gol de Lucho. No pudo defender peor el Madrid esa acci車n. Por suerte para ellos, jugadas como esa el Marsella s車lo las firma cada muchos partidos. Asust車 poco despu谷s, pero el gol de Brandao estuvo bien anulado por fuera de juego.
Surgi車 entonces la amenazante figura de Cristiano, que siempre aparece cuando su equipo parece m芍s despistado. Un espectacular remate suyo de cabeza se estrell車 en el poste y entre Higua赤n, Pepe y Ramos fueron incapaces de rematar con acierto en el 芍rea peque?a.
De ah赤 descanso la pelota viaj車 sin rumbo fijo de un campo a otro, sin que nadie fuera capaz de poner un m赤nimo de pausa y cordura. El combate, como ya qued車 apuntado, era sin bal車n. Hubo alguna arrancada aislada, como la de Marcelo ya en el tiempo a?adido. Reclam車 penalti el brasile?o, quien entendi車 que fue desequilibrado al golpear un bal車n ya dentro del 芍rea. No hubo falta.
El desolador panorama no mejor車 despu谷s de pasar por los vestuarios. El paso de los minutos calm車 la efusividad del Marsella, que cuando se vio de nuevo por debajo en el marcador no encontr車 argumentos para revertir la situaci車n. Un cambio de juego de Higua赤n, en lo poco bueno que hizo en toda la noche, dej車 a Marcelo frente a Mandanda, que despej車 el tiro del brasile?o, quien no vio o no quiso ver a Van der Vaart. En el c車rner lleg車 el gol de Albiol, que aprovech車 un bal車n suelto en el 芍rea, y dada la ceguera ofensiva del Marsella ah赤 pareci車 acabarse el encuentro.
Sin embargo, Casillas no era de la misma opini車n y cometi車 un penalti tan absurdo como claro sobre Niang, que sali車 con el hombro maltrecho del choque y se tuvo que retirar. El Marsella no acept車 el regalo y el lanzamiento lo mand車 Lucho al larguero.
Movi車 piezas Pellegrini, que dio minutos a Benzema y Ra迆l, sustitutos de Higua赤n y de Van de Vaart, que complet車 un encuentro m芍s que decente. No se notaron los cambios y los nuevos apenas aportaron nada, como tampoco lo hizo despu谷s Diarra cuando entr車 por Xabi.
Al final, como al principio, el protagonismo estuvo reservado para Cristiano. Despu谷s de un buen pase de Lass, Cristiano, Diawara y Mandanda chocaron en su lucha por el bal車n, que qued車 suelto y el portugu谷s, m芍s listo que nadie, marc車 a puerta vac赤a. Partido cerrado definitivamente y el Madrid, clasificado para octavos como l赤der de grupo.