Goitia apaga un gran incendio

Mucha gente en el Betis creer¨¢ que llevan raz¨®n cuando le achacan los malos resultados de su equipo a determinados ¨¢rbitros o incluso hasta a las c¨¢maras del Plus. Es cierto que con este canal televisivo se da la casualidad de que el Betis no le gana a nadie, est¨¦ en la categor¨ªa que est¨¦, pero bien har¨ªan esos eruditos del f¨²tbol en mirar sus propios defectos. S¨®lo es necesario ver uno de los ¨²ltimos partiditos de los pupilos de Tapia para comprobar que lo de pensar en el ascenso es como un chiste sin gracia. De los que te cabrean m¨¢s que hacerte re¨ªr. Ayer le salvaron unos minutos de psiqui¨¢trico para no ver in situ una de las mayores broncas de la historia. Eso a?adido al gol de Sergio Garc¨ªa y tres intervenciones magn¨ªficas de Goitia (esta vez s¨ª estuvo de diez). Porque es incre¨ªble que el Celta no se llevara los tres puntos del Ruiz de Lopera. Lo tuvo en sus manos cuando quiso, pero luego le falt¨® apuntillar al rival. Y un poco de acierto en los metros finales, lo suficiente como para marcharse de Sevilla con pena. Porque el peligro sigue llamando a sus puertas.

Todo empez¨® de lujo para el Celta, muy c¨®modo sobre el campo y con Trashorras como jefe. Cada jugada pasaba por las botas del ex de Las Palmas, que asust¨® a Goitia con un disparo desde la frontal. El equipo de Eusebio se sent¨ªa ganador desde el principio, pero luego se dio de cuenta de que este Betis renace de la ¨²ltima ceniza. Como no lo machaques, sobrevive. Y as¨ª fue, a pesar de que en Heli¨®polis ya comienzan a estar hartos de que su equipo no lleve la voz cantante en los partidos y lo que es peor, se sienta inferior a muchos rivales, tengan el nombre que tengan. Y eso, para este Betis, es imperdonable.

El primer chillido de la grada s¨®lo fue un aviso para navegantes, porque poco despu¨¦s el malestar se convirti¨® en bronca. El Celta observ¨® que el Betis no es tan fiero como lo pintan y crey¨® en su f¨²tbol m¨¢s que nunca. En otro bal¨®n a¨¦reo, una de las numerosas carencias de los de Tapia (deber¨ªa replantearse ya seriamente la forma de jugar), Arzu cometi¨® penalti, o eso vio Gardeaz¨¢bal G¨®mez, y Trashorras no perdon¨® ante Goitia. En esa jugada se vio lo inoperante e inocente que es este Betis: no hubo ni una protesta al ¨¢rbitro. S¨®lo la grada, la que de verdad est¨¢ activa, recrimin¨® esa jugada clave. Mientras, el Celta iba a lo suyo, al ritmo de Trashorras. Y es que demasiado tienen ya en Vigo como para consolar las penas de los contrarios.

Quiz¨¢s ese gol cambi¨® el chip de los locales, pero menos de lo esperado. Porque s¨®lo basta un correcalles sin rumbo para que el Betis cree peligro y lleve el genio a la grada. En una acci¨®n de Rodri, Sergio Garc¨ªa golpe¨® al aire cuando muchos ya ve¨ªan el empate. Fue la ¨²nica jugada que intimid¨® al Celta en la primera mitad, poco antes de que el Ruiz de Lopera rugiera con los suyos y ense?ara esos pa?uelitos blancos que a veces tienen tan mal significado.

Locura. El descanso trajo pocos cambios. El Betis no estaba y el Celta dorm¨ªa el partido. Lo despert¨® Juande, que se autoexpuls¨® a los 25 segundos de entrar al terreno de juego. Una roja de aut¨¦ntico r¨¦cord. Ese terremoto removi¨® la furia local y apacigu¨® a los vigueses. Todo lo contrario de lo que hubiera pasado si no estuviese el Betis de por medio. En un arre¨®n, Sergio Garc¨ªa cabece¨® a la red un gran centro de cabeza. Era el empate, lo necesario para calmar el ambiente, pero no. Nada m¨¢s sacar de centro, el Celta perdon¨® una ocasi¨®n clar¨ªsima, con Goitia como verdugo. Y luego le toc¨® la oportunidad a Michu, y a Danilo y a Botelho, y siempre apareci¨® el meta vasco, incluido en el tiempo de prolongaci¨®n.

Y acab¨® el partido con varios jugadores rotos por la tensi¨®n y otros tambi¨¦n preocupados por su falta de calidad. Eso en el Betis no se perdona, aunque Goitia apague un gran incendio. En Vigo de momento s¨ª, pero bien har¨ªan en no descuidarse. Por su bien.

El detalle: apoyo del Celta al lesionado Aar¨®n ?¨ªguez

Los jugadores del Celta saltaron anoche al terreno de juego del Ruiz de Lopera con unas camisetas de apoyo a su compa?ero Aara¨®n, que cay¨® lesionado de gravedad esta semana y estar¨¢ unos seis meses, como m¨ªnimo, alejado de los terrenos de juego. Luego no pudieron dedicarle el triunfo.