COPA DEL REY | Real Madrid 1 - Alcorc車n 0
El Alcorc車n pone en pie el Bernab谷u
El p迆blico del Santiago Bernab谷u despidi車 puesto en pie al Alcorc車n, justo clasificado para los octavos de final de la Copa del Rey despu谷s de un contundente balance global de 4-1. El Madrid volvi車 a ofrecer una p谷sima imagen y un juego paup谷rrimo. El Bernab谷u pidi車 la dimisi車n de Manuel Pellegrini y core車 el nombre de Guti.
El Santiago Bernab谷u, territorio de remontadas hist車ricas y de batallas 谷picas, en las que se luchaba por dominar Europa, pretendi車 recuperar esa m赤stica antigua y olvidada para celebrar la remontada y la clasificaci車n del Real Madrid. No era el mejor d赤a para acordarse de la historia. Para alcanzar algo primero hay que cre谷rselo, y dudamos de que todos cuantos acudieron al Bernab谷u creyeran en la remontada, empezando por los jugadores del Madrid. Aunque tambi谷n es cierto que una cosa es cre谷rselo y otra tener capacidad para lograrlo y el conjunto que entrena Manuel Pellegrini mostr車 una incapacidad total. Tampoco tiene este equipo, ni de lejos, el esp赤ritu de aquel de las grandes remontadas de los a?os 80.
El Alcorc車n estar芍 en octavos de final de la Copa del Rey y el Madrid se va a la calle. Y se va despu谷s de hacer el rid赤culo y marcar s車lo un gol a un equipo de Segunda B en 180 minutos. Claro que es imposible marcar cuando se juega andando y eso es lo que hizo el Madrid. As赤 lo entendi車 el p迆blico del Bernab谷u, que observ車, adem芍s de una carencia de f迆tbol peligrosa, una falta de actitud y de compromiso m芍s que inquietantes. Los aplausos de la noche se los llev車 el Alcorc車n y los pitos fueron para el Madrid y en especial para Pellegrini, al que le reclamaron a gritos la dimisi車n, al tiempo que coreaban el nombre de Guti. Se encendi車 especialmente el p迆blico con Pellegrini cuando a falta de 20 minutos sustituy車 al siempre cumplidor Lass por Marcelo. Fue como arrojar una cerilla en un bid車n de gasolina.
En cualquier caso, lo que sucedi車 no fue m芍s que se cumpli車 la l車gica, no la l車gica econ車mica o hist車rica, sino la l車gica deportiva, esa que dice que lo normal es que se clasifique el equipo que se impuso por 4-0 en la ida. En definitiva, el conjunto que mejor ha jugado en los dos encuentros.
El Madrid pretendi車 recurrir, sin conseguirlo, al orgullo, al escudo, a la camiseta, a la historia, al esp赤ritu de Juanito, patr車n de los imposibles que se hac赤an realidad, pero se olvid車 del f迆tbol, del juego, en definitiva, de la esencia. Todo eso y m芍s lo aport車 el Alcorc車n, que superado el impacto inicial, controlados los nervios l車gicos y ese punto de ansiedad de quien se dispone a examinarse en un escenario con tanta historia, se luci車 y se gan車 con justicia el pase a octavos. No lleg車 al Bernab谷u para cerrarse y defender la ventaja de la ida, sino que le discuti車 al Madrid la posesi車n del bal車n.
Se agradece la irrupci車n de equipos como el Alcorc車n, que transmiten sensatez y dignidad, esa sencillez tan natural, en definitiva, aire fresco en medio de tanta estulticia que contiene el mundo del f迆tbol. M谷rito de sus jugadores y de un entrenador, Anquela, que ha demostrado un atrevimiento, unos conocimientos y una capacidad t芍ctica que para s赤 quisieran muchos de sus colegas que habitan en categor赤as superiores.
Pellegrini construy車 una alineaci車n extra?a cuando lo que se buscaba era marcar cinco goles. Situ車 como mediocentros a Gago y a Diarra, demasiado m迆sculo y pocas ideas para buscar la remontada. Prescindi車 adem芍s del ofensivo Marcelo y situ車 a otro mediocentro, Lass, como lateral derecho y desplaz車 a Arbeloa al izquierdo. Si 谷ste no era partido para arriesgar con Marcelo de lateral, no sabemos cu芍ndo llegar芍 ese momento.
La salida del Madrid fue buena, pero esa efervescencia le dur車 apenas diez minutos, en los que reclam車 un m芍s que posible penalti a Van Nistelrooy, agarrado por un defensa cuando entraba en el 芍rea. Puso a prueba a Juanma, que sali車 airoso y reforzado del trance. Gan車 tal confianza que de ah赤 al final desesper車 con sus intervenciones a los rivales y al p迆blico, que busc車 en el portero al culpable de los males de su equipo, en lugar de fijarse en las limitaciones del conjunto que entrena Pellegrini.
De ah赤 al final, el Madrid vivi車 80 minutos de agon赤a, de impotencia fruto de su carencia para generar f迆tbol y del buen comportamiento del Alcorc車n, que no se descompuso, nunca recurri車 al pelotazo, siempre intent車 jugar el bal車n, y pese a su desplome f赤sico supo resistir los descontrolados ataques del Madrid, que gan車 en fluidez con la salida tras el descanso de Van der Vaart por Diarra.
Asust車 el Madrid con un disparo al larguero de Van Nistelrooy, otro de Van der Vaart y un 迆ltimo ya casi al final de Higua赤n. Y cuando no apareci車 el larguero surgieron las manos de Juanma, que s車lo se vio superado por un tiro de Van der Vaart a diez minutos del final. Se atrevi車 incluso el Alcorc車n a buscar su gol al contragolpe, pero cuanto m芍s se acercaba a la porter赤a de Dudek, m芍s casero parec赤a el 芍rbitro Fern芍ndez Borbal芍n, al que nunca le parecieron faltas las entradas de los jugadores del Madrid cerca del 芍rea local. Y para cerrar la exhibici車n del Alcorc車n nada mejor que la excelente jugada que regal車 Ernesto al Bernab谷u, que puesto en pie despidi車 a los nuevos h谷roes de la Copa.