Mandi¨¢ dirigi¨® una sesi¨®n muy parecida a un funeral
El t¨¦cnico, ajeno a los rumores, sigui¨® preocupado con su trabajo.

La resaca tras la derrota ante el Mallorca fue muy dura para la plantilla del Racing. Bastaba con ver las caras de todos sus integrantes para entenderlo. La expedici¨®n lleg¨® ayer a La Albericia sobre la una del mediod¨ªa en autob¨²s procedente de Bilbao, donde hab¨ªa aterrizado una hora y media antes el avi¨®n que les traslad¨® desde Palma. Mandi¨¢ mostraba cara de pocos amigos, con el cansancio evidente de no haber pasado una buena noche. Ni siquiera salud¨®. Sus ayudantes, mucho m¨¢s serios que de costumbre, le secundaban; y la comitiva la completaban los jugadores, poco habladores, cabizbajos y con ganas de marcharse pronto a casa a desconectar. "Estamos jodidos" era la frase m¨¢s repetida por muchos de ellos.
Enseguida, los futbolistas y el cuerpo t¨¦cnico se cambiaron en los vestuarios y charlaron durante unos minutos sobre el campo de entrenamiento. Nada de bronca. Tampoco hubo videos. Todo pareci¨® m¨¢s que hablado en la cena de la noche anterior as¨ª como en las charlas posteriores en las habitaciones del Nixe Palace de Palma. M¨¢s bien lo que hubo ayer en las Instalaciones fue un intercambio de ¨¢nimos.
A continuaci¨®n, el t¨¦cnico le explic¨® al equipo en el c¨ªrculo central lo que iban a hacer y, desde entonces y hasta el final del entrenamiento, Mandi¨¢ miraba al infinito o charlaba con kike Sanz y Antonio Puche sobre lo vivido en las ¨²ltimas horas. No paraban de gesticular.
Mientras, los titulares corrieron suavemente y los suplentes y no convocados se exprimieron algo m¨¢s y durante un tiempo mayor. Ni los m¨¢s bromistas, Geijo, Xisco o Tchit¨¦ hablaban. No hab¨ªa ni corrillos. S¨®lo expectaci¨®n. Sobre todo por saber qu¨¦ iba a pasar con el entrenador, ya que la mayor¨ªa de la plantilla conoc¨ªa las palabras de Pern¨ªa tras el partido ante el Mallorca en las que no respald¨® al gallego.
Afici¨®n narcotizada.
Al menos, la plantilla no soport¨® lo que otros clubes suelen vivir en estas situaciones. No hab¨ªa pancartas incendiarias ni gritos contra nadie. No acudi¨® a La Albericia ni un aficionado ni tampoco m¨¢s prensa que la de esta casa. Lo que ya no se pudo evitar tras este funeral verdiblanco fueron los rumores sobre la llegada de un nuevo entrenador y las ¨¢cidas tertulias radiof¨®nicas. Nadie sali¨® en defensa de Mandi¨¢. Pero, de momento, seguir¨¢.