Keirrison, hijo de futbolista y tambi¨¦n del f¨²tbol sala

El delantero brasile?o Keirrison, un voraz depredador del ¨¢rea, jugador revelaci¨®n y pichichi de la ¨²ltima liga brasile?a, culmin¨® hoy el vertiginoso despegue de su carrera que le ha llevado a pasar en apenas seis meses del modesto Coritiba al Barcelona, el campe¨®n de Europa.

A sus 20 a?os, el joven ariete ha destacado por su inteligencia en el ¨¢rea, su olfato felino de cara al gol y su versatilidad en el remate, lo que le ha otorgado una abrumadora regularidad de cara a la porter¨ªa rival y le ha llevado a acumular una retah¨ªla de premios de m¨¢ximo goleador.

No es muy r¨¢pido ni un malabarista del bal¨®n, pero s¨ª puede presumir de ser ambidiestro, de su precisi¨®n en el remate y de los variados recursos que despliega cuando pisa el ¨¢rea, lo que le ha llevado a liderar la tabla de artilleros en Brasil en esta campa?a con el Palmeiras, con 24 tantos acumulados en todas las competiciones.

Su frialdad ante los porteros rivales tambi¨¦n se traduce en la seriedad y profesionalismo que demuestra fuera del campo. Nunca se ha salido fuera de la disciplina de los clubes en los que ha militado, siempre ha tratado de mantener la concentraci¨®n en la cancha sin dejar que le afectase la fama repentina y ha mantenido una vida tranquila, marcada por su devoci¨®n religiosa a la iglesia evang¨¦lica, al igual que el madridista Kak¨¢.

La exigente afici¨®n del Palmeiras le critic¨® por bajar de rendimiento cuando se barajaba su transferencia al extranjero y cuando pas¨® en blanco en partidos decisivos como los octavos y cuartos de la Libertadores y la vuelta de la semifinal del Paulista, en la que cay¨® ante el Santos. Al artillero le abrum¨® la presi¨®n, pero pronto se repuso y super¨® su peor racha en el a?o, con cuatro partidos seguidos sin marcar.

Keirrison de Souza Carneiro naci¨® el 3 de diciembre de 1988 en la localidad de Dourados (Mato Grosso do Sul), una regi¨®n rural pr¨®xima a la frontera paraguaya. Desde la cuna, el f¨²tbol estuvo presente en su vida, puesto que su padre, Adir Carneiro, era jugador profesional en equipos modestos y despu¨¦s fue profesor de juveniles y su maestro personal.

Siguiendo a su padre, tuvo que mudarse a Bodoquena, un pueblo peque?o sin equipo de f¨²tbol, lo que le llev¨® a curtirse en el f¨²tbol sala, deporte que, seg¨²n ¨¦l, le sirvi¨® para ganar muchos reflejos, para aprender a moverse en espacios peque?os y a pensar r¨¢pido con el bal¨®n en los pies.

Con 16 a?os se mud¨® a la capital regional, Campo Grande, para jugar en un club semiprofesional, en el que llam¨® la atenci¨®n del Coritiba, de la ciudad de Curitiba (Paran¨¢), que lo fichar¨ªa para su divisi¨®n juvenil. En esa categor¨ªa, sus n¨²meros impresionaron: 23 goles en 14 partidos en el Campeonato Paranaense y otros nueve tantos en seis juegos en la prestigiosa Copa S?o Paulo.

A los 17 a?os se incorpor¨® al primer equipo, de Segunda Divisi¨®n, y tuvo un debut fulgurante, con tres goles en sus tres primeros partidos. En el cuarto, una inesperada lesi¨®n de ligamentos cruzados de la rodilla derecha interrumpi¨® su despegue y le apart¨® de las canchas durante doce meses.

Al regresar despu¨¦s de esta dura experiencia se adue?¨® de la camiseta con el nueve y, con sus goles, ayud¨® al equipo a ascender a Primera Divisi¨®n en la temporada 2007. En 2008, contribuy¨® de forma decisiva a la novena posici¨®n del Coritiba en la Liga, al marcar 21 goles -los mismos que Washington, del Fluminense, y Kl¨¦ber Pereira, del Santos- que le acreditaron como el m¨¢ximo goleador y el "jugador revelaci¨®n" de la Liga, premio otorgado por la Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol.

Sus buenas actuaciones llamaron la atenci¨®n del Palmeiras, que le abri¨® las puertas de la Copa Libertadores, competici¨®n en la que marc¨® seis goles antes de caer eliminado en los cuartos de final por el Nacional de Montevideo. En el Campeonato Paulista sum¨® 13 dianas en 16 partidos y qued¨® segundo en la tabla de goleadores, mientras que en las jornadas de la Liga que disput¨® anot¨® cinco tantos.

Tras el fichaje por el Barcelona, el ¨²nico vuelo que le queda a K9 es conseguir la a¨²n in¨¦dita convocatoria con la selecci¨®n, algo que ni si quiera le inmuta a este jugador paciente que nunca pierde el temple.