Un gol del canterano Mor¨¢n mantiene al Sporting en Primera

Desde el martes, la taquilla de El Molin¨®n colgaba el cartel de "no hay entradas" para recibir al descendido Recre. El llenazo ten¨ªa como objetivo pregonar a los cuatro vientos que el Sporting estar¨¢ un a?o m¨¢s en Primera Divisi¨®n, el campeonato en el que se siente m¨¢s agusto El Molin¨®n, uno de los estadios con m¨¢s solera del f¨²tbol espa?ol.

Los de Preciado han dicho adi¨®s definitivamente a los fantasmas que le flagelaban con un tortuoso regreso a segunda, donde permaneci¨® las ¨²ltimas diez temporadas. El conjunto asturiano ha demostrado este a?o ser uno de los m¨¢s aguerridos y animosos del campeonato; incluso lleg¨® a estar en la zona tranquila de la tabla en el ecuador del campeonato, pero finalmente tuvo que esperar a la ¨²ltima jornada para escribir su ansiado final feliz.

Para el equipo asturiano, jugar el ¨²ltimo partido contra el Recre, ya descendido, era una mala noticia: el Decano iba a tirar de orgullo, y vaya si lo hizo. Desde el primer minuto, los de Lucas Alcaraz plantearon un partido trabado, muy serio en defensa y con un centro del campo ordenado hasta la extenuaci¨®n, que hizo que los recreativistas tuvieran de su lado la posesi¨®n.

Sin embargo, las ocasiones, el empuje y la ilusi¨®n los pon¨ªa el Sporting. Al menos durante el primer cuarto de hora y desde la banda derecha, con Diego Castro, Pedro y Kike Mateo muy bien asociados. Pero el primer batacazo tuvo nombre propio: Ersen Martin. El delantero turco es, probablemente, uno de los arietes m¨¢s desconocidos de Primera Divisi¨®n, apenas hab¨ªa jugado 15 partidos este a?o y s¨®lo llevaba un gol... pero su segundo tanto lo iba a marcar en la ¨²ltima jornada, con su equipo descendido y el rival jug¨¢ndose la vida.

Se puede decir que Martin es "especialista" en situaciones extremas, ya que el 28 de abril de 2008, marc¨® un gol al Levante que supuso el descenso a segunda del equipo valenciano. En esta ocasi¨®n, el derechazo desde fuera del ¨¢rea del gigant¨®n turco pon¨ªa entre la espada y la pared al Sporting.

Pero era el ¨²ltimo estertor del moribundo Recreativo, ya que en los ¨²ltimos diez minutos de la primera mitad, Diego Castro contabiliz¨® al menos tres ocasiones en combinaciones con Kike Mateo, dos de los jugadores m¨¢s activos durante todo el partido. Al t¨¦rmino de la primera mitad, Manolo Preciado resoplaba, el Sporting estaba en segunda y hab¨ªa recibido un tanto del equipo menos goleador del campeonato (34 goles en 38 partidos).

Cuando se desata la ira de Mareo

En la segunda parte, el Sporting fue otro equipo completamente distinto, con el ¨²nico objetivo entre ceja y ceja de mantener la categor¨ªa. Tuvo una fe casi enfermiza, obsesiva, por marcar. Diego Castro, partiendo como extremo, hizo mucho da?o en los primeros diez minutos, con dos grandes disparos que recibieron una magn¨ªfica respuesta de Riesgo, que parec¨ªa que por momentos iba a convertirse en el "coco" del Sporting.

Sin embargo, fue un gaditano, David Barral, el encargado de dinamitar El Molin¨®n con una explosi¨®n de calidad desde el pico derecho del ¨¢rea recreativista. Su derechazo (d¨¦cimo gol en Liga) se col¨® por el palo derecho de Riesgo, y puso al Sporting en Primera.

Sin embargo, apenas unos minutos despu¨¦s, la afici¨®n de El Molin¨®n se qued¨® de piedra cuando Osasuna marcaba el segundo en el Reyno de Navarra, porque el tanto de Juanfran obligaba a los rojiblancos a marcar el segundo.

La tensi¨®n iba cada vez a m¨¢s y el reloj a menos, pero el Sporting de Gij¨®n ten¨ªa que salvarse de la mejor manera posible, con un gol de un canterano, con un acto de fe de Luis Mor¨¢n, asturiano de Luanco, un producto de oro de la cantera de Mareo, que volvi¨® loco dentro del ¨¢rea a Poli y marc¨® en el minuto 66 el gol m¨¢s importante de su carrera: el que manten¨ªa un a?o m¨¢s a un hist¨®rico en Primera, y de paso, descend¨ªa a otro: El Betis.

En el 72, de nuevo Ersen Martin estuvo a punto de romper la magia de El Molin¨®n, en un remate de cabeza s¨®lo ante el meta Cu¨¦llar, pero el espigado ariete marr¨® la ocasi¨®n e hizo justicia en Gij¨®n, que ser¨¢ un a?o m¨¢s de Primera con protagonismo absoluto de una excepcional mina de futbolistas llamada Mareo.