liga bbva | racing 5 - atl¨¦tico 1
Un esperpento pas¨® por El Sardinero
El equipo de Abel se marc¨® un partido caricaturesco en el peor momento, 24 horas despu¨¦s de un nuevo triunfo del Valencia y reci¨¦n terminado el partido del Villarreal, que cumpli¨® con su parte y deja a los rojiblancos fuera incluso de los puestos UEFA. El Atl¨¦tico fue un desastre en defensa regalando el triunfo a un Racing intenso que s¨ª respondi¨® a las exigencias del partido y se desfond¨® para lograr tres puntos de oro en su lucha por asegurar la permanencia.
Dos equipos en el alambre, uno en lucha por la Champions, el otro por la permanencia. Imagin¨¢bamos jugadores conscientes de la importancia del partido y de los puntos en esta Liga tan apretada en algunas zonas que cada triunfo es oro y cada derrota un sofoco dram¨¢tico. Pero El Sardinero retrat¨® dos formas opuestas de afrontar un trance de tanta importancia. Una, la del Racing, la propia de un equipo con coraz¨®n; simplemente profesional, si apuramos: entregado en cuerpo y alma, buscando su objetivo en cada bal¨®n, en cada metro de c¨¦sped; conociendo sus propias armas y optimiz¨¢ndolas con inteligencia. La otra, la del Atl¨¦tico, fue una c¨¢tedra del desastre, un esperpento impropio de un equipo que, a pesar de todo, tiene todav¨ªa papeletas para estar en la pr¨®xima Champions. A la vista del espect¨¢culo dantesco que regal¨® en Santander, cuesta creer que sea as¨ª, que ni tan siquiera lo merezca.
Despu¨¦s llegan las formas de perder. Y las del Atl¨¦tico fueron sucias, indefendibles, embarazosas. Despu¨¦s de ganar en sus tres ¨²ltimas visitas a Santader y de dejar recientemente alg¨²n partido muy digno a domicilio (Riazor), tocaba verbena. El Racing, que sac¨® lo m¨¢ximo de lo que tiene, que no es mucho, se transform¨® en el equipo perfecto para hacer zozobrar al Atl¨¦tico. Peligroso por alto, agresivo en la presi¨®n, veloz en la transici¨®n. Pero el an¨¢lisis sesudo quiz¨¢ sobre. Hay partidos en los que parece que no hay equipo en este mundo (y puede que en otros) que no est¨¢ capacitado para airear los agujeros negros del Atl¨¦tico: la defensa y la l¨ªnea de creaci¨®n.
Abel ajust¨® la alineaci¨®n con un par de retoques. Banega, en algunas quinielas, dej¨® su lugar a la pareja Ra¨²l Garc¨ªa - Assun?ao. Sinama ocupaba la zona derecha del ataque y dejaba descansar a Maxi. Junto al franc¨¦s, la artiller¨ªa: Simao, Forl¨¢n, Ag¨¹ero. Tres jugadores de primer nivel, dos delanteros extraordinarios. Pero no importa. Podr¨ªan ser superhombres, alien¨ªgenas: el problema est¨¢ en el resto del campo. Los jugadores desequilibrantes del Atl¨¦tico vivieron desasistidos, apartados del partido, seguramente at¨®nitos. Y no demasiado inspirado las pocas veces que ve¨ªan relativamente cerca el bal¨®n, todo hay que decirlo.
La defensa del Atl¨¦tico regala el partido
La victoria del Racing, extremadamente c¨®moda, se ventil¨® en un primer tiempo en el que el Atl¨¦tico riz¨® el rizo de sus miserias, ense?¨® sus verg¨¹enzas sin decoro. El Racing plante¨® su batalla en la primera l¨ªnea de presi¨®n, con Toni Moral, Munitis y Tchit¨¦. Detr¨¢s, Colsa se bast¨® para engullir a Assun?ao (transparente) y Ra¨²l Garc¨ªa (insignificante). A partir de ah¨ª, cada robo era un drama para la defensa del Atl¨¦tico, cada bal¨®n colgado un thriller. Uno de los equipos que peor defiende los balones a¨¦reos de esta Liga (y de otra anteriores, seguramente) se med¨ªa a un gigante de 2'02 que es grande y adem¨¢s es listo. Cada carrera de Munitis o Tchit¨¦ y cada bal¨®n que buscaba a Zigic era peligro autom¨¢tico. Antonio L¨®pez vendi¨® su banda sin oponer resistencia y los centrales fueron un flan, especialmente Ujfalusi cuyo partido evolucion¨® de irritante a irrisorio.
La pel¨ªcula de terror que vivi¨® la afici¨®n atl¨¦tica en la primera parte fue un canto a la impotencia de un equipo que eligi¨® siempre lo il¨®gico y no s¨®lo no combinaba con criterio sino que era incapaz de despejar un bal¨®n sin que este volviera al instante convertido en veneno. Christian marc¨® r¨¢pido el primero tras remate de Zigic al larguero en acci¨®n a bal¨®n parado. En el siguiente bal¨®n colgado, lleg¨® un gol anulado a Tchit¨¦ tras fall¨® de Ujfalusi. Poco despu¨¦s, al cuarto de hora y en otro bal¨®n al ¨¢rea, Garay marc¨® solo en el segundo palo. Despu¨¦s de que se viera a To?o por primera vez tras 23 minutos en un centro intrascendente, Tchit¨¦ perdon¨® primero el tercero y lo marc¨® despu¨¦s en un fallo en cadena de la defensa rojiblanca coronado...s¨ª, por Ujfalusi. El Racing, que ya plegaba velas y notaba el esfuerzo de la presi¨®n brutal se encontr¨® con un regalo cuyo lazo lo puso el checo, con una incapacidad c¨®mica para despejar el bal¨®n.
Cuatro minutos de esperanza
Se supone que el vestuario del Atl¨¦tico ech¨® humo en el descanso. S¨®lo se supone porque no hubo reacci¨®n alguna. Banega y Maxi entraron por Ra¨²l Garc¨ªa y Sinama pero los nombres no importaban. Todos pura impotencia en un bando, concentraci¨®n y esfuerzo m¨¢ximos en el otro. El Atl¨¦tico apenas subi¨® el ritmo, no mostr¨® ning¨²n af¨¢n por reivindicarse, ni siquiera a base de casta, de coraz¨®n. El Racing, con el trabajo hecho, gestion¨® el partido en busca de un ritmo menor, de un control activo de cada situaci¨®n.
Y, con todo, el Atl¨¦tico tuvo una opci¨®n de meterse en el partido. En el ¨²nico error defensivo del Racing, el Kun entr¨® en el ¨¢rea y Colsa le agarr¨®. Forl¨¢n transform¨® el penalti y, con media hora por delante, se intu¨ªa asedio colchonero hasta que, cuatro minutos despu¨¦s y de nuevo con Ujfalusi como espectador de lujo, Munitis recibi¨® el premio a su trabajo con una vaselina perfecta desde el borde del ¨¢rea. 4-1 y abortada cualquier reacci¨®n, si es que hubo siquiera intenci¨®n de ella.
Hasta el final, el Atl¨¦tico pen¨® por el c¨¦sped de El Sardinero y los minutos fueron intrascendentes hasta que, a cuatro del final, lleg¨® un acto de justicia po¨¦tica con el quinto gol. Para el Atl¨¦tico, que pagaba sus pecados con el escarnio de la 'manita', y sobre todo para los autores de la jugada, que ve¨ªan premiado su gran partido: Colsa centr¨®, el bal¨®n atraves¨® la defensa de papel y encontr¨® a Zigic que, en el segundo palo, marc¨® su gol n¨²mero 11 en 14 partidos con el Racing.
Medina Cantalejo no a?adi¨® nada, apiadado de los de Abel, que quedan muy tocados y que pusieron un borr¨®n gigantesco en su expediente 24 horas despu¨¦s de ver ganar al Valencia, minutos despu¨¦s de que el Villarreal tambi¨¦n cumpliera con su parte. As¨ª es esta Liga en la que, pese a todo, el Atl¨¦tico tiene opciones de volver a la Champions. Tendr¨¢ que ser con m¨¢s f¨²tbol, al menos con un poco m¨¢s de actitud, la m¨ªnima para no vivir abocado al espertento y, si el rival tiene un d¨ªa fino, al rid¨ªculo.