Dos zarpazos del Athletic empujan al Numancia a Segunda

Partido dram¨¢tico en Los Pajaritos. Numancia y Athletic, perseguidos muy de cerca por el fantasma del descenso, se enfrentaban en un duelo que se antojaba m¨¢s que decisivo para ambos equipos, los dos peores de la segunda vuelta. Los tres puntos significaban para los sorianos seguir so?ando con la salvaci¨®n, mientras que para los bilbainos se traducir¨ªan en un espaldarazo moral enorme de cara a la recta final del campeonato. El hecho de que los locales hab¨ªan sumado en casa 24 de los 28 puntos logrados en Liga y que los tres ¨²ltimos choques entre ambos en Soria acabaran en empate complicaba la empresa para el Athletic, que part¨ªa con la vitola de favorito. Los locales llegaban sin bajas rese?ables, mientras que el sancionado Pablo Orbaiz era la ¨²nica ausencia en el equipo vasco.

Tras unos primeros minutos de tanteo en los que la posesi¨®n fue para el conjunto de Caparr¨®s, lleg¨® el primer aviso serio de los bilbainos, pero Llorente cruz¨® demasiado su remate tras el centro de David L¨®pez. Si el equipo local sali¨® temoroso desde el inicio, el primer acercamiento al ¨¢rea de Juan Pablo fue definitivo para que los de Pacheta retrasaran un poco m¨¢s sus l¨ªneas, pero en el f¨²tbol la posesi¨®n y el dominio no sirven para nada si no le pones la guinda del gol. Sin haberse llegado al minuto diez de juego lleg¨® el golpe de fortuna para el Numancia. Un disparo de Cisma desde la frontal toc¨® en Aitor Ocio variando totalmente la trayectoria del esf¨¦rico y convirti¨¦ndose en el primer gol del partido. Jugada calcada a la protagonizada por Pablo ?lvarez el pasado s¨¢bado en San Mam¨¦s en el gol que le dio los tres puntos al Deportivo.

La respuesta de los leones fue inmediata, un lanzamiento de falta de Yeste rematado por Aitor Ocio pudo significar el empate. Justo ah¨ª acab¨® la participaci¨®n del central visitante en el encuentro. Unos minutos despu¨¦s se marchaba a los vestuarios al ver su segunda amarilla por un forcejeo con un delantero local. El Athletic pas¨® de ser el dominador absoluto a ser dominado en dos jugadas desafortunadas. El equipo, totalmente desequilibrado con diez hombres, fue retocado por Caparr¨®s, que retir¨® a David L¨®pez para dar entrada a Gurpegui. Mientras tanto, el Numancia jugaba a placer, llegando a estrellar un bal¨®n en el larguero tras un disparo de Dimas. A la media hora de juego recibi¨®, por fin, su premio el jugador m¨¢s trabajador, luchador y sacrificado de la Liga, Toquero. El delantero visitante lanz¨® un misil desde fuera del ¨¢rea que se col¨® por la mism¨ªsima escuadra de Juan Pablo, que sigui¨® el bal¨®n con la mirada sin poder hacer nada para evitar el empate.

El partido era vistoso, entretenido y con ocasiones de gol en las dos ¨¢reas. Nagore, Koikili y Susaeta pudieron deshacer el empate en tres acciones en las que la fortuna no les acompa?¨®. Dejando a un lado los t¨®picos, la garra y la lucha del conjunto vasco compens¨® su inferioridad num¨¦rica y maniat¨® al Numancia en la recta final de la primera mitad, al que incapacit¨® tanto en ataque como en la medular y al que puso en serios apuros. El Numancia, con un juego lento y demasiado volcado en las bandas, acab¨® diluy¨¦ndose como un azucarillo antes de marcharse a los vestuarios.

Aparece el Rey Le¨®n

El Athletic, que gan¨® a los puntos durante los primeros cuarenta y cinco minutos, no obtuvo su merecido bot¨ªn antes del intermedio, pero el premio no tard¨® en llegar tras la reanudaci¨®n. Corr¨ªa el minuto tres del segundo acto cuando Fernando Llorente recogi¨® un bal¨®n en las inmediaciones del ¨¢rea rival, hizo lo que quiso con la defensa numantina y acab¨® mandando el esf¨¦rico a la red con un disparo cruzado. Por primera vez desde el pitido inicial el electr¨®nico hac¨ªa justicia a lo que se estaba viendo sobre el terreno de juego. Pacheta, sin esperar un segundo, introdujo dos cambios muy ofensivos Cisma y Dimas dejaron su puesto a Quero y Brit.

El susto del partido lo protagoniz¨® Gurpegui en un intento de despeje que dej¨® KO al jugador vasco tras chocar su cabeza con la de un rival. El centrocampista bilbaino sufri¨® fractura de los huesos propios de la nariz. La acci¨®n le oblig¨® a dejar su lugar a Etxeita. Los gritos de ¨¢nimo de las gradas del estadio soriano fueron aumentando a medida que pasaban los minutos, pero acabaron convirti¨¦ndose en gritos de desesperaci¨®n ante la situaci¨®n en la que se quedaba su equipo en caso de no variar el resultado que campeaba en el marcador. Boris se encarg¨® de complicar a¨²n m¨¢s el panorama al Numancia con una entrada fuera de lugar sobre Toquero que signific¨® su segunda cartulina amarilla, lo que igualaba las fuerzas de nuevo, diez contra diez.

La segunda mitad se desarroll¨® con un f¨²tbol mucho m¨¢s trabado que la primera. El miedo a perder del Numancia y el miedo al empate del Athletic convirti¨® el choque en una sucesi¨®n de faltas que dejaron ver muy poco f¨²tbol. Una volea de Yeste que despej¨® espl¨¦ndidamente Juan Pablo fue la primera ocasi¨®n clara de peligro tras el intermedio (a excepci¨®n del gol de Llorente) lo que habla bien a las claras de la tensi¨®n, los nervios y los miedos que se hab¨ªan instalado sobre el terreno de juego. El Numancia, sin aliento, deposit¨® todas sus esperanzas en el veloc¨ªsimo Quero. Era su ¨²ltima opci¨®n de no acabar el encuentro con pie y medio en Segunda, pero la despierta y bien colocada zaga bilbaina acababa con las embestidas de los locales sin demasiados esfuerzos.

La superioridad del Athletic en f¨²tbol, en esfuerzo, en mentalidad y en garra otorg¨® los tres puntos a los de Caparr¨®s, que dan un salto cuantitativo en la clasificaci¨®n y sobre todo recibe un espaldarazo moral de cara a la recta final de la temporada, donde deber¨¢ certificar su permanencia con algunos puntos m¨¢s. El Numancia pone pie y medio en Segunda tras la derrota. Los de Pacheta necesitan algo m¨¢s que un milagro para no abandonar la categor¨ªa.