El Madrid se hace infalible

Quien resiste vence. A este principio de la heroica se abraza el Madrid en la desesperante persecuci¨®n al Bar?a. Contra la infalibilidad enemiga, insistencia propia, recomienda Juande. Y ese f¨²tbol industrial sigue aguantando en la subida al Bar?a m¨¢s escalador que recuerdan los tiempos. Un gol de Marcelo mantiene a los blancos en la pelea. Juega mejor el Bar?a, pero el Madrid explica bien que la Liga la deciden los puntos y no el bar¨®metro del CIS. Su aritm¨¦tica, 15 victorias en los ¨²ltimos 14 partidos, siete triunfos a domicilio consecutivos, ahorra cualquier debate sobre la est¨¦tica.

Ya fue mejor el Madrid en la primera parte. El equipo de Juande ha hecho un arte del saber esperar. Le convienen partidos en que apenas pase nada porque es cazador silencioso. Un sprint corto, un zarpazo y una presa en el puchero. No es bonito, pero s¨ª nutritivo. As¨ª aguant¨® el primer arre¨®n del Recreativo, que tampoco intimid¨® demasiado. En un zurdazo de Camu?as desviado resumi¨® su presentaci¨®n, contestada de inmediato con una diagonal de 60 metros de Robben inalcanzable hasta para el r¨¢dar y culminada, por la fatiga final, con un remate de izquierda sin colocaci¨®n que rechaz¨® Riesgo.

Para entonces, el Madrid se hab¨ªa sacudido bien la presi¨®n del Recre en el centro del campo. Mezcla bien la hiperactividad de Lass, ese ir y venir nervioso que le hace un maestro del robo, y la distribuci¨®n de Gago, un buen desahogo. Son dos pivotes de cemento, imprescindibles cuando en las bandas Juande emplea jugadores con poca vuelta como Robben o Higua¨ªn.

El holand¨¦s actu¨® de nuevo a pierna cambiada, suerte en la que tiene llegada pero se queda sin centro por falta de tacto en la pierna derecha (fue un desperdicio que le cayera en ella un mano a mano sin demasiado ¨¢ngulo ante Riesgo). Al gran prestidigitador le adivinan el truco en el ¨²ltimo instante. A¨²n as¨ª, juega a una velocidad que mata al adversario. S¨®lo le desafi¨® Sisi pisando el acelerador, pero tiene menos gas.

El Madrid fue ablandando al Recre a partir de una parada de exposici¨®n de Casillas. Sisi busc¨® el palo derecho desde cerca y el vuelo bajo del meta caz¨® la pelota con el filo de la mano. Diez minutos m¨¢s tarde tuvo el partido el Madrid, con un centro chut de Marcelo, otra vez lateral, que Ra¨²l estrell¨® en el palo y Ramos no fusil¨® en el rechace. El equipo de Juande se apropi¨® del partido, pero ech¨® de menos a su pareja de ataque. Ra¨²l esta tieso de velocidad y Huntelaar, que siempre tiene el dedo en el gatillo, no encontr¨® nunca un blanco fijo. Para los m¨®viles, para buscarse la vida, no dan sus condiciones.

Superpase de Gago

El Madrid entr¨® al galope en la segunda mitad. Gago fue Guti durante un segundo y le meti¨® un pase raso de 40 metros a Marcelo. Un tajo limpio en la zaga del Recre que el brasile?o resolvi¨® con el descaro del delantero. Juande le est¨¢ acercando a Roberto Carlos, aunque haya tenido su crisis de fe, fundamentalmente en cuanto a sus condiciones defensivas. Ahora est¨¢ fin¨ªsimo, bastantes escalones por encima de Heinze.

El gol solt¨® al Madrid y agarrot¨® al Recre. Lass coloc¨® a Huntelaar frente a Riesgo y el meta le hizo perder el instinto de pistolero. Alcaraz quiso poner del rev¨¦s el encuentro tirando de tonelaje. Akal¨¦ y Ersen Martin entraron para empujar al Madrid contra Casillas. Y Juande solt¨® lastre. La entrada de Sneijder puso fin al pesado vagabundear de Huntelaar. Tres cambios y la misma direcci¨®n de juego. Robben volvi¨® a arrancar desde la derecha busc¨¢ndose la izquierda y cuando eso ocurre, resulta irreversible el disparo por muchos desmarques que le ofrezcan sus compa?eros. Este se lo caz¨® Riesgo con mucho m¨¦rito.

Diez minutos m¨¢s tarde el meta blanquiazul se alz¨® en pesadilla del holand¨¦s. Su maestr¨ªa en el mano a mano enred¨® otra vez a Robben. ?Puede prestarle alguien cuarto y mitad de pierna derecha? ?Conocen a alguien capaz de hacerle una reducci¨®n de ego? Nadie corre m¨¢s, nadie elige peor.

Antes de final, Casillas pos¨® para los fot¨®grafos en un remate con colocaci¨®n y sin fuerza de Colunga y vio c¨®mo otro del asturiano rozaba su larguero, en medio de una marejada de contragolpes blancos que milagrosamente se quedaron en nada. El Madrid, que acab¨® perdiendo a Sneijder por su en¨¦sima lesi¨®n muscular, hizo caja y la Liga a¨²n respira.