Sa¨²l condena la apat¨ªa

No hubo derbi. Ni nada parecido. Hasta el propio Granero reconoci¨® al t¨¦rmino del choque que no hab¨ªa "habido partido". S¨®lo hubo pol¨¦mica y frustraci¨®n, la del Alicante. Bueno, y algo de alegr¨ªa e ilusi¨®n, la del Elche. Salt¨® el conjunto celeste al terreno de juego con una camiseta en la que solicitaba p¨²blicamente que su presidente les pagase. M¨¢s que una el¨¢stica de algod¨®n, pareci¨® una camisa de fuerza. Porque del Alicante de las ¨²ltimas jornadas no hubo ni rastro.

El Elche aprovech¨® esta situaci¨®n para sumar los tres puntos m¨¢s f¨¢ciles de los ¨²ltimos a?os, casi de la ¨²ltima d¨¦cada. Santos abri¨® la lata, Ni?o y Sa¨²l le secundaron y el Alicante se descosi¨®. De hecho, s¨®lo le cayeron tres por ese amor mutuo que se tienen ambos equipos. Hasta las aficiones se hermanaron para gritar al un¨ªsono contra Iniesta.

El ¨²nico que se tom¨® el partido en serio fue el Elche porque el conjunto de Granero ofreci¨® su peor versi¨®n y en apenas 90 minutos fue capaz de reproducir sobre el tapete el sainete de toda la temporada. Sin excepci¨®n alguna. Los jugadores tienen la coartada de que no cobran, pero la excusa pierde fuerza cuando ellos mismos reconocen que cuando salen al terreno de juego olvidan todos sus males. Ayer, ni siquiera saltaron al c¨¦sped porque renunciaron al derbi desde el primer minuto.

Entre la impotencia celeste, se col¨® un Elche que sigue al alza. Acumulaba varias jornadas en stand by pero ayer confirm¨® que el cl¨¢sico que firm¨® contra el H¨¦rcules le ha dado alas. En la primera parte, el conjunto de Claudio se contagi¨® de su enemigo. S¨®lo la magia de Santos y las cabalgadas de Sa¨²l desatascaron a un Elche al que se le puso de cara muy pronto el partido. Tras la perfecta definici¨®n de Santos en el 0-1, Pedro pudo empatar minutos m¨¢s tarde. Pero al canterano se le hizo de noche cuando tuvo a Willy enfrente suya. Su disparo sali¨® por la l¨ªnea de banda. Caballero debi¨® despejar con la mente. Aqu¨ª se acab¨® el Alicante, que fue perdiendo la fe, las ganas y la ilusi¨®n a la velocidad de la luz. S¨®lo quedaron las migajas del conjunto de Granero.

El Elche termin¨® de romper el partido en la segunda parte, cuando su rival pululaba por el campo. Usero tuvo dos ocasiones claras para haber matado el partido, pero fue el eterno capit¨¢n, Fernando Ni?o, quien hizo el gol de la tranquilidad. Luego, pudo llegar la goleada, pero s¨®lo faltaba por subir al marcador el gol de Sa¨²l. El extremo mereci¨® el premio desde el primer minuto, pero lo encontr¨® en el ocaso. Galop¨® por banda, dej¨® atr¨¢s a Alan y cruz¨® ante Queco Pi?a. Era el tercero, el que rubricaba la tranquilidad del Elche, que camina con paso firme hacia mitad de tabla, y certificaba la defunci¨®n del Alicante.