Copa del Rey | Atl¨¦tico de Madrid 0 - Orihuela 0
Suplentes de Segunda B
Coupet salv¨® a un Atleti incapaz de batir al Orihuela
Resulta que Miguel Hern¨¢ndez, el gran poeta oriolano cuyo equipo luce ahora orgullosamente su rostro en la camiseta, escribi¨® en los primeros a?os 30 "Eleg¨ªa a un guardameta", en honor de Lolo, portero del Orihuela que se abri¨® la cabeza tras golpearse con un poste, parad¨®n mediante. Lo curioso es que, pese a que el poema le daba por muerto, la cosa se solucion¨® con unos puntos y a otra cosa. Fue una falsa eleg¨ªa como la que le dedic¨® anoche el Calder¨®n a Aguirre. Como el portero para Hern¨¢ndez, el mexicano est¨¢ muerto a ojos de la afici¨®n.
La culpa del definitivo divorcio, plasmado al grito de dimisi¨®n, deber¨ªa compartirla el t¨¦cnico con los suplentes habituales que ayer fueron incapaces de hacerle un gol al Orihuela, un Segunda B con todas las de la ley: voluntad y m¨¢s voluntad. Nada m¨¢s. Pero con eso bast¨® para poner al Atleti contra las cuerdas y acabar convirtiendo en h¨¦roe a Coupet, que salv¨® la clasificaci¨®n con una estirada providencial en el minuto 92. Si entra... Mejor ni pensarlo.
Sin punter¨ªa.
Porque una pr¨®rroga hubiera sido un suplicio excesivo para los 10.000 atl¨¦ticos que llevaban hora y media viendo c¨®mo su equipo remataba sistem¨¢ticamente fuera, como si el que marcase el primero pagara la cena. M¨¢s por la generosidad de la defensa del Orihuela que por sus propios m¨¦ritos, los rojiblancos dispusieron de una docena de ocasiones claras. La mitad de ellas de Sinama, pero el franc¨¦s pod¨ªa haber tirado ayer cinco penaltis a puerta vac¨ªa y no marcar. Eso s¨ª, al menos ¨¦l lo intent¨® hasta el final.
Otros, como Luis Garc¨ªa y Banega, salieron de paseo, desganados, deb¨ªan considerar que enfrentarse al Orihuela les ven¨ªa peque?o. Como no espabilen resultar¨¢ que lo que les viene grande es la rojiblanca. Ambos acabaron siendo sustituidos cuando a Aguirre empezaba a no llegarle la camisa al cuello y recurri¨® a Maniche, Maxi y Simao para arreglar el desaguisado. En Pamplona, reservando y contra un Segunda B, tirando de estrellas. Este es el actual Atleti.
Ni los cambios ni la titularidad de Forl¨¢n (un cuerpo por encima del resto, pero evidente y l¨®gicamente enfadado con el mundo) evitaron el miedo final. El Orihuela, que ya hab¨ªa dado dos sustos antes bien resueltos por Coupet, se vio vivo en el 85' e, incr¨¦dulo, se lanz¨® al ataque.
Su loable carga fue m¨¢s la de unos ni?os jugando con palos que la de la Brigada Ligera, pero bast¨® para asustar al Atleti. Un c¨®rner mal defendido, unos cuantos despejes infames y el mencionado disparo de Brenes que salv¨® Coupet, llevaron al l¨ªmite a la afici¨®n, que acudi¨® esperando una goleada redentora y acab¨® pidiendo la hora. Vale m¨¢s vivir de pie que morir de rodillas, ?no? Pues al Atleti ayer le acabaron sangrando las suyas.