Champions | Liverpool 1 - Atl¨¦tico 1
Bochorno en Anfield
Un penalti inexistente en el minuto 93 le birla al Atl¨¦tico la victoria. Maxi adelant¨® a los rojiblancos, que jugaron sin Ag¨¹ero de inicio. El Liverpool mereci¨® el empate por ocasiones.
Desde el d¨ªa del sorteo de grupos de esta Champions, la afici¨®n atl¨¦tica ten¨ªa un sue?o. Desde que se supo que el Atl¨¦tico tendr¨ªa que visitar el m¨ªtico estadio de Anfield, escenario on¨ªrico empapado de m¨ªstica, la parroquia colchonera so?aba con una victoria de su Atl¨¦ti en ocasi¨®n tan memorable. So?aba con un triunfo ¨¦pico, marca de la casa, con el reecuentro con Torres, y el brillo del 'Kun'. Seg¨²n se iba acercando el partido el sue?o se iba difuminando. Torres no estar¨ªa, Aguirre tampoco, y por ¨²ltimo el Ag¨¹ero se quedaba fuera. Finalmente, y fiel al sino de este equipo, el sue?o se convirti¨® en pesadilla en el ¨²ltimo momento, cuando m¨¢s duele. El Atl¨¦tico aguant¨® lo indecible durante 93 minutos, hasta que la desgracia lleg¨® en forma de linier. El sue?o tendr¨¢ que esperar, pero el Atl¨¦tico ha salido de Anfield con media clasificaci¨®n en el bolsillo. Hay que ver el lado bueno.
En el primer minuto el Liverpool ya hab¨ªa dado la primera muestra de hostilidad. 'This is Anfield', y aqu¨ª se viene a sufrir. El centro del campo dispuesto por Aguirre estaba dise?ado para evitar morir ahogados ante el empuje ingl¨¦s, espada de Damocles que en este estadio se clava constantemente en el rival durante los noventa minutos. Fibra no exenta de toque. El mejicano ten¨ªa en mente un ¨²nico plan, ganar al Liverpool con su propia pistola, con el arma que mejor conoce, el contrataque. Con el buen momento de Simao como principal baza y la p¨®lvora de Forl¨¢n como ¨²nico referente en punta.
Tras el susto inicial, los cinco de en medio no tardaron en despertar. Assun?ao, Maniche y Ra¨²l Garc¨ªa ten¨ªan que coger el tim¨®n para salvar el primer cuarto de hora sin pasar apuros excesivos. No se consigui¨® del todo, calmar los ¨¢nimos del Liverpool en su casa es empresa demasiado complicada, pero al menos la posesi¨®n se equilibr¨®, el acoso constante no se produjo y de paso se dio alg¨²n que otro susto a Reina. El encuentro se volvi¨® fren¨¦tico, con un bal¨®n que rodaba r¨¢pido, ¨¢gil, de un campo a otro sin parar. El Liverpool tuvo tambi¨¦n sus oportunidades, aunque m¨¢s por despistes en la zaga local, m¨¢s en concreto de Heitinga. La grada lleg¨® incluso a cantar el primero de los de Merseyside en un tiro de Keane que se march¨® desviado por poco y el efecto ¨®ptico llev¨® al equ¨ªvoco, todo esto ante la atenta mirada e inoperancia del holand¨¦s.
La zaga no hab¨ªa cometido hasta entonces grandes fallos, pero la inseguridad defensiva que se intu¨ªa en cada aproximaci¨®n brit¨¢nica fue amedrentando las ansias rojiblancas, y el equipo se fue metiendo atr¨¢s con el paso de los minutos. Gerrard roz¨® el tanto, pero Perea lleg¨® al rescate cuando el gran capit¨¢n iba a conectar el remate. El colombiano s¨ª estaba en la noche de hoy. La noche se iba torciendo de forma casi inapreciable. Acto seguido, Keane se marcha s¨®lo hacia Leo Franco. De nuevo el coraz¨®n en un pu?o, cuando el argentino reba?a el bal¨®n al irland¨¦s impecablemente. El argentino tambi¨¦n estaba, menos mal.
Comenzaba a sufrir el Atl¨¦tico cuando lleg¨® su momento. Minuto 36. Antonio L¨®pez, totalmente centrado en labores defensivas hasta el momento, se escapa por la derecha, controla magistralmente con la diestra un pase de Maniche, asiste a Maxi, que evita al defensa con un primer toque de clase y fusila a Reina con el segundo. Golazo. Los m¨¢s de 2.500 seguidores atl¨¦ticos estallaban de j¨²bilo, la hermanada afici¨®n inglesa se sum¨ªa en la penumbra, y Torres se mord¨ªa el labio, tal vez para evitar celebrarlo.
Maldito minuto 93
Tras el descanso, el Liverpool sali¨® enrabietado, dispuesto a subsanar la afrenta que se estaba produciendo en su santuario. F¨²tbol ingl¨¦s en estado puro. Vertical, r¨¢pido, incisivo, sin precauciones y especialmente peligroso a bal¨®n parado. El Atl¨¦tico, que sal¨ªa prevenido, quer¨ªa controlar el choque, volver al plan 'relax', anestesiar al rival a trav¨¦s del toque y desgastarles haci¨¦ndoles correr tras el bal¨®n. En la teor¨ªa dif¨ªcil, en la pr¨¢ctica imposible. El conjunto espa?ol s¨®lo pod¨ªa limitarse a realizar una resistencia numantina. La duda, si podr¨ªa aguantar tanto tiempo un acoso tan brutal.
El primer aviso ingl¨¦s dej¨® sin aliento a m¨¢s de uno. Agger remata de cabeza una falta ante la mala salida de Leo Franco, y el bal¨®n se marcha por mil¨ªmetros sobre el travesa?o. Por si la emoci¨®n era poca, la pol¨¦mica hizo acto de presencia en ambas ¨¢reas. Primero por una mano de Perea, y luego por otra de Carragher. Ninguna deb¨ªa ser castigada y ninguna lo fue. El Liverpool segu¨ªa a lo suyo. Gerrard estuvo a punto de conseguir el empate tras una jugad¨®n con Keane. El bal¨®n se marcha alto por poco, y Gerrard no perdona dos veces, mejor no darle la oportunidad. Poco antes, de nuevo Agger se encontr¨® dentro del ¨¢rea un p¨¦simo despeje de Antonio L¨®pez que afortunadamente se encontraron las manos de Leo Franco.
No sabemos si Aguirre o Ignacio Ambriz, lo cierto es que el banquillo rojiblanco reaccion¨® y por fin entr¨® en acci¨®n Ag¨¹ero, que sustituy¨® a Forl¨¢n. El argentino apenas pudo aportar gran cosa. Demasiado s¨®lo arriba y sin nadie que le suministrara balones en el camino. El partido se jugaba en otra zona. El bal¨®n le duraba al Atl¨¦tico lo que un cubito tarda en derretirse en medio del desierto. Hubo que olvidarse ya de posibles contras y centrar todas las fuerzas en mantener el resultado. El conjunto local lo intent¨® desesperadamente hasta el final, pero como casi siempre que se ataca con tantas prisas, el ¨²nico peligro llegaba a bal¨®n parado.
Cuando el cuarto ¨¢rbitro levant¨® el cartel¨®n del descuento indicando cuatro minutos de a?adido, alguno debi¨® pensar que no aguantaba m¨¢s tanto sufrimiento. Pero el final se acercaba, lenta y dulcemente. El d¨ªa so?ado estaba resultando a la perfecci¨®n a falta de un minuto, justo cuando el asistente de Martin Hansson, decidi¨® que quer¨ªa cobrar protagonismo y ser recordado para siempre en la orilla del Manzanares, y ante el asombro de todos se?ala como penalti un choque de Pern¨ªa con Gerrard en el que no hay absolutamente nada punible. Escandaloso. El propio Gerrard se encarga de subir el empate al marcador. No hay tiempo para m¨¢s. El Atl¨¦tico, que sigue teniendo la clasificaci¨®n casi en la mano, se marcha de Anfield con el sabor amargo de quien ha podido firmar una noche m¨¢gica pero no lo ha hecho por que no le han dejado.