liga bbva | villarreal 4 - atl¨¦tico 4
Pasi¨®n, muerte y resurreci¨®n en noventa minutos
Partido incre¨ªble en Villarreal. El Atl¨¦tico comenz¨® mandando por 0-2 pero se descompuso tras la expulsi¨®n de Banega y fue literalmente barrido por el Villarreal en el arranque del segundo tiempo. Los de Pellegrini lograron cuatro goles en un festival contra el que el Atl¨¦tico no ofrec¨ªa respuesta hasta que, en un final ¨¦pico, Simao y Ra¨²l Garc¨ªa empataron un partido loco en el que los dos equipos desaprovecharon sendas ventajas de dos goles.
Cada d¨ªa parece m¨¢s evidente que en el Atl¨¦tico influyen tanto las cuestiones futbol¨ªsticas como otras que tienen m¨¢s que ver con el div¨¢n del psic¨®logo. Los de Aguirre pasaron de la gloria al infierno y de ah¨ª a la resurrecci¨®n. Porque as¨ª es este equipo, o porque as¨ª es el f¨²tbol. O por cualquier raz¨®n que se desmarque totalmente de la l¨®gica. Porque la l¨®gica, tantas veces rebatida de forma tozuda por este deporte, perfilaba unos hechos suficientemente claros: El Villarreal, uno de los equipos m¨¢s en forma y m¨¢s fiables de Espa?a y de Europa hab¨ªa convertido un 0-2 en 4-2 ante un Atl¨¦tico con diez que parec¨ªa un pelele sometido al f¨²tbol combinatorio y brillante de su rival. Con diez minutos por jugar, Aguirre se preparaba para otra semana de cuchillos largos, y el movimiento de los banquillos demostraba que todos daban la funci¨®n por concluida.
Todos menos Simao, que marc¨® el tercero en el 83 y puso el centro que Ra¨²l Garc¨ªa convirti¨® en el 85 en el 4-4. Un resultado incre¨ªble para un partido que fue en realidad un togob¨¢n de emociones, un crisol de estados de ¨¢nimo. Y ah¨ª el Villarreal, tan estable y pulido, quiz¨¢ fall¨® en la gesti¨®n de esa mezcla de tragicomedia, ¨¦pica, drama e incluso sainete en la que el Atl¨¦tico est¨¢ tan acostumbrado a vivir.
Dejando la delantera a un lado, cada vez hay menos dudas de que Simao es el jugador m¨¢s fiable de este Atl¨¦tico de Madrid, del que m¨¢s cosas se pueden esperar. Si la chistera de mago queda para Ag¨¹ero y las tareas de demolici¨®n para Forl¨¢n, el portugu¨¦s supone una refrescante realidad para el equipo de Aguirre, tan necesitado de talento en cualquier franja del campo que no sea el ¨¢rea rival. Simao aporta velocidad, regate y lucidez, adem¨¢s de una reci¨¦n descubierta capacidad de liderazgo que le est¨¢ convirtiendo en un jugador esencial ahora que el equipo colchonero vuelve a vivir tiempos convulsos. Marc¨® ante el Madrid y ante el Liverpool, y en El Madrigal, ante de su reaparici¨®n estelar en los minutos finales, abri¨® el marcador en el arranque y gener¨® despu¨¦s la jugada que acab¨® en el gol de Forl¨¢n. Fue, en definitiva, la imagen del Atl¨¦tico de la primera media hora y del de los ¨²ltimos minutos; del equipo que se aplic¨® con eficiencia y seriedad, atributos no demasiado habituales, y del que sac¨® fuerzas de alg¨²n lugar rec¨®ndito de sus entra?as para empatar el partido.
M¨¢s all¨¢ del gran partido del extremo portugu¨¦s y del buen sabor de boca de la reacci¨®n final, el Atl¨¦tico debe preocuparse por el nuevo episodio de tragicomedia, disparate y combusti¨®n que vivi¨® tras ponerse con un claro 0-2 de ventaja. Combusti¨®n provocada, eso s¨ª, por un equipo brillante como el Villarreal. Mientras en El madrigal hubo dos equipos de f¨²tbol, el planteamiento de Aguirre tambi¨¦n llam¨® la atenci¨®n porque evidenciaba examen de conciencia y ¨¢nimo de adaptaci¨®n al medio, que no es otro que un campeonato en el que un centro del campo despoblado supone siempre un lastre y, contra los equipos de primer nivel, una condena. Para el segundo tiempo no vale s¨®lo el f¨²tbol, especialmente en el bando colchonero, y hay que contar con factores que quiz¨¢ tengan que ver con la psicolog¨ªa. O con la parapsicolog¨ªa...
Banega acaba con el equilibrio del Atl¨¦tico
Escaldado por los resultados pero sobre todo por las formas exhibidas ante Sevilla, Barcelona o Real Madrid, Aguirre opt¨® por fin por cambiar su dibujo y potenciar el centro del campo. Sin Ag¨¹ero, que lleva semanas en un limbo extra?o entre las rotaciones y el cansancio cr¨®nico, la medular se afirmaba con un trivote formado por Assun?ao en el eje y Banega y Maniche como aliados. Por delante, Maxi y Simao en las bandas y Forl¨¢n en la delantera. Nuevo plan y nueva vida, o eso pareci¨® durante media hora de espejismo. Al contrario que ante Barcelona y Madrid, esta vez el Atl¨¦tico se encontr¨® con el gol a favor, un tirazo de Simao a la escuadra, antes del minuto 1. Y despu¨¦s, cuando el Villarreal se recompuso y comenz¨® a ganar metros como lo que es, un ej¨¦rcito perfectamente articulado y plenamente confiado, Forl¨¢n remach¨® el 0-2 en una gran acci¨®n otra vez de Simao. Los de Aguirre no quer¨ªan el bal¨®n, pero defend¨ªan con criterio y golpeaban cada vez que rondaban el ¨¢rea rival. Efectivo y aplicado. Lo dicho, un espejismo absoluto.
En esos minutos que discurrieron alrededor de los dos goles rojiblancos, se produjeron hechos que marcaron lo que suceder¨ªa despu¨¦s y que tuvieron a Undiano Mallenco como protagonista. El colegiado navarro pudo pitar un posible penalti de Heitinga casi tan tonto como el del derbi. Tambi¨¦n pudo expulsar a senna por una falta salvaje a Simao, identificado ya como enenimgo p¨²blico n¨²mero 1. Se qued¨® en amarilla, como la que recibi¨® Banega por una entrada innecesaria. Ya con esa primera cartulina, el argentino realiz¨® otra entrada sin sentido, por detr¨¢s y en campo contrario. Un acto casi de deserci¨®n, una tonter¨ªa que confirm¨® los peores presagios sobre su poco amueblada cabeza y que dej¨® al Atl¨¦tico con diez y con el trivote desarmado. Aguirre seguramente comenz¨® a pensar que Dios escribe recto con renglones torcidos porque los ¨²ltimos diez minutos ya mostraron a un Villarreal m¨¢s desbocado y punzante, sobre todo gracias al hiperactivo Rossi, y a una Atl¨¦tico acorrolado y con los primeros s¨ªntomas de desconcierto y mucho temor.
El Villarreal remonta y se deja remontar
Seitaridis se lesion¨® y dej¨® su lugar a Antonio L¨®pez para un segundo tiempo en el que se esperaba toque de corneta del Villarreal y resistencia heroica del Atl¨¦tico. Pero durante 35 minutos no hubo m¨¢s que lo primero. El Villarreal se aplic¨® con todas sus armas y marc¨® cuatro goles en 20 minutos. Nada m¨¢s volver del vestuario, Senna dispar¨® de forma inocente y Leo Franco, brillante en el primer tiempo, fall¨® de forma estrepitosa. Su error descompuso de forma definitiva al Atl¨¦tico, que dej¨® de creer y contempl¨® como su rival se agigantaba y daba la vuelta al partido. Primero Llorente, despu¨¦s Gonzalo y finalmente Rossi, tras una excepcional jugada, provocaron un vuelco sorprendente en el marcador y descomunal en el juego.
El Villarreal tiene un estilo al que nunca renuncia y que resulta hermoso y pr¨¢ctico cuando funciona, que suele ser casi siempre. Desde la defensa, el bal¨®n siempre pasa por Senna que abre a las bandas en una partitura de combinaciones y ritmo sostenido, sin prisa pero sin pausa. Ante un rival con diez que hab¨ªa entrado ya en una de sus habituales ceremonias de confusi¨®n, los de Pellegrini fueron ganando cada metro del campo m¨¢s por colonizaci¨®n que por conquista, y el partido entr¨® en en una fase de rondos y ovaciones de la grada, de sonrisa local y drama visitante. Entonces Simao arranc¨® con una energ¨ªa que parec¨ªa enterrada y marc¨® el tercero, que abr¨ªa la puerta a unos minutos locos en los que lleg¨® el empate. El Villarreal no daba cr¨¦dito y, de hecho, en la recta final parec¨ªa m¨¢s cercano el 4-5 que el 5-4. Inexplicable en todo punto, como es tantas veces el f¨²tbol, especialmente cuando est¨¢ de por medio el Atl¨¦tico de Madrid.