Una remontada de l¨ªder

El Villarreal comenz¨® su encuentro asentado en lo m¨¢s alto de la clasificaci¨®n y con el aval de llevar ocho meses sin perder en su casa, y no precisamente por casualidad. En Castell¨®n se han acostumbrado a ver a su equipo competir con los grandes y siempre desde el ideal del buen juego. Hay que agradecer a Pellegrini su propuesta por el f¨²tbol vistoso y eso, es quiz¨¢ uno de sus secretos, pero posiblemente sea tambi¨¦n su tal¨®n de Aquiles.

El Betis con un planteamiento muy inteligente sali¨® predispuesto a robarle la posesi¨®n y con un centro del campo en superioridad num¨¦rica consigui¨® ahogar al submarino en su campo con una presi¨®n asfixiante. Los de Chaparro, poco a poco, se hicieron due?os del partido y pronto comenzaron a llegar las ocasiones. Primero, con un potente lanzamiento de Eman¨¢ desde la frontal del ¨¢rea que oblig¨® a la estirada de Diego L¨®pez. Y posteriormente con una internada de Capi que la defensa castellonense acert¨® a despejar.

El dominio b¨¦tico pronto comenz¨® a dar sus frutos. Una internada de Mark Gonz¨¢lez por la banda izquierda fue el preludio del primer tanto b¨¦tico. Tras un mal despeje de Diego L¨®pez, el bal¨®n lleg¨® a la banda y esta vez s¨ª, Mark Gonz¨¢lez coloc¨® un centro medido a la espalda de la defensa que Dami¨¢ empuj¨® al fondo de las mallas.

Con el marcador en contra se esperaba que los de Pellegrini se fueran arriba, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. El tanto de Dami¨¢ no hizo sino acrecentar m¨¢s la confianza de los b¨¦ticos, que bajo la batuta de Capi se adue?aron del bal¨®n llegando cada vez con m¨¢s peligro. De ah¨ª al descanso un irreconocible Villarreal naufragaba ante la mirada impasible de Pellegrini en la banda, que ve¨ªa como estaba a punto de llegar el segundo tras un remate de cabeza que God¨ªn sac¨® bajo palos.

Al filo del descanso lleg¨® la ¨²nica ocasi¨®n del Villarreal en toda la primera parte y ten¨ªa que llegar a bal¨®n parado. Ibagaza sorprendi¨® a propios y extra?os al tomar la responsabilidad del lanzamiento, relegando al goleador Marcos Senna. Su disparo, con m¨¢s intenci¨®n que acierto, se march¨® rozando la escuadra en lo que fue el reflejo del juego castellonense.

Pellegrini encuentra la tecla

Con Senna y Cazorla, sin encontrar su sitio en el terreno de juego, lleg¨® la mejor noticia para los aficionados castellonenses, el pitido del ¨¢rbitro que pon¨ªa fin a una desastrosa primera parte de sufrimiento. El t¨¦cnico chileno se dio cuenta de las carencias de su equipo y a los cinco minutos de la reanudaci¨®n sac¨® del campo a Marcos Senna y a Rossi dando la oportunidad a Guille Franco y Robert Pires. Lo que desde la grada se vio como un cambio extra?o pas¨® a verse como una receta salvadora.

El Betis decidi¨® replegarse y buscar un contragolpe que le diera la ventaja definitiva. Pero para entonces Pellegrini hab¨ªa encontrado la tecla y el Villarreal comenzaba a reencontrarse consigo mismo. En la primera internada de Santi Cazorla, el internacional de march¨® de su par y puso un pase de la muerte que Llorente no acert¨® a rematar.

A los veinte minutos de la segunda mitad Mehmet Aurelio zancadille¨® a Ibagaza, y lo que en principio era una falta intranscendente se convirti¨® en el empate del Villarreal. El ca?o puso un potente centro que Gonzalo coloc¨® en la escuadra con un cabezazo magistral desde fuera del ¨¢rea peque?a.

Sin tiempo para digerir el primer tanto, Ibagaza se invent¨® otra gran jugada que acab¨® con un centro templadito desde la l¨ªnea de fondo, que Pires con un desastroso remate, convirti¨® en el mejor pase posible para que Llorente, solo en el ¨¢rea peque?a, fusilase a bocajarro al meta verdiblanco ante la incredulidad de la defensa b¨¦tica. Tres minutos y renta dilapidada.

De ah¨ª al final el juego se abri¨® pero el gui¨®n del partido ya estaba escrito. El Betis perdi¨® una gran oportunidad de revalidar la victoria del pasado a?o, ante un Villarreal que comenz¨® perdido, pero una segunda parte magnifica le sirvi¨® para remontar y llevarse los tres puntos de El Madrigal.

El Villarreal se sit¨²a en lo m¨¢s alto de la clasificaci¨®n y como hemos dicho antes, no por casualidad. El equipo de Pellegrini, que hoy careci¨® de la chispa que te resta jugar cada tres d¨ªas, demuestra que como los grandes, no necesita hacer su mejor partido para llevarse los tres puntos.