Eurocopa 2008 | Grecia - Espa?a
La otra Espa?a busca el pleno ante Grecia
Los griegos defienden el honor. Iniesta, ¨²nico titular entre suplentes
El partido, como cualquier aparici¨®n p¨²blica, incluye un riesgo. No hay puntos en juego, pero se expone la imagen, la fama y el buen nombre de quien lo tenga. Hace dos a?os, en el Mundial de Alemania, Espa?a lleg¨® al tercer compromiso en id¨¦ntica situaci¨®n y la victoria m¨ªnima de los suplentes frente a Arabia Saud¨ª nos dej¨® cierta inquietud. Es imposible saber c¨®mo influy¨® aquello en los octavos de final frente a Francia, o si influy¨® de alguna forma. Lo cierto es que aquel partido supuestamente intrascendente interrumpi¨® la euforia y no hemos vuelto a sentirla hasta estos d¨ªas.
Por eso es posible temer a Grecia sin parecer un cenizo. Llegados a este punto (los cuartos ante Italia) conviene burlar los gatos negros y del mismo modo que se repite lo que funciona no estar¨ªa mal negar lo que no funcion¨®. Es un deseo vano, porque Luis alinear¨¢ hoy a los suplentes con el elemental razonamiento de su protecci¨®n f¨ªsica. Esta noche ganar es descansar y no lesionarse.
La mayor¨ªa de los equipos ya clasificados act¨²an as¨ª, pero tengo la duda de si el caso de Espa?a, por ser cr¨®nico, no requiere un tratamiento especial. Si el nuestro es un problema de confianza no hubiera estado mal medirse a Grecia con voracidad y con titulares, con Villa confirmando el pichichi continental y utilizando el partido como una advertencia para los italianos. Y afrontar lesiones y cansancios cuando sea menester. Adem¨¢s, no se elimina la fatalidad por no salir de casa.
In¨²til reflexi¨®n, ya digo. Luis jugar¨¢ con un once que hoy queda retratado como el equipo suplente. Las molestias f¨ªsicas de Cazorla (artritis postraum¨¢tica en el pie izquierdo) permiten la entrada de un ¨²nico titular, Iniesta. El resto, de Reina a G¨¹iza, tendr¨¢ el reto de reclamar su importancia, aunque no se recuerdan suplentes que, concentrados en partidos menores, se hayan reivindicado con actuaciones gloriosas. No se recuerdan, pero los habr¨¢.
Para los m¨¢s optimistas no existe comparaci¨®n con lo que sucedi¨® hace dos a?os. Entonces, en el partido de relleno fueron alineados Ca?izares, Salgado y Ra¨²l, veteranos que quiz¨¢ no entendieron la suplencia como un est¨ªmulo. Esta vez, salvo los galones que lucen Cesc y Xabi Alonso, no hay condecoraciones en el segundo equipo.
Ser¨ªa de desear que la otra Espa?a demostrara que tambi¨¦n hay otro f¨²tbol, m¨¢s vertical. Y ser¨ªa de desear que, de salir bien la prueba, fuera tomada en cuenta. Que sirva para algo si alguien marca tres goles o los entrega, si uno desborda cien veces.
Problemas.
Grecia llega en estado de crisis. El vigente campe¨®n ha perdido los dos partidos previos y todav¨ªa no ha marcado un gol. Su portero, Nikopolidis, comparado a George Clooney en la pasada Eurocopa, parece ahora su venerable bisabuelo. Sus errores han sido determinantes y no se alivian con el anuncio de su retirada internacional despu¨¦s del encuentro de esta noche, el n¨²mero 90 en la selecci¨®n.
Otto Rehhagel, autor del milagro de hace cuatro a?os, ha visto como la federaci¨®n griega respeta su figura respetando su contrato hasta 2010. Pero Grecia se agrieta. Hoy faltar¨¢n Seitaridis, Karagounis, Gekas y Torosidis, todos por lesi¨®n. El objetivo de los que sobreviven es defender el orgullo del difunto campe¨®n.
Historia.
El partido tiene otros valores. Si Espa?a gana esta noche igualar¨¢ el r¨¦cord de nueve victorias consecutivas en partidos oficiales (tambi¨¦n cuentan los amistosos). Esa victoria servir¨ªa, adem¨¢s, para que Luis Aragon¨¦s sumara 36 triunfos en 50 partidos al frente de la Selecci¨®n (70%), los mismos que logr¨® Javier Clemente en 62 encuentros (58%).
Camino de esos registros hist¨®ricos, Espa?a se traslad¨® ayer en autob¨²s de Neustift a Salzburgo (220 km), escoltada por la polic¨ªa austriaca. Por la tarde se entren¨® en el estadio Wals-Siezenheim, conocido por los aficionados locales como el Bullen-Arena, la "Arena de los Toros", en referencia a la marca de bebidas energ¨¦ticas que da nombre al equipo local, el Red Bull Salzburg, y que tambi¨¦n posee los derechos del estadio.
No hay drama ni importan los puntos. La clasificaci¨®n no est¨¢ en juego. Pero no es un partido m¨¢s, es el anterior a los cuartos de final. Esto es el anticipo, lo que comiste antes. Es el sabor de boca.