Copa del Rey | Dieciseisavos - Vuelta | R. Madrid 2 - Alicante 1
Guti al rescate
En el partido de ida el Real Madrid empat¨® a uno en Alicante con una imagen de reservas sin ambici¨®n, pero en la vuelta ha mostrado una cara bien distinta encabezada por Soldado, Higua¨ªn y algunos detalles de Robben y Balboa. Sin embargo, la pr¨®rroga estuvo a punto de llegar gracias al buen hacer de los visitantes hasta que Guti se sac¨® un disparo en el descuento.
Con Soldado y sin Saviola en la alineaci¨®n titular, los de Schuster han entendido el mensaje de su entrenador desde el primer minuto y no han mostrado una actitud tan indolente como en el partido de ida. De hecho, los pocos espectadores que han acudido al Santiago Bernab¨¦u han disfrutado de uno de esos partidos habituales en la temporada con numerosas llegadas de uno y otro equipo.
Las condiciones parec¨ªan perfectas para que Guti y Robben reivindicasen un puesto entre los titulares, pero ambos han tenido dos caminos bien diferentes ante el Alicante. El capit¨¢n blanco, quien brill¨® en gran parte del partido de ida, apenas ha encontrado las v¨ªas de llegada a sus dos delanteros (Soldado e Higua¨ªn) en un centro del campo que no ha dominado su equipo porque los alicantinos han superado a los madrile?os con su juego de velocidad. Robben, por su parte, ha comenzado t¨ªmido en su banda izquierda pero progresivamente se ha ido animando hasta intentar los desbordes y mostrar algo de la calidad que apunta el holand¨¦s.
Sin embargo, quien m¨¢s activo y participativo ha estado desde el pitido inicial ha sido Roberto Soldado. El delantero se ha desmarcado, ha regateado, ha buscado las triangulaciones y s¨®lo las acertadas intervenciones del portero y la defensa rival han impedido que abriera el marcador.
Pero el Alicante no ha sido un sparring sin mordiente y condenado a su suerte sin pelear. Al contrario, los visitantes se han impuesto en el centro del campo y en numerosas jugadas han mostrado su rapidez y su buen criterio para mover el bal¨®n ante un rival de gran calado. De hecho, Ca?adas -el m¨¢s destacado en la ida- fue una pesadilla por su calidad entre l¨ªneas y Sergio Ramos tuvo que esforzarse para que Tito no marcara con un disparo desde fuera del ¨¢rea.
El primero de Robben
Ambos se encontraban en el intercambio de golpes cuando lleg¨® el momento clave. Higua¨ªn serv¨ªa el bal¨®n a Robben en el interior del ¨¢rea y el holand¨¦s anotaba con una volea de calidad el primer tanto del partido para disfrute del Bernab¨¦u. Los chicos de Schuster ten¨ªan el premio a su entrega y los alicantinos respond¨ªan casi de inmediato, pero Dudek salvaba un mano a mano con ?lvaro para marcharse al descanso con 1-0 en el marcador.
El Alicante no se achicaba y a la salida de los vestuarios saltaba con las mismas intenciones que en la primera parte mientras los madridistas se acomodaban con la victoria provisional. La entrada de Torres y Saviola en lugar de Marcelo y Soldado perjudic¨® al Real Madrid pues los visitantes aprovecharon la indecisi¨®n en la banda izquierda para una entrada de ?lvaro, cuyo gran centro que Borja cabeceaba a gol.
Con la igualdad y la sombra de la pr¨®rroga en el campo los locales recuperaban la actitud y la decisi¨®n de los primeros minutos ante un Alicante que no perd¨ªa la cara al partido. De nuevo las ocasiones se suced¨ªan en ambas porter¨ªas -m¨¢s numerosas en las cercan¨ªas de Ricardo- y con la sensaci¨®n de que el Madrid se acercaba m¨¢s al gol. De nuevo los momentos ¨¦picos retornaban porque Gago disparaba al poste, Robben no ajustaba la punter¨ªa, Saviola cabeceaba fuera y el susto alicantino de rigor llegaba con un lanzamiento lejano que deten¨ªa Dudek.
La clave
Y cuando todo parec¨ªa que se solucionar¨ªa en la pr¨®rroga apareci¨® Guti para cambiar el desenlace. Era la ¨²ltima jugada del partido, los alicantinos se agazapaban al borde del ¨¢rea y el capit¨¢n madridista aprovechaba el espacio para lanzar una par¨¢bola que acababa con los sue?os visitantes. Hab¨ªan ara?ado hasta forzar la pr¨®rroga los alicantinos y se quedaban a las puertas, mientras que los madridistas evitaban el tiempo suplementario de un partido que pudieron haber sentenciado de haber aprovechado sus ocasiones.