Yo digo | Carlos Mart¨ªnez
This is Anfield
El taxi se detiene a 300 metros del estadio. Es imposible acercarse m¨¢s. Una manifestaci¨®n de camisetas rojas lo impide. Faltan m¨¢s de dos horas para que comience el Liverpool-Chelsea. Hay un gran ambiente de f¨²tbol, pero previsible en una semifinal. Han pasado m¨¢s de 20 a?os desde que Robin se despidi¨® de los reds. Desde entonces ha pisado una ¨²nica vez Anfield. Fue un jueves corriente, sin partido, sin gente; una entrevista a Macca, que acababa de firmar con el Madrid. A los 30 pasos alguien grita: "?Robinson, Robinson!". Me sorprendo. El guiri s¨®lo jug¨® dos a?os y medio aqu¨ª. S¨ª, ya s¨¦ que gan¨® un triplete, Copa de Europa incluida, pero de eso hace 20 a?os... Diez pasos m¨¢s y le acercan un papel para que firme un aut¨®grafo. Robin parece m¨¢s avergonzado que orgulloso. Una foto con un padre y un hijo, una m¨¢s con otro grupo.
Quince minutos para recorrer cien metros. No para de atender solicitudes. La mayor¨ªa no tiene edad para haberle visto jugar, pero le conocen. Un joven tatuado le comenta: "La primera vez que mi padre me trajo al f¨²tbol t¨² marcaste, yo ten¨ªa cuatro a?os". Un portero infundido en un chaleco fluorescente le llama desde la puerta 24: "?Te acuerdas, Robo, del hat-trick que le marcaste al West Ham?". Michael insiste en ense?arme la estatua de Bill Shankly; est¨¢ al otro lado del estadio. Ya ni sabe que quien quiera verla, quien necesita verla, es ¨¦l. Un aficionado se aproxima con una carpeta. Extrae una foto y le pide que se la dedique. Es una imagen de Michael, vestido del Liverpool, rematando a puerta, 22 a?os y 21 kilos menos. Hace 20 a?os, al menos, que esa foto esperaba en esa carpeta a que Robinson volviera a Anfield para firmarla.
Podr¨ªa ser la historia de un mit¨®mano aficionado, pero firm¨® otras cinco fotograf¨ªas suyas antes de llegar a la puerta. Aquello es distinto. El respeto por los que han respetado con dignidad la camiseta de los reds es infinito. Entramos y cuando llegamos al c¨¦sped Robin mira hacia el kop y, sonriendo, me dice: "This is Anfield". Su cara tiene 20 a?os menos.