Un pueblo puede no tener sucursal bancaria. Puede prescindir de una oficina de correos. Puede incluso subsistir sin un supermercado. Sin embargo, de punta a punta de Espa?a es sabido que no puede vivir sin un bar. El culto al bar en Espa?a se resume en los versos de Joaqu¨ªn Sabina: ¡°Solo en Ant¨®n Mart¨ªn (Madrid) hay m¨¢s bares que en toda Noruega¡±. Pues durante los ¨²ltimos dos a?os, los 700 vecinos de Corpa, un pueblo situado a 16 kil¨®metros de Alcal¨¢ de Henares (Comunidad de Madrid), han sufrido esa inmerecida condena. De Tarifa a los Prineos, seg¨²n la consultora Nielsen, hay un bar de media cada 175 habitantes. En Reino Unido, tocan a un bar cada 500 y en Alemania, cada 400.

El alcalde, Santiago Serrano, se hizo con el bast¨®n de mando mun¨ªcipe el a?o pasado. ?l y su partido, Izquierda Unida, ganaron las elecciones con una promesa que cal¨® entre los vecinos: ¡°Si ganamos, reabrimos el bar¡±. En tiempos de pujanza, los corpe?os llegaron a contar con hasta tres bares. ¡°Todos ellos cerraron; sab¨ªamos que el pueblo necesitaba un nuevo bar en el que reunirse¡±, recuerda el regidor, que obtuvo el 59% de los votos. Su candidatura logr¨® la mayor¨ªa absoluta.

¡°Estar sin bar es duro para un pueblo. Si no tienes donde reunirte, se nota en la propia vida de los vecinos¡±. Corpa no es un pueblo abandonado, en el que solo viven unas decenas de personas. Este pueblo del valle del Henares cuenta con 700 vecinos, m¨¢s que suficientes para que un bar encuentre negocio de sobra. ¡°Pedimos una subvenci¨®n regional para rehabilitar el quiosco municipal. Hemos sacado la gesti¨®n del espacio a concurso y desde hace un par de semanas, al fin, contamos con un bar¡±, indica el primer edil.

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El regidor de Corpa es, adem¨¢s, conductor en una empresa privada. Epik queda con ¨¦l en el reci¨¦n inaugurado bar, con un refresco a 1,90 euros como testigo de la conversaci¨®n. Todos los precios se alejan de la inflaci¨®n urbana: 1,20 el caf¨¦ y 1,30 la ca?a. Nos recomienda la hamburguesa, ¡°que est¨¢ muy buena; yo me com¨ª una el otro d¨ªa¡±. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ no hab¨ªa bar. Hay tres vac¨ªos, que un d¨ªa estuvieron abiertos¡±, recuerda el primer edil de un municipio muy afectado por la crisis del ladrillo y las dificultades del sector agrario.

¡°La gente est¨¢ contenta. Si quieren tomarse un caf¨¦ ya no tienen que irse a otro pueblo¡±. No hace falta que lo jure el alcalde. Varios de los vecinos que nos rodean inciden en la misma idea: ¡°El pueblo lo necesitaba. Sin bar, somos menos pueblo; es importante para todos¡±. Al fin y al cabo, la Iglesia y el bar son los centros sociales de la Espa?a rural desde hace d¨¦cadas, ¡°bueno, lo de la parroquia no lo s¨¦, que no soy muy devoto, pero sin bar no se puede estar¡±, apostilla Serrano entre risas, antes de contestar a la pregunta crucial

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?Y c¨®mo viv¨ªais en Corpa sin bar? ¡°Pues o ¨ªbamos a pueblos cercanos o nos junt¨¢bamos en casa de amigos. Ech¨¢bamos la tarde. Se sobrevive; al final, se sobrevive. Pero, evidentemente, no es lo mismo. No es igual que llegue el s¨¢bado y te quieras tomar el verm¨² y te tengas que desplazar a que lo tengas al lado de casa¡±. 

Ante esa respuesta, se esboza una sonrisa al otro lado de la barra¡­ Es la de Javier Palencia, responsable del establecimiento. "Llevaba el bar de la plaza hace tiempo. Acab¨® cerrando, lo que fue una pena. Es muy dif¨ªcil tirar para delante con c¨®mo est¨¢n las cosas; esperemos que esta vez si vaya bien". El rey detr¨¢s de la barra celebra la puesta en marcha del bar: "Un pueblo necesita un bar. La gente parece contenta". El establecimiento ni siquiera cuenta (de momento) con un televisor; "pero todo se andar¨¢". No hay vecino que no se lo pida.

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Antes de abandonar Corpa, nos paramos a conversar con Vicente. Lleva varios minutos contemplando la escena, escondido tras una ca?a y  una boina. "Hace dos a?os que est¨¢bamos sin bar y eso no puede ser. Hay otro, pero se parece m¨¢s a un 'pub'. Yo he vivido siempre en Corpa y siempre hemos tenido un lugar donde reunirnos. En el que estamos lo han dejado muy bonito". Todo queda en familia. Nos cuenta su historia poco antes de que abandonemos el bar junto al alcalde, su sobrino segundo.

Recuerdos de la bodega ¡®Hermanos Serrano¡¯ de Telecinco

Llegados a este punto del art¨ªculo, ser¨¢n muchos los que hayan advertido en la particularidad del nombre del alcalde. S¨ª, se llama como uno de los protagonistas de ¡®Los Serrano¡¯. En la serie de Telecinco, Diego Serrano (Antonio Resines) dirig¨ªa el bar familiar junto a su hermano, Santiago Serrano (Jes¨²s Bonilla). ¡°Yo ten¨ªa claro que quer¨ªa devolverle el bar a Corpa¡±, indica entre risas. Igual que los Serrano televisivos dirig¨ªan el bar, los Serrano pol¨ªticos conducen el pueblo. De los cuatro concejales de Izquierda Unida, que gobierna con mayor¨ªa absoluta, tres son primos, entre los que se encuentra el alcalde. Y el n¨²mero cinco de la lista, que se qued¨® fuera por los pelos, tambi¨¦n es familia.

Todo lo dicho en este art¨ªculo se resume en una canci¨®n memorable. El 'Himno al bar' de Reincidentes:

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