El motivo por el que se dorm¨ªa en dos turnos en la Edad Media: as¨ª era el sue?o bif¨¢sico
La ausencia de luz artificial hac¨ªa que muchos habitantes de entonces realizaran el descanso en dos momentos diferentes. Entre ellos, hac¨ªan sus actividades.
Dormir al menos ocho horas es un lujo para algunos y un imposible para otros. Bien por no poder conciliar m¨¢s el sue?o, por falta de tiempo o por querer aprovechar el d¨ªa, no siempre dormimos lo que el cuerpo necesita para descansar. En cualquier caso, el descanso nocturno como lo concebimos ahora es muy diferente al de tiempos pasados. Y es que la evoluci¨®n ha llegado en todo, tambi¨¦n en el descanso.
Son varios los libros y estudios que relatan que, durante la Edad Media, la gente estaba acostumbrada a dormir en dos periodos diferentes durante la noche, algo impensable en la actualidad. En medio de ellos, se realizaban diferentes actividades. El libro 'Al final del d¨ªa: Noche en tiempos pasados', de Roger Ekirch, narra c¨®mo mucha gente se dorm¨ªa tras el atardecer antes de un segundo sue?o.
Eran tiempos en los que la iluminaci¨®n artificial todav¨ªa no hab¨ªa llegado, por lo que se permanec¨ªa un menor tiempo despierto. As¨ª, el descanso se divid¨ªa en dos fases, que sol¨ªan durar tiempos similares. Tras descansar entrada la tarde, volv¨ªan a despertar pasada la medianoche antes de volver a disfrutar de un segundo descanso.
El sue?o bif¨¢sico de la Edad Media
A principios de la d¨¦cada de 1990, el historiador Roger Ekirch hall¨® en la Oficina de Registro P¨²blico de Londres varios testimonios que le parecieron extra?os, tal y como relata BBC. En ellos se hac¨ªa referencia a un 'primer sue?o', lo que indirectamente hac¨ªa evidente la existencia de un segundo sue?o. Tras ampliar la b¨²squeda, comprob¨® que no era algo aislado en la ¨¦poca.
As¨ª, este sue?o doble, o 'bif¨¢sico' como lo describi¨® m¨¢s adelante, era algo com¨²n. Los primeros se mencionan en 'Los cuentos de Canterbury', de Geoffrey Chaucer (escrita entre los a?os 1387 y 1400). Las referencias estaban en diferentes formatos: cartas, libros m¨¦dicos, diarios y obras de teatro, entre otros.
Entre las 21:00 horas de la noche y aproximadamente las 23:00 horas, los habitantes de la ¨¦poca se echaban en unos rudimentarios colchones, rellenos de uno u otro material en funci¨®n del estatus (paja o trapos generalmente, y de plumas en el caso de los m¨¢s ricos). Un momento para, en muchos casos, dormir en comunidad con familiares, amigos o incluso extra?os.
Una costumbre con 'normas'
Durante este primer sue?o eran habituales una serie de convenciones sociales, con el fin de evitar incomodidades. As¨ª, se deb¨ªa evitar el contacto f¨ªsico o moverse en exceso. A su vez, hab¨ªa algunas posiciones previamente fijadas: las ni?as a un lado de la cama, el m¨¢s cercano a la pared, seguidas por la madre y el padre. Despu¨¦s, los ni?os varones ordenados por edad y tras ellos los que no eran miembros de la familia.
Alrededor de la una de la madrugada, como si el primer rayo de sol entrara por la ventana, la gente se empezaba a desperezar. Tras el descanso, era momento para aprovechar y realizar algunas tareas, como echar le?a al fuego, regresar al trabajo en la granja o las tareas dom¨¦sticas. Incluso, se ten¨ªan oraciones cristianas espec¨ªficas para este periodo de tiempo en concreto.
Pero, adem¨¢s, ese tiempo se empleaba en socializar y concebir hijos, tal y como explica Ekirch en su libro. En ocasiones, la gente se quedaba charlando en la cama, alcanzando un nivel de informalidad dif¨ªcilmente posible durante las tareas del d¨ªa. Y como las parejas deb¨ªan compartir cama con otros, era un momento para su intimidad: tras descansar durante el primer sue?o, estaba considerado como un buen momento para concebir.
Este sue?o bif¨¢sico no era cosa de un pa¨ªs en concreto: en Italia se conoc¨ªa como 'primo sonno'; en Francia, 'premier somme'. Adem¨¢s, se hallaron evidencias de este h¨¢bito en escenarios tan diferentes y distanciados como ?frica, el sureste de Asia o Australia. Su investigaci¨®n determin¨® que esta hab¨ªa sido la forma de dormir durante milenios.