Miles de personas descienden de la realeza y no lo saben
Recientemente, varios famosos ingleses han descubierto ser descendientes de distintos monarcas, algo que es m¨¢s probable de lo que muchos creen.
?Qui¨¦n no ha fantaseado alguna vez con ser descendiente de un monarca y tener una vida llena de lujos? Pues eso es lo que ha descubierto el presentador y comediante ingl¨¦s Josh Widdicombe. El c¨®mico ha resultado ser descendiente de Eduardo I, monarca de Inglaterra entre 1272 y 1307, a?o en el que falleci¨®. 700 a?os despu¨¦s, sus genes siguen circulando por el pa¨ªs brit¨¢nico.
Sin embargo, este no es el ¨²nico caso que ha salido a la luz recientemente. Danny Dyer, actor ingl¨¦s, acudi¨® al programa de televisi¨®n de la BBC 'Who do you think you are?' ('?Qui¨¦n crees que eres?') y se encontraron con que desciende de Eduardo III. Otro actor, Alexander Armstrong, tiene la sangre de Guillermo el Conquistador, y el locutor Matthew Pinsent es 'familiar' de Widdicombe, ya que tambi¨¦n es pariente de Eduardo I.
Estos descubrimientos recientes no son casualidad. No es que los genes reales est¨¦n construyendo una aristocracia de famosos. Seg¨²n los expertos en genealog¨ªa, si se estudiara el ¨¢rbol geneal¨®gico de todo el mundo, una gran cantidad de personas descubrir¨ªan que sus antepasados pertenecieron a la realeza.
?Es demostrable?
Graham Holton, profesor de genealog¨ªa en la Universidad de Strathclyde (Glasgow), asegura que "no es tan extra?o" encontrar estas situaciones. De hecho, ¨¦l asegura ser tambi¨¦n descendiente de? rey Eduardo I, cuya prole parece extenderse sin fin. Pero para el acad¨¦mico, el problema reside en que pocas personas podr¨¢n demostrar que esa conexi¨®n sangu¨ªnea es real, ya que aportar evidencias es muy complicado.
"Probablemente, muchas personas que lo son no puedan probar la relaci¨®n con evidencias documentales", asegura. Holton estima que, a d¨ªa de hoy, existen alrededor de dos millones de personas por cuyas venas corre la sangre de Eduardo I. Eso s¨ª, la gran mayor¨ªa de las personas no lo sabe (y probablemente nunca lo sabr¨¢n), ya que los registros de un gran porcentaje de las familias no se remontan tan atr¨¢s en el tiempo.
Sorpresas gen¨¦ticas inesperadas
Turi King, profesora de gen¨¦tica en la Universidad de Leicester, ha centrado su investigaci¨®n en Ricardo III, que rein¨® en Inglaterra dos siglos despu¨¦s de Eduardo I, y asegura que hay "literalmente millones" de personas que descienden directamente de este monarca. La acad¨¦mica explica que hay una gran cantidad de ¨¢rboles geneal¨®gicos que se superponen cuando se retroceden tantas generaciones. "Siempre digo que todos estamos relacionados, es cuesti¨®n de grado", afirma.
Pero para saber si descendemos de la realeza, "dependemos de la supervivencia de los registros", afirma Else Churchill, que pertenece a la Sociedad de Genealogistas de Londres. "Todos tenemos el mismo n¨²mero de antepasados, pero no siempre sabemos sus nombres", agrega. De igual manera, muchas personas tienen "un linaje que se remonta directamente a un grupo de campesinos".
A esta acad¨¦mica, estudiar su propio ADN le cambi¨® la vida, pero no por descubrir que descend¨ªa de un rey. "Gracias a ello descubr¨ª que mi padre no es mi padre. Durante 40 a?os he estado investigando a los Churchill. Fue sorprendente, no ten¨ªa ni idea", explica. "Conozco gente que le ha impactado descubrir algo as¨ª. Personalmente, solo me hizo pensar en la identidad", confiesa.
Los padres de Churchill ya no viven, pero ese descubrimiento no cambi¨® la visi¨®n que ten¨ªa de ellos, ni tampoco la hizo perder la pasi¨®n por el trabajo 'detectivesco' de la genealog¨ªa y l gen¨¦tica. "La familia no es necesariamente genes ni tampoco ascendencia", concluye. Y es que el ADN puede deparar muchas sorpresas, pero nunca podr¨¢ determinar lo que cada persona considera como su familia.