El desconsuelo de Otniel: agente inmobiliario busca casa en La Palma tras la erupci¨®n

La emoci¨®n asoma en los ojos de Diego Otniel Marrero P¨¦rez (Gran Canaria, 1988). La casa en la que viv¨ªa de alquiler en Todoque ya no existe. Qued¨® sepultada bajo la lava en los primeros d¨ªas de erupci¨®n. A¨²n as¨ª se sabe con suerte. Tiene un lugar donde quedarse. ¡°Ahora mi pareja y yo estamos en un piso en Tijarafe gracias a una clienta que nos ha cedido su piso temporalmente¡±, cuenta a AS en Los Llanos de Aridane.

Portero de la Uni¨®n Deportiva Los Llanos (Tercera RFEF) y agente inmobiliario. Sin casa, pero con techo. Y todos los d¨ªas intermediando en el alquiler, compra o venta de viviendas. ¡°?Qui¨¦n lo dir¨ªa, verdad?¡±, concede Marrero. Enrevesados golpes de realidad los que asesta el volc¨¢n.

Por las ma?anas, trabajo de oficina. Por las tardes, trabajo solidario en el pabell¨®n Severo Rodr¨ªguez clasificando la ayuda que ha ido recibiendo la isla. ¡°Ayudar en la forma que se pueda nos hace bien. Doblando ropa, organizando, cargando lo que haga falta, lo que se ofrece¡­ La gente se junta. Ojal¨¢ fu¨¦ramos as¨ª m¨¢s a menudo¡­ Que no hiciera falta que pasara esto para tener esta mentalidad¡±, reflexiona.

El impacto del d¨ªa en que el volc¨¢n despert¨® sigue muy vivo. ¡°Est¨¢bamos haciendo un asadero y de buenas a primeras son¨®. La sensaci¨®n, el ruido¡­ Era una angustia completa. Parec¨ªa que iba a venir directamente sobre la marcha¡­ Los vecinos alemanes no se hab¨ªan enterado de nada. Tuvimos que ayudarles tambi¨¦n. Lo m¨¢s importante es que no tuvimos ninguna p¨¦rdida. Es una contradicci¨®n¡­ Estar esa misma ma?ana cuidando los jardines, limpiando el coche y al poco tener que irte sin absolutamente nada. Es muy fuerte¡­¡±, cuenta. Y a?ade una queja: ¡°Tuvimos que enterarnos de la explosi¨®n al verla. S¨¦ que es complicado, pero pedimos ¨²nicamente que con un tiempo prudencial se nos avisara¡±.

Estas semanas han sido realmente complicadas. De la preocupaci¨®n y miedo iniciales a la incertidumbre del futuro m¨¢s cercano. ¡°Por lo menos desde el primer d¨ªa tuvimos la posibilidad de dormir en El Fuerte. Y relativamente bien, un poco de desorden, pero se entiende porque nos cogi¨® a todos igual. Mi jefe durmi¨® en el coche por seguridad. ?l solo se sent¨ªa seguro en el coche¡±, relata Marrero.

Alquilar se est¨¢ convirtiendo en una misi¨®n pr¨¢cticamente imposible en La Palma. Todo est¨¢ ocupado y lo poco que queda sigue subiendo de precio. ¡°Est¨¢ muy complicado encontrar vivienda de alquiler, pero antes de la erupci¨®n tambi¨¦n. Mucha gente buscaba y le plante¨¢bamos la situaci¨®n. No hay nada¡±, confirma.

La emoci¨®n vuelve a aflorar cuando Marrero recuerda los mensajes que ha recibido estas semanas de los clubes alemanes (FC Eldagsen. FC Springe y Preu?en Hameln 07 EV) en los que jug¨®. Algunos se han comprometido incluso a ayudar con alguna aportaci¨®n econ¨®mica ¡°No se hacen una idea de lo que estamos pasando, pero intento trasladarles que se puede ir saliendo. Que quieran ayudar, eso es¡­¡±, cuenta con emoci¨®n.

A la espera de que el volc¨¢n deje de escupir lava los vecinos de La Palma intentan retomar sus vidas de la mejor manera posible. ¡°Intentaremos volver al f¨²tbol cuanto antes porque es una v¨ªa de escape, pero hay prioridades y ahora la prioridad es ayudar a la gente. Sigues preocupado. Y te preguntas. ?A d¨®nde voy? Esperas irte a cenar a tu casa con tu mujer y de repente no tienes absolutamente nada¡±, explica.

La erupci¨®n de La Palma no entiende de planes, situaciones personales o profesionales. El desconsuelo de Otniel Marrero es el de muchos. Golpes retorcidos del volc¨¢n.

Seis mil personas sin casa.

Alquilar una vivienda en la isla de La Palma era una odisea antes de la erupci¨®n. Desde la crisis apenas hay construcci¨®n nueva. Ahora, con la evacuaci¨®n forzada por la colada de lava y despu¨¦s de m¨¢s de mil edificaciones destruidas, unas seis mil personas siguen reubicadas en segundas residencias o alojamientos temporales. Algunos pasaron incluso los primeros d¨ªas en sus coches. A otros solo les qued¨® el barco con el que sal¨ªan a pescar.

¡°El problema ahora es d¨®nde metes a toda esa gente que se ha quedado sin casa. La gente est¨¢ hacinada en pisos porque no hay para alquilar¡­ Antes era dif¨ªcil, imagina ahora¡­ Y a ese se?or mayor que trabaj¨® toda su vida, que ten¨ªa su huerto¡­ ?C¨®mo le dices que se tiene que meter en un piso? Eso si llegan las ayudas o una nueva vivienda¡­ Esto va a ser muy duro¡±, comenta emocionado Alejandro D¨ªaz, vecino de Los Llanos.

En un apartamento de Las Cuestas de El Paso la radiograf¨ªa de estas semanas se confirma. Alexandra G¨®mez, residente de Todoque, tuvo que abandonar su casa. En los ¨²ltimos d¨ªas ha convivido en la casa de su abuelo, ubicada en Las Cuestas de El Paso, con otras ocho personas, entre ellas un ni?o de siete a?os. "Ahora mismo lo que s¨¦ es que la lava se ha quedado a diez metros de mi casa, pero tampoco lo s¨¦ seguro... Antes me pasaban fotos o ten¨ªamos datos con im¨¢genes de dron, pero ahora no tengo confirmaci¨®n de nada¡­¡±, cuenta G¨®mez. La erupci¨®n ha golpeado con dureza a su familia. Bajo la lava, sepultadas otras tres viviendas familiares.

Primero se habilit¨® el acuartelamiento de El Fuerte para acoger a familias sin vivienda. Un hotel en Fuencaliente da cobijo a unas doscientas personas. Mientras tanto las autoridades han expresado en estos d¨ªas su compromiso para ofrecer flexibilidad en la negociaci¨®n de las familias con los bancos.

El fin de semana el presidente del Gobierno de Canarias ?ngel Victor Torres anunciaba la compra de viviendas en Tazacorte para los afectados. Los vecinos que hayan perdido su primera vivienda tendr¨¢n prioridad, pero el proceso llevar¨¢ un tiempo a¨²n por determinar. Luego le tocar¨¢ al resto.

Los palmeros tienen la certeza, en cualquier caso, de que con nueva casa o indemnizaci¨®n no habr¨¢ reparaci¨®n ni moral ni econ¨®mica por el da?o sufrido. Mientras tanto algunos vecinos relatan con amargura el incremento en el precio del alquiler por parte de muchos propietarios. En el momento m¨¢s complicado.