El 20 de julio de 1969, la misi¨®n espacial norteamericana Apolo 11 llev¨® a los primeros hombres a la Luna: el comandante Neil Armstrong y el piloto Buzz Aldrin. Ahora, 52 a?os despu¨¦s de ese ¡°salto gigantesco para la humanidad¡±, el investigador James Meador asegura en un art¨ªculo que el m¨®dulo lunar (LM) ¡®Eagle¡¯, gracias al cual los astronautas pudieron pisar la superficie lunar, podr¨ªa seguir orbitando inerte nuestro sat¨¦lite.

Armstrong y Collins volvieron a la Tierra dentro del m¨®dulo de Columbia, pero antes dejaron al Eagle en una ¨®rbita retr¨®grada a unos 125 kil¨®metros sobre el ecuador lunar. La NASA asumi¨® que este se habr¨ªa estrellado contra la Luna entre uno y cuatro meses despu¨¦s de que finalizara la misi¨®n, pero el cient¨ªfico del Instituto de Tecnolog¨ªa de California (Caltech), sugiere que podr¨ªa permanecer en la misma ¨®rbita en la que lo dejaron.

¡°Aunque es posible que se produzcan resultados catastr¨®ficos, existe la posibilidad de que esta m¨¢quina haya alcanzado un estado inerte, lo que le permite permanecer en ¨®rbita hasta el d¨ªa de hoy. Si es as¨ª, deber¨ªa ser detectable por radar, de manera similar a la forma en que el orbitador Indian Moon Chandrayaan-1 fue reubicado en 2016¡±, explica.

Simulaciones de su trayectoria

Meaor realiz¨® simulaciones de la ¨®rbita predicha de la etapa de ascenso del m¨®dulo del Apolo 11 utilizando la Herramienta de An¨¢lisis de Misi¨®n General (GMAT, por sus siglas en ingl¨¦s), que fue desarrollada por la NASA como parte de la nave espacial GRAIL. Estas pruebas mostraron que la altitud periluna del Eagle en los per¨ªodos de tiempo 1969-1970 y 2019-2020 fue aproximadamente la misma, con lo que a¨²n puede orbitar la luna en aproximadamente 100 kil¨®metros, la misma distancia a la que se dej¨® en 1969.

¡°Un an¨¢lisis aproximado indica que Eagle estar¨ªa a m¨¢s de 125 km sobre la superficie en aproximadamente el 25% de cruces de extremidades. Si se supone que el radar puede detectar objetos a esta altitud, entonces, cuatro per¨ªodos de observaci¨®n de 2 horas cuidadosamente elegidos deber¨ªan proporcionar una cobertura suficiente para posiblemente reubicar uno de los artefactos m¨¢s importantes en la historia de la exploraci¨®n espacial¡±, concluye el investigador.