La denominada COVID persistente consiste en que las personas que han sufrido la enfermedad pueden seguir mostrando s¨ªntomas asociados a la misma durante semanas o incluso meses despu¨¦s de haberla pasado. Estos indicios pueden ser de diversa ¨ªndole: fatiga, co¨¢gulos en sangre, dolores de pecho, accidentes cerebrovasculares...

Seg¨²n una encuesta de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos Generales y de Familia (SEMG), el perfil del paciente suele ser una mujer de entre 30 y 50 a?os, y las secuelas de la COVID-19 transcurren durante m¨¢s de seis meses. 

Diversos problemas

Uno de los signos detectados es toser sin parar. Las personas que lo sufren tienen dificultades incluso para acabar las frases y padecen problemas para dormir o comer. Asimismo, pueden desarrollar miedo a salir a la calle al llamar la atenci¨®n por sus constantes tosidos. 

?se es el caso de Verena, una joven de 16 a?os de Santiago de la Ribera (Murcia), que describi¨® en RTVE sus dificultades tras contagiarse hace 6 meses: "Cuando sales, la gente te mira, cuchichea, se aparta y eso no es algo que le haga sentir bien a nadie". Y la infecci¨®n tambi¨¦n le ha provocado inflamaci¨®n en las articulaciones: "Me levanto y a veces tengo una mano que parece un globo y a los dos o tres d¨ªas ha bajado".

Reto para los sanitarios

La COVID persistente se trata de uno de los problemas que m¨¢s preocupa a los m¨¦dicos, ya que podr¨ªa afectar al 10% de los contagiados y se trata de uno de los mayores retos para los sanitarios tras la pandemia. Una de las grandes dificultades a las que se enfrentan es que no tiene una definici¨®n establecida a nivel internacional, lo que complica su reconocimiento y el establecimiento de protocolos.