Encuentran restos radiactivos en la miel de Estados Unidos como consecuencia de la Guerra Fr¨ªa
Un estudio detecta Cesio-137, liberado durante las pruebas nucleares de los 50 y 60, en miel procedente de zonas donde el suelo tiene niveles bajos de potasio.
Todav¨ªa perduran las secuelas de la Guerra Fr¨ªa que surgi¨® entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial. Aunque nunca llegaron a enfrentarse directamente desde el punto de vista militar, durante la d¨¦cada de los 50 y los 60 se realizaron pruebas de bombas nucleares que provocaron lluvias radioactivas. Y estas precipitaciones alteradas por la radiaci¨®n han afectado a la miel estadounidense.
As¨ª lo asegura un estudio realizado por la Universidad de William & Mary, en Williamsburg (Nueva York), que ha detectado part¨ªculas radiactivas de Cesio-137 en miel cultivada actualmente. ¡°Al medir la miel, mostramos patrones regionales en el ciclo biogeoqu¨ªmico de C y concluimos que las plantas y los animales reciben una exposici¨®n desproporcionadamente alta a la radiaci¨®n ionizante de Cs en suelos bajos en potasio. En varios casos, la presencia de Cs duplic¨® con creces la radiaci¨®n ionizante de rayos gamma y X en la miel, lo que indica que, a pesar de su vida media radiactiva, el legado ambiental de la contaminaci¨®n regional de Cs puede persistir durante m¨¢s de seis d¨¦cadas¡±, explican los autores del trabajo, cuyos resultados se han publicado en Nature Communications.
Hallazgo soprendente
La investigaci¨®n comenz¨® en 2017, cuando el geoqu¨ªmico ambiental Jim Kaste, de la Universidad de William & Mary, pidi¨® a sus alumnos llevar a clase alimentos locales de los lugares donde pasaran las vacaciones para estudiarlos y comprobar c¨®mo los contaminantes radiactivos de aquellas pruebas nucleares persist¨ªan en el medio ambiente. ¡°Hubo un per¨ªodo en el que probamos cientos de armas nucleares en la atm¨®sfera¡±, explic¨® el a?o pasado cuando present¨® su trabajo. ¡°Lo que hizo fue poner una capa de estos is¨®topos en el medio ambiente durante un per¨ªodo de tiempo muy estrecho¡±, a?adi¨®. Uno de esos is¨®topos fue el cesio-137, que es un subproducto de la fisi¨®n nuclear que implica la reacci¨®n del uranio y el plutonio.
Esto es lo que trataba de explicar tambi¨¦n a sus estudiantes tambi¨¦n mientras analizaban los variados alimentos que hab¨ªan llevado: manzanas, sirope de arce, nueces, l¨²pulo¡ Pero la sorpresa lleg¨® cuando midi¨® los niveles de este is¨®topo que hab¨ªa en un tarro de miel procedente de Carolina del Norte: conten¨ªa 100 veces m¨¢s cesio-137 que el resto de productos. Se qued¨® at¨®nito. ¡°Lo volv¨ª a medir porque pens¨¦ que algo le hab¨ªa pasado al contenedor o que mi detector estaba loco¡±, confiesa en un comunicado. Sin embargo, el resultado volvi¨® a ser el mismo, con lo que Kaste comenz¨® a investigar c¨®mo pod¨ªa ser posible que la miel tuviera tanto cesio-137.
Para descubrirlo, analizaron 122 muestras de miel cruda, pura y sin filtrar, elaborada localmente por mercados y apicultores situados al este de Estados Unidos, desde Maine a Florida. De todas estas muestras, 68 conten¨ªan m¨¢s de 0.03 bq de radiactividad, 870.000 ¨¢tomos de cesio radioactivo por cucharada.
?C¨®mo es posible?
Los investigadores se?alan que las m¨¢s de 500 armas nucleares que se probaron ¡°liberaron mucha m¨¢s radiaci¨®n ionizante a la atm¨®sfera que cualquier otro evento o combinaci¨®n de eventos en la historia de la humanidad¡±. As¨ª, aunque no es posible saber qu¨¦ explosi¨®n caus¨® las secuelas encontradas en los alimentos estadounidenses, los cient¨ªficos tratan de explicar c¨®mo el is¨®topo se ha extendido por todas partes. ¡°Muchas de las detonaciones en el aire fueron tan poderosas que decenas de productos de fisi¨®n radiactivos fueron inyectados en la estratosfera y distribuidos globalmente¡± a trav¨¦s de las lluvias.
Sin embargo, las muestras de miel que registraron las mayores cantidades del is¨®topo radiactivo no se produjeron en las regiones estadounidenses con mayor cantidad de precipitaci¨®n, sino que vienen de las zonas en las que el suelo tiene niveles bajos de potasio, que las plantas adsorben como fuente de nutrientes para hacer sus procesos metab¨®licos. ¡°Y los ¨¢tomos de potasio y cesio se ven muy similares¡±, asegura Kaste. Entonces, las plantas de suelos pobres en potasio absorber¨¢n cesio en su lugar y lo pasan a las abejas a trav¨¦s del n¨¦ctar.
No es peligroso para la salud
Pese a que los hallazgos puedan parecer preocupantes, los cient¨ªficos aseguran todos los niveles de casio-137 encontrados ¡°est¨¢n por debajo del umbral de preocupaci¨®n de 50-100 Bq kg¡±. ¡°Lo que vemos hoy es una peque?a fracci¨®n de la radiaci¨®n que estaba presente durante las d¨¦cadas de 1960 y 1970¡±, asegura. Asimismo, insiste en que no entra?an ning¨²n peligro para el consumo humano: ¡°No estoy tratando de decirle a la gente que no deber¨ªa comer miel. Les doy miel a mis hijos. Ahora como m¨¢s miel que cuando comenc¨¦ este proyecto¡±.