La pandemia del coronavirus est¨¢ destrozando cada pa¨ªs por el que pasa, a cada uno de una forma en funci¨®n de sus recursos, su gesti¨®n o el n¨²mero de habitantes. La situaci¨®n de Brasil, por ejemplo, es descrita como una ¡°plaga medieval¡± por los que est¨¢n all¨ª. Con una poblaci¨®n de m¨¢s de 211 millones de personas, la falta de recursos, sobre todo en zonas de pobreza, est¨¢ dejando im¨¢genes impactantes.

No es casualidad que Brasil sea de los pa¨ªses con mayor n¨²mero de muertes por coronavirus en todo el mundo, superado solo por Estados Unidos. Uno de los puntos clave es su gesti¨®n, c¨®mo su presidente, Jair Bolsonaro, ha ido actuando para parar la COVID-19 en el pa¨ªs. Desde el primer momento neg¨® que el peligro fuera tan grande, y ahora Brasil lo est¨¢ pagando.

A esta tard¨ªa reacci¨®n se suma el resurgimiento del brote de coronavirus, la falta de recursos como el ox¨ªgeno, o una peligrosa nueva variante surgida en el propio pa¨ªs. Incluso la vacunaci¨®n, que parec¨ªa ser el salvavidas, ha sido una decepci¨®n cuando se supo que solo hab¨ªa seis millones de dosis disponibles y no se esperaba mucho m¨¢s en camino.

El ejemplo del pa¨ªs, la situaci¨®n de Manaos

Para entender cu¨¢l es la situaci¨®n real del pa¨ªs basta con acercarse a ver en qu¨¦ estado se encuentra Manaos, ciudad brasile?a en lo m¨¢s profundo de la selva amaz¨®nica, donde precisamente se considera que naci¨® la variante del coronavirus de Brasil.

Desde que la COVID-19 lleg¨® con fuerza al pa¨ªs se ha ido contando el estado epidemiol¨®gico de esta regi¨®n por sus circunstancias especiales. Existe verdadero temor, porque hay tanta escasez de suministros que la gente se asfixia y muere en las camas del hospital por falta de ox¨ªgeno.

La ausencia de previsi¨®n y de recursos han obligado a Brasil a pedir ayuda y suministros de emergencia a otros pa¨ªses, como Venezuela, que precisamente es otro con grandes problemas en su sistema sanitario.

Manaos se ahoga, falta ox¨ªgeno

Brasil ha tenido que pedir ayuda incluso a sus fuerzas armadas. Los soldados recogen a los enfermos que est¨¢n m¨¢s graves y los llevan a otras zonas del pa¨ªs, que sin tener grandes condiciones no viven una situaci¨®n tan ca¨®tica y descontrolada.

Sin ox¨ªgeno, la ¨²nica soluci¨®n que se les ofrece a los familiares de los ingresados es que llenen ellos mismos unos enormes botes verdes o que lo obtengan donde puedan. Se forman grandes colas, sin distancias de seguridad, y voluntarios est¨¢n participando para ayudar a estas familias.

Uno de estos voluntarios, Helcio da Silva Maia Neto, relata su experiencia en el medio Sky News: ¡°Me gustar¨ªa decirles a todos los que escuchan: ?por favor, env¨ªen ayuda! Hay m¨¢s personas muriendo aqu¨ª que en tiempos de guerra, estamos viviendo una guerra, literalmente, una guerra biol¨®gica en nuestras ciudades... nuestra ciudad¡±.

Incluso cuenta que ellos tienen que decidir a veces qui¨¦n vive y qui¨¦n muere: ¡°Hay d¨ªas que le llevamos el ox¨ªgeno (a los pacientes) y tenemos que decidir, en funci¨®n del nivel de saturaci¨®n que tengan, a cu¨¢l vamos a dejar vivir y qui¨¦n va a morir. Esta es la realidad todos los d¨ªas¡±.

Como consecuencia, hay dos im¨¢genes que lo dicen todo. Una, funerarios de la organizaci¨®n SOS Funerals transportando a los muertos de los hogares a las tumbas de los pobres. Y la otra, los trabajos en los cementerios para excavar miles y miles de tumbas.