Uno de los pa¨ªses m¨¢s golpeados por la pandemia es Brasil. Actualmente, acumulan m¨¢s de 3,3 millones de contagios y superan las 108.000 muertes, lo que da una muestra clara de los efectos devastadores que est¨¢ provocando la COVID-19 en la naci¨®n sudamericana.

Precisamente esto ha sido visto como una oportunidad para los investigadores de vacunas. Debido a un contagio generalizado, una gran reserva de especialistas en inmunizaci¨®n, una infraestructura robusta de manufactura m¨¦dica y miles de voluntarios para realizar pruebas cl¨ªnicas, Brasil se ha destapado como un actor vital en la b¨²squeda de la cura.

Seg¨²n el informe de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) sobre los avances para encontrar la vacuna, tres de las investigaciones m¨¢s avanzadas cuentan con cient¨ªficos y voluntarios en Brasil. Para el Gobierno del pa¨ªs puede suponer una gran oportunidad para que sus ciudadanos sean de los primeros en ser vacunados.

Muchos voluntarios

Dimas Covas, director del Instituto Butantan, (productor farmac¨¦utico asociado con Sinovac) asegur¨® que "Brasil ser¨¢ uno de los primeros pa¨ªses en tener la vacuna". Otra de las empresas que busca la vacuna, AstraZeneca, ha reclutado a 5.000 brasile?os para efectuar pruebas y ensayos, al igual que ya hizo Pfizer con otras 1.000 personas m¨¢s. 

A la hora de medir sus resultados, los expertos necesitan pa¨ªses con brotes grandes. As¨ª, los voluntarios reciben la vacuna potencial y a otros se les suministra un placebo, aunque deben haber estado en un lugar donde haya circulaci¨®n del virus para poder medir la eficacia del remedio.

Por ello, Brasil cumple con los requisitos para poder llevar a cabo estas pruebas. Ser¨¢ el ¨²nico pa¨ªs adem¨¢s de Estados Unidos que desempe?ar¨¢ un papel importante en tres de los principales estudios llevados a cabo. Aunque los expertos tampoco tienen la certeza de que las pruebas realizadas en suelo brasile?o sean las que ganen la batalla por la vacuna.

Candidatos

Muchos pa¨ªses compiten por ser el primero en tener acceso a la cura, como es el caso de India, que conf¨ªa en producir en masa la vacuna de Oxford. La semana pasada, Rusia aprob¨® una nacional, aunque todav¨ªa no ha pasado las pruebas finales de seguridad y eficacia. Por su parte, China tambi¨¦n contin¨²a inmersa en esta carrera de fondo y conf¨ªa en lograrla pronto.