Desde la OMS sugirieron la regla de las "tres T" (test, track, trace, que traducido al espa?ol es: test, seguimiento y rastreo).

Michael Ryan, el director ejecutivo de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ya avisaba de cu¨¢les eran los problemas para contener el coronavirus en Europa, achacando al rastreo de contactos: ¡°Lo dif¨ªcil es, cuando detectas un caso, tener la capacidad de identificar los contactos, seguirlos y ponerlos en cuarentena. Entonces necesitas una respuesta sanitaria mucho m¨¢s grande, que va por detr¨¢s de las pruebas¡±.

Espa?a fall¨® en ese aspecto, en el seguimiento y en el rastreo, y Adri¨¢n Hugo Aginagalde, investigador en epidemiolog¨ªa hist¨®rica, quiere evitar que se sigan cometiendo estos errores a la hora de prevenir contagios. El experto fue entrevistado por SINC, con quienes habla acerca de la pandemia.

Los epidemi¨®logos avisaron de que faltaban rastreadores

Adri¨¢n Hugo Aginagalde declaraba que muchos epidemi¨®logos eran conscientes de la situaci¨®n, y hab¨ªan avisado previamente a las autoridades de que hac¨ªan falta m¨¢s rastreadores: "Llev¨¢bamos tiempo avisando de que se necesitaban rastreadores. Los epidemi¨®logos lo ten¨ªamos claro porque sab¨ªamos que con los efectivos actuales era imposible. Por eso muchas consejer¨ªas han apostado por reforzar con todo lo que han podido y abrir bolsas de trabajo".

Adem¨¢s, achaca al n¨²mero de epidemi¨®logos que hay en Espa?a, que son muy pocos y no se encuentran en los servicios de salud: "Hay menos de un epidemi¨®logo por 100 000 habitantes en Espa?a. Somos muy pocos y estamos en la Administraci¨®n, no en los servicios de salud. No tenemos un sistema de guardias y producimos una enorme cantidad de datos para vigilancia, adem¨¢s de actuaciones de prevenci¨®n y control. Nos falta tiempo material y queremos seguir haciendo todo eso adem¨¢s de una actividad de rastreo que consume una enorme cantidad de esfuerzo".

No hay recursos materiales para hacer un buen rastreo

"La gente no me cree, pero la mayor¨ªa de comunidades aut¨®nomas tienen menos epidemi¨®logos que el personal que pueda tener un centro de salud aleatorio. Imagina tener a cinco personas produciendo todos los datos y, al mismo tiempo, ocup¨¢ndose de aislamientos y rastreo. Ese es el motivo de que en la primera ola pand¨¦mica no se pudiera hacer el rastreo bien. No hab¨ªa recursos materiales para hacerlo", apuntaba el investigador epidemiol¨®gico.

En estos momentos siguen siendo pocos los rastreadores disponibles, pero adem¨¢s hay una gran carga de trabajo debido a que continuamente se est¨¢ solicitando informaci¨®n. Adri¨¢n se?alaba que "lo ideal es tener un rastreador por cada 20.000 habitantes y es aconsejable acercarse a uno por cada 5.000, pero depende del n¨²mero de casos que tenga cada comunidad aut¨®noma".

Los estudios de contactos le corresponden a salud p¨²blica

Hasta ahora, las actividades de rastreo eran llevadas a cabo por la atenci¨®n primaria en la mayor¨ªa de los casos, pero el epidemi¨®logo cree que es necesario que esta actividad la lleven a cabo los servicios de salud p¨²blica, pues es un problema que las detecciones de contactos se lleven a cabo ¨²nicamente en atenci¨®n primaria: "Tiene que haber un m¨ªnimo de rastreadores por habitante, con dedicaci¨®n exclusiva medida en jornadas laborales. Si detectas la mayor parte de los casos en atenci¨®n primaria tienes un problema".

"Los estudios de contactos son actividades que corresponden a salud p¨²blica, no a atenci¨®n primaria. Est¨¢ en la ley. Otra cosa es que realicen parte, pero los m¨¦dicos no pueden mirar todos los contactos laborales y sociales, ni solicitar un listado de clientes de un establecimiento. Como mucho preguntan con qui¨¦n ha estado [el paciente] y con qui¨¦n vive. Por eso salen cifras de tres contactos, cuando lo normal es tener cifras elevad¨ªsimas de hasta veinte", se?ala Adri¨¢n Hugo Aginagalde.

Adem¨¢s, Adri¨¢n se?ala que es necesario tener un sistema de rastreo en escala y que sea flexible, y no como el modelo de Madrid: "¡°El modelo de Madrid es descentralizado, pero no est¨¢ bien conectado y no tienen una herramienta que una los casos y los contactos", apunta. "El modelo debe tener una escala. A medida que se incrementan los casos, se tiene que aumentar los efectivos. Debe ser flexible para poder asumir cribados puntuales ante situaciones de riesgo cuando sea preciso. Una opci¨®n es el modelo cooperativo. Tambi¨¦n contar con personal que se pueda incorporar con facilidad, pero esto no es f¨¢cil. Hay que formarles, pagarles, contratarles, buscarles un sitio y darles acceso a los sistemas. Deben conocer lo que es un servicio de salud e incluso prescribir las PCR. Si con la flexibilidad eres capaz de absorber el pico mientras vas ampliando los efectivos puedes intentarlo, pero no es f¨¢cil".

Acerca de los voluntarios como rastreadores

El investigador de epidemiolog¨ªa hist¨®rica muestra su desacuerdo con esta propuesta, aunque s¨ª se?ala que en mitad de la pandemia hubo que buscar ayuda de cualquier lugar: "Lo deseable es que haya un contrato, por los cauces de la legislaci¨®n vigente y mediante bolsas de interinos eventuales, porque est¨¢s poniendo gente en cuarentena, actuando sobre establecimientos, obteniendo informaci¨®n amparada bajo la ley de protecci¨®n de datos¡­ Es una actuaci¨®n de salud p¨²blica, no de unos voluntarios. Aun as¨ª, no podemos negar que en mitad de la pandemia vivimos circunstancias en las que los buscamos debajo de las piedras, incluso hijos de los trabajadores y estudiantes. Se hizo durante el estado de alarma porque este lo permit¨ªa y hay que darles las gracias, pero tambi¨¦n formalizar mecanismos para evitar recurrir a ellos de nuevo".

Adem¨¢s, la formaci¨®n de un rastreador suele requerir de al menos dos semanas "si no ha trabajado antes en un servicio de salud". Lo m¨¢s eficaz mientras estos rastreadores se van formando es "reaprovechar los recursos en atenci¨®n primaria, medicina preventiva y salud laboral", apuntaba el epidemi¨®logo.

Las aplicaciones de rastreo

La aplicaci¨®n 'Radar Covid' estuvo a prueba en La Gomera, y Adri¨¢n Hugo Aginagalde opinaba que: ¡°Nos habr¨ªa gustado que los recursos dedicados a las ¡®apps¡¯ se hubieran usado para mejorar los sistemas de informaci¨®n ya existentes. Hay que desarrollar el c¨®digo de lo que ya tenemos, no reinventar la rueda¡±.

"Las apps pueden servir de apoyo si se integra la informaci¨®n, si no vamos a tener un doble rastreo. No nos ahorra trabajo porque hay que picar la informaci¨®n igual y tambi¨¦n llamar al contacto, convencerle de que guarde cuarentena, darle la incapacidad temporal y responder sus dudas, que tienen much¨ªsimas", conclu¨ªa acerca de este tema.

?Cu¨¢l es la situaci¨®n actual?

Adri¨¢n apuntaba que: "No tiene importancia si estamos en una segunda ola, pero actuemos como si hubiera llegado. El n¨²mero de casos no es una variable fiable para evaluarlo, habr¨ªa que usar hospitalizados graves o fallecimientos. Seg¨²n estos, la mayor parte del territorio no estar¨ªa todav¨ªa en ese punto, pero podr¨ªa empezar y algunas partes pueden alcanzar esta situaci¨®n. S¨ª hay una aceleraci¨®n, aunque todav¨ªa no tengamos impacto asistencial y demogr¨¢fico y el registro hist¨®rico indique que deber¨ªamos tener una segunda y tercera ola. Yo no afirmar¨ªa que estemos en una segunda ola, pero hay que actuar como si ya estuviera aqu¨ª".

?Se puede detener una pandemia?

"Las pandemias son fen¨®menos que no est¨¢n bajo nuestro control y sobre los que es muy dif¨ªcil intervenir. Mitigamos su impacto e intentamos contenerla al m¨¢ximo, sobre todo en poblaciones vulnerables. Las gripes de 1889, 1918, 1957 y 1968 no pudieron ser detenidas por las intervenciones de la autoridad sanitaria. En la de 1918 EE UU consigui¨® disminuir el impacto de alguna de las olas pand¨¦micas confinando algunas ciudades, pero levemente. Ni las mascarillas ni el rastreo han conseguido detener una pandemia. De hecho, nunca hemos detenido una a lo largo de la historia", finalizaba Adri¨¢n Hugo Aginagalde.