Portugal avanza a pasos agigantados en la 'vuelta a la normalidad'. El pa¨ªs vecino ha conseguido rechazar el coronavirus con mucha m¨¢s eficacia que el resto de pa¨ªses europeos y el lunes comenz¨® una segunda fase del desconfinamiento sustentada en iniciar la semana con ¨²nicamente 29.202 infectados por COVID-19, 1.231 fallecidos, 6.430 recuperados y 628 hospitalizados, con una tasa de contagio del 0,97%, unas cifras incomparables con las espa?olas. 

As¨ª, cerca de 200.000 alumnos de los dos ¨²ltimos cursos de secundaria (16 y 17 a?os) han comenzado a regresar a las clases sin escatimar en las medidas de protecci¨®n, con el uso obligatorio de mascarillas que son repartidas en el propio centro, la toma de temperatura a la entrada del centro y la reorganizaci¨®n de horarios y espacios para asegurar el distanciamiento entre estudiantes. Los alumnos previos a los estudios superiores y de los cursos equivalentes de los ciclos profesionales tambi¨¦n regresar¨¢n al instituto.

Otra medida obligatoria es lavarse las manos al entrar y al salir de la escuela. Los grupos tendr¨¢n horarios de clase, descansos y per¨ªodos para comer propios sin cruzarse con los dem¨¢s. Entre otras normas, los alumnos usar¨¢n siempre la misma sala para dar clase con una distancia de al menos 1,5 metros entre los pupitres, por lo que las mesas se han separado a las ventanas y las paredes para que queden lo m¨¢s esparcidas posible. En las ¨²ltimas semanas las Fuerzas Armadas repartieron de cuatro millones de mascarillas, 17.000 litros de desinfectante y otros equipos de protecci¨®n e higiene para los centros educativos.

Apertura de caf¨¦s, restaurantes...

La segunda fase de la desescalada en Portugal tambi¨¦n ha conllevado la apertura de caf¨¦s, pasteler¨ªas, restaurantes, comercios de calle de m¨¢s de 400 metros cuadrados, guarder¨ªas, museos y residencias de ancianos. Eso s¨ª, con normas b¨¢sicas en la hosteler¨ªa como un aforo m¨¢ximo del 50%, una distancia m¨ªnima entre clientes o la obligatoriedad de ocupar una mesa en el local o en la terraza. Toda precauci¨®n es poca para evitar que la COVID-19 se propague cuando se flexibilicen las medidas de seguridad.