El coronavirus ha logrado un imposible: unir a Google y a Apple. Competidores ac¨¦rrimos por el mercado del smartphone, el primero con su sistema operativo Android, que se integra en tel¨¦fonos de multitud de marcas; y el segundo, con sus famosos iPhone, basado en un modelo radicalmente opuesto, el de la exclusividad, generando una fidelidad en el cliente como pocas marcas logran trasmitir. Entre ambas firmas, ocupan m¨¢s del 99% de los tel¨¦fonos inteligentes del mundo, ah¨ª est¨¢ su potencial para universalizar la lucha contra la COVID-19.

El dominio, en cualquier caso, es de Google, gracias a su apertura para instalarse en tel¨¦fonos de varias marcas: domina el 81,7% del mercado; el 17,9% es para Apple, con un 0,3 para Windows y un 0,1 para Blackberry. As¨ª, el anuncio que han realizado Apple y Google supone una t¨¢ctica conjunta para universalizar las aplicaciones de los gobiernos de todo el mundo que tengan por objeto localizar positivos de coronavirus.

Estas aplicaciones vienen teniendo un fuerte ¨¦xito, como en Corea del Sur o en Singapur, pero es primordial su expansi¨®n masiva (en Singapur, se qued¨® en el 20% de la poblaci¨®n). El acuerdo entre ambas marcas podr¨ªa suponer que integren de manera expr¨¦s una actualizaci¨®n en sus respectivos sistemas operativos para que esas aplicaciones entren en casi todos los tel¨¦fonos del mundo, en colaboraci¨®n con los respectivos gobiernos.

Esas aplicaciones tienen un peso importante, pues sirven, adem¨¢s de para ayudar a diagn¨®stico bas¨¢ndose en los s¨ªntomas que el propio paciente expresa (lo cual descongestiona el sistema sanitario p¨²blico), para geolocalizar los casos positivos y, as¨ª, avisar a aquellas personas en sus alrededores que puedan verse infectadas. La tecnolog¨ªa ya existe, lo que ahora falta es llevarla a cada tel¨¦fono m¨®vil del globo; una misi¨®n en la que Apple y Google trabajar¨¢n codo con codo.