CORONAVIRUS

Los quioscos, al pie del ca?¨®n

JESUS ALVAREZ ORIHUELA

Los puntos de venta de prensa permanecen abiertos al p¨²blico durante el estado de alarma, pero notan el descenso de clientes y la inactividad de otros sectores.

Diana advert¨ªa hace quince d¨ªas a sus clientes de un barrio de Ciudad Lineal -varios de ellos fieles suscriptores- para que evitaran un peregrinar en vano: "Solo queda abierto el que hay enfrente del centro comercial", les dec¨ªa. Despu¨¦s de resistir los primeros d¨ªas del estado de alarma, esta quiosquera decid¨ªa cerrar temporalmente tras conocer la primera pr¨®rroga del estado de alarma. "Mis hijos me han dicho que ya est¨¢ bien. El riesgo es muy grande", comenta tras no ver durante d¨ªas a tres cuartas partes de su clientela. "La gente tiene miedo de salir", asevera Prados, que vende prensa junto a su hermana Teresa en una tienda de barrio de Talavera de la Reina.

Los quioscos son de los pocos 'indultados' por el estado de alarma y muchos siguen al pie del ca?¨®n. A la lucha contra la transici¨®n digital, que llevan a?os batallando, ahora se une otro s¨²bito descenso de ventas por el coronavirus, que ha dejado a muchos clientes en casa. "La gente no sale", explica Justo desde su punto de venta en el barrio madrile?o de Chamber¨ª. ?l, como sus compa?eros que participan en este reportaje, se ha armado de paciencia, gel, guantes y mascarillas.

Durante la conversaci¨®n con Aitor, le interrumpe una clienta. "Me ha tra¨ªdo el desayuno, ?qu¨¦ detallazo!", comenta al tel¨¦fono este quiosquero de Eibar (Guip¨²zcoa). El estado de alarma afecta a las ventas y al d¨ªa a d¨ªa. "Ahora me tengo que traer el caf¨¦ de casa, pero no sabe igual que el del bar", bromea. Los bares son refugio al que acudir en busca de un tentempi¨¦, adem¨¢s de leales clientes. En Madrid, Justo ha perdido la venta del 40% de los 200 ejemplares que despacha diariamente, entre ellos los de los 18 bares a los que reparte la prensa.

Sin loter¨ªas y el repunte de los pasatiempos

"Hay d¨ªas que vendo tres peri¨®dicos", dice la talabricense Prados, pese a que en su establecimiento tambi¨¦n cuenta con alimentos de primera necesidad, papeler¨ªa y loter¨ªas -los sorteos se han suspendido- y se encuentra frente a un supermercado. "La loter¨ªa se nota y la primera semana la gente hizo compra para mucho tiempo". Ni el pan retiene clientes: "La gente se lleva tres o cuatro barras, para congelarlas y no bajar". Aitor tambi¨¦n acusa la ausencia de sorteos. "Las p¨¦rdidas ah¨ª van a ser bastante gordas", lamenta, pese a que ¨¦l ahora vende m¨¢s peri¨®dicos. "Un poquito. La gente se aburre y necesita algo para leer", dice.

Los cuatro coinciden en que los pasatiempos se han convertido en un producto estrella, "Para que la gente no se aburra", dice Diana. Tambi¨¦n las revistas. "Pero la venta baja porque no hay peluquer¨ªas", cuenta Justo, se?alando otro nicho de clientes perdido. Aitor 'presume' de sacar "revistas que no se vend¨ªan en tres meses seguidos. He tenido que pedir m¨¢s", y concluye con un deseo: "Lo importante es que encuentren remedio a esto". Aunque no olvida el f¨²tbol que qued¨® pendiente. "Mira que la Real va a llegar pocas veces a una final y se tenga que quedar sin jugarla. Eso no puede ser, que este a?o tenemos un equipo buen¨ªsimo".