SALUD

?Tripa? Entonces tambi¨¦n tiene m¨¢s riesgo de sufrir infartos

Quienes han sufrido un ataque card¨ªaco y mantienen un cintur¨®n de grasa abdominal cuentan con m¨¢s papeletas para repetir un problema de coraz¨®n.

Hay cientos de bromas y chistes sobre la tripa. Se relacionan con el envejecimiento, la ingesta de alimentos, la bebida o cualquier otro chascarrillo sobre la llamada buena vida y los placeres. Sin embargo, los cient¨ªficos han demostrado que la grasa alrededor de la cintura avisa de que hay m¨¢s posibilidades de sufrir un infarto varias veces por m¨¢s que se receten f¨¢rmacos o el coraz¨®n consiga recuperarse del primer envite de la muerte.

"La obesidad abdominal no solo aumenta el riesgo de un primer ataque card¨ªaco o accidente cerebrovascular, sino tambi¨¦n el riesgo de eventos recurrentes despu¨¦s de la primera desgracia. Mantener una circunferencia de cintura saludable es importante para prevenir futuros ataques al coraz¨®n y derrames cerebrales, independientemente de cu¨¢ntos medicamentos est¨¦ tomando o los saludables que parezcan sus an¨¢lisis de sangre", alerta la doctora Hanieh Mohammadi, del Instituto Karolinska (Suecia). La buena vida ya no es tan divertida.

Los argumentos de la experta se sustentan en anteriores investigaciones que relacionaban la grasa abdominal con un factor de riesgo destacado para sufrir un primer infarto card¨ªaco. Ahora, la cient¨ªfica de la universidad escandinava ha liderado un estudio en el que se ha descubierto la conexi¨®n entre lucir tripa y volver a sufrir un problema card¨ªaco.

Supervivientes con m¨¢s riesgo de infarto

El nuevo estudio, publicado en una revista de la Sociedad Europea de Cardiolog¨ªa, analiz¨® el historial m¨¦dico y el estilo de vida de m¨¢s de 22.000 individuos supervivientes de un infarto durante casi cuatro a?os. Los investigadores analizaron espec¨ªficamente los eventos causados por arterias obstruidas como un ataque card¨ªaco o los accidentes cerebrovasculares letales y no letales. Aquellos que no rebajaron su grasa corporal alrededor de la cintura mostraron m¨¢s predisposici¨®n a sufrir un ataque de miocardio a pesar de seguir algunas pautas de recuperaci¨®n para evitar m¨¢s riesgos.

"Por lo general, los pacientes reciben un estricto r¨¦gimen de tratamiento m¨¦dico despu¨¦s de su primer ataque para prevenir segundos eventos. La prevenci¨®n secundaria funciona a trav¨¦s de la reducci¨®n de los factores de riesgo asociados con el ataque card¨ªaco y el accidente cerebrovascular como el az¨²car en la sangre, los l¨ªpidos y la presi¨®n arterial", explica la doctora Mohammadi. Si dejaban de fumar, vigilaban su tratamiento de diabetes o su hipertensi¨®n te¨®ricamente deb¨ªan mejorar sus posibilidades de vida sin peligro repetir problemas con el coraz¨®n.

Grasa en la tripa supone m¨¢s riesgos

El problema es que hasta ahora no se hab¨ªa observado si el cintur¨®n de grasa formaba parte de los riesgos m¨¦dicos. "Nuestros resultados sugieren que puede haber otros mecanismos negativos asociados con la obesidad abdominal que son independientes de estos factores de riesgo y no se reconocen. En nuestro estudio, los pacientes con niveles de obesidad abdominal crecientes todav¨ªa ten¨ªan un riesgo elevado de repetir los eventos a pesar de estar en terapias que reducen los factores de riesgo tradicionales relacionados con la obesidad abdominal como los antihipertensivos, los medicamentos para la diabetes y los medicamentos hipolipemiantes", avisa Mohammadi.

Aunque los resultados fueron m¨¢s significativos entre los hombres, desde la instituci¨®n sueca reconocen que pudo deberse por disponer de m¨¢s datos para analizar y por emplear un di¨¢metro de la circunferencia m¨¢s amplio de lo habitual para considerar la obesidad. No obstante, quisieron advertir a toda toda la poblaci¨®n, independientemente del g¨¦nero, de los problemas que apuntan los supervivientes a un infarto que cargan con su tripa. "Mantener una circunferencia de cintura saludable es importante para prevenir futuros ataques al coraz¨®n y derrames cerebrales", insisti¨® la doctora Mohammadi, una de las firmantes del estudio. Por ello, los cient¨ªficos recuerdan los habituales consejos para reducir la obesidad abdominal: actividad f¨ªsica regular y una dieta sana y equilibrada.