NUTRICI?N

Qu¨¦ es el hambre emocional: un trastorno asociado al estr¨¦s

Comer porque s¨ª, sin hambre, ya sea por ex¨¢menes, nervios, una mala noticia, un problema¡­ puede derivar en trastornos adem¨¢s de generar en nuestro cerebro una respuesta err¨®nea.

as.com

Est¨¢s aburrido, vas a la nevera... y comes algo. Est¨¢s estudiando, acabas un tema... y comes algo. Recibes una mala noticia por tel¨¦fono... y comes algo... El hambre emocional es el hecho de comer sin hambre, simplemente por hacer tiempo, por hacer algo.

La comida puede llegar a convertirse en un alivio temporal a un problema, un sentimiento o una emoci¨®n mucho m¨¢s profunda, es por eso que se llama hambre emocional. Tras comerla y despu¨¦s de saborearla, el cerebro segrega sustancias que producen placer, la dopamina entre ellas, y esa recompensa es tan poderosa, que el cerebro buscar¨¢ como sea otra oportunidad para comer de nuevo.

As¨ª, los alimentos producen placer, y s¨®lo pensar en esos alimentos, su sabor, su recuerdo, har¨¢ que el cerebro tenga una sensaci¨®n placentera profunda. Pero el problema est¨¢ en que el cerebro asocia la comida, incluso las emociones negativas a un alimento. Estoy triste quiero chocolate; he aprobado un examen como galletas; estoy nervioso pido pizza.

C¨®mo evitar el hambre emocional

Para evitar el hambre emocional, porque puede llevar a comer de manera poco saludable, e incluso acabar en un trastorno mayor, debemos ser capaces de reconocer los momentos en que comemos sin hambre y los que est¨¢n asociados a situaciones d estr¨¦s, ansiedad, nervios...

-apuntar lo que se ha comido, cu¨¢ndo y por qu¨¦

-en lugar de comer, hacer otra cosa, pintar, dibujar, salir a la calle, bailar... lo que sea

-aprender a relajarnos, practicar meditaci¨®n o yoga o mindfulness para que la mente trabaje en otra direcci¨®n y no asocie la comida a un estado de nervios

-poner nombre a lo que nos pasa, definir claramente la situaci¨®n en la que comemos

-ya sea a trav¨¦s de un psic¨®logo o un nutricionista, poner nombre a la situaci¨®n que estamos viviendo nos ayudar¨¢ a no caer en la tentaci¨®n de comer sin hambre