Graba el claro ejemplo de un ataque de tibur車n "provocado"
Tao Hoogland, que practicaba pesca submarina en Shark Bay (Australia), grab車 a un tibur車n intentando quitarles a una de sus presas.
Cuando desde International Shark Attack File contabilizan los ataques de tibur車n que hay cada a?o, no tienen en cuenta los que consideran "provocados". Es decir, aquellos que por la interacci車n humana pueden alterar el comportamiento de los escualos. Por ejemplo, porque les vean como competidores para comer. Este es un claro ejemplo de uno de estos casos.
Tao Hoogland fue a bucear en un soleado viernes en Shark Bay, Australia Occidental, donde como el propio nombre indica, hab赤a posibilidades de avistar tiburones. Adem芍s, como instructor de buceo, Hoogland se conoce el oc谷ano. Aunque probablemente no estaba preparado para un encuentro tan cercano.
Hoogland, que estaba buceando con un amigo, estaba cazando langostas y peces cuando vio un tibur車n. "Avist谷 un gran tibur車n cobrizo que nadaba directamente frente a m赤", le dijo a The Mirror. "No hab赤a miedo, pero s赤 sorpresa, shock e instinto de lucha o de huir".
Su compa?ero de buceo dej車 claro que probablemente deber赤an abandonar el 芍rea, dado el hecho de que ya hab赤an tenido algunos momentos aterradores con tiburones una semana antes. Su amigo ten赤a un pez en su arp車n, lo que probablemente atrajo al tibur車n en primer lugar. Cuando salieron a la superficie, el tibur車n hizo su movimiento.
"De repente, el tibur車n reapareci車 detr芍s de m赤 y antes de que supiera lo que estaba sucediendo, estaba atacando a mi amigo entre nuestras piernas, tratando de quitarle el pez de su arp車n", continu車 Hoogland. "Mordi車 uno de los peces, luego otro empez車 a flotar lejos, as赤 que trat谷 de agarrarlo, pero volvi車 y se llev車 el segundo pez frente a m赤. Me sorprendi車 lo agresivo y astuto que era el tibur車n, pero r芍pidamente me preocup谷 porque no nos dejaba en paz".
Hoogland, desesperado, le dio al tibur車n algunos golpes en la cara para ahuyentarlo. Eventualmente, funcion車, pero la pareja no estaba lista para bajar la guardia. "Sab赤amos que nuestra principal prioridad era mantenernos cerca", dijo Hoogland. "Mantuvimos contacto visual mientras sosten赤amos nuestros peces por encima del agua y nad芍bamos hacia la orilla en busca de seguridad, protegi谷ndonos con nuestras lanzas. Nunca nos hab赤amos encontrado con un tibur車n que estuviera dispuesto a robarnos. Por lo general, mantienen su distancia. Despu谷s del encuentro, ambos est芍bamos en shock y nos quedamos en la playa sorprendidos de que ninguno de nosotros hubiera perdido un miembro o fuera mordido gravemente".