"La realidad de una de las experiencias m¨¢s populares de Filipinas, nadar con tiburones ballena. Una especie en peligro de extinci¨®n que usa como atracci¨®n tur¨ªstica sin tener en cuenta su bienestar o el cuidado del ecosistema donde habita. No todo lo que vemos en redes sociales es real; animales que sufren cortes, golpes, infecciones, desnutrici¨®n, modificaci¨®n de su ciclo migratorio y reproductivo... todo por una simple foto". Bajo esta premisa, Nacho Rivera y Axel Blanch de Blue Banana Brand realizan un v¨ªdeo de denuncia de esta actividad.

El Cofundador y el Sports Marketing & Brand Events Projects Manager de Blue Banana empiezan su experiencia a las 5 de la ma?ana, cuando les vienen a buscar en una moto muy sencilla sobre la que pasan dos horas: "Mi culo es una carpeta ahora mismo", dicen al bajar. Pero quer¨ªan ir temprano para que no estuviera lleno de gente. Una vez all¨ª, efectivamente, ya est¨¢ lleno de gente. Hablando con locales afirman que tienen unas 2.000 personas al d¨ªa, 3.000 justo despu¨¦s de la pandemia y el doble durante el fin de semana.

Luego viene la experiencia en s¨ª. Empieza con una breve explicaci¨®n de que no est¨¢ permitido tocar a los animales, que no se pueden hacer fotos con flash y que no es recomendable hacerlas con el tel¨¦fono. A esperar el turno... y al agua, donde el esperpento aumenta: "Los pescadores tiran la comida delante suyo, se pueden ver los hongos y bacterias que se les pegan por culpa nuestra, la gente se les acerca, les persigue... t¨² ves la foto y piensas que es guay, porque nadar con un tibur¨®n ballena lo es, pero cuando ves c¨®mo va todo... eliges no hacerlo. Van como medio drogados, lo ¨²nico que hacen es seguir al chico que les tira la comida y da igual si hay gente por el camino".

Con todo, concluyen: "No soy experto animalista, pero te aseguro que esto no es bueno para nadie". Luego, indagando un poco m¨¢s entre la poblaci¨®n, entienden que s¨ª es bueno para los locales. Les cuentan que hace 20 a?os este sitio era muy pobre, solo con pescadores, y que este negocio ha tra¨ªdo vitalidad e ingresos para muchas familias. Sin embargo, lo que antes era una necesidad, se ha masificado y ha evolucionado tanto que Rivera y Blanch deducen que "son conscientes de que no lo est¨¢n haciendo bien". La prueba es que a pesar de hacerlo a escondidas, cuando sacan el dron para grabarlo desde arriba, que es cuando se ve todo el funcionamiento, en seguida tienen a la polic¨ªa encima pidi¨¦ndoles que lo borren todo.