Pablo ?vila, su hijo y un amigo estaban de viaje en la isla de Santa Catalina, la que est¨¢ m¨¢s al sur de las m¨ªticas Channel islands, en California (Estados Unidos). Decidieron que una buena opci¨®n era apuntarse a una inmersi¨®n por la zona para disfrutar de la riquez del fondo marino. Pero m¨¢s o menos hacia el mediod¨ªa, una simple excursi¨®n podr¨ªa haber acabado fatal cuando ?vila perdi¨® el conocimiento.

Muy cerca, coincidiendo en el agua, hab¨ªa un grupo de estudiantes de sirena en el segundo d¨ªa del curso. Como ocurri¨® a pocos metros de donde estaban entrenando (en aguas abiertas), fueron ellas quienes escucharon los gritos que ped¨ªan ayuda por parte del tr¨ªo de buceadores.

Tres de ellas reaccionaron. La primera fue una de las alumnas, Elaina Marie Garc¨ªa (26 a?os, de valon, California, con certificado PDI en buceo y bombero), luego Great Chin Burger (37, Sinajanaa, Guam, con certificado PADI de seguridad) y finalmente la instructora del curso certificado por la Professional Association of Diving Instructors, Elle Jim¨¦nez (33 a?os, de Miami, Florida, sirena profesional y buceadora con 6 a?os de experiencia, 2M seguidores en TikTok). "Pusimos el modo autom¨¢tico de rescate", aseguran a Fox News Digital.

As¨ª, lo primero que hicieron al llegar fue quitarle el pesado equipo de buceo a la persona en apuros. Garc¨ªa relata que ?vila no solo hab¨ªa perdido el conocimiento sino que estaba echando espuma por la boca: "Tuve la memoria muscular que necesitaba para quitarle el equipo de buceo de manera r¨¢pida y eficiente mientras se le daba respiraci¨®n de rescate cada cinco segundos". Le llevaron a la superficie y posteriormente, en la orilla, los m¨¦dicos certificaron que las sirenas le hab¨ªan salvado la vida.

En paralelo, uno de los acompa?antes recibi¨® tambi¨¦n ayuda para nadar y t¨¦cnicas de respiraci¨®n relajante tras entrar en un ataque de p¨¢nico y angustia. "Ser salvados por sirenas fue como formar parte de un cuento de hadas", explicaba Javier Claramunt, hijo de Avila.

Tras ello, Jim¨¦nez aseguraba que "es incre¨ªble que un grupo de sirenas pueda salvar a un buceador. Especialmente necesitando RCP completa en el agua". Complementaba esta explicaci¨®n la otra estudiante que particip¨® del rescate, Burger, con la esperanza de que "este incidente ayude a la comunidad de sirenas a obtener el respeto que merecemos y a demostrar al mundo que somos un deporte serio. No se trata solo de aletas y sonrisas, sino que tambi¨¦n podemos salvar vidas". Y concluyen: "Ha sido tan empoderador como aleccionador al mismo tiempo".