El oso esquiador

Predeal Ski Resort (Ruman¨ªa) se hizo famoso en 2021 porque hubo varios encuentros con osos. Uno de los m¨¢s memorables -si no el que m¨¢s- es el de un instructor de esqu¨ª con un oso. Lejos de asustarse, graba la persecuci¨®n y considera que el animal es simp¨¢tico, as¨ª que va esper¨¢ndole para que el juego no termine. Y para rematarlo va avisando al resto de esquiadores de que es peligroso estar por all¨ª porque podr¨ªan encontrarse con un oso.

Ataque a un ciclista

Hablando de osos, pero no tan amistosos, nos viene a la cabeza el encuentro que se produjo en Whitefish (Montana, Estados Unidos) entre un piloto de MTB que practicaba descenso¡­ y un oso que tambi¨¦n. ¡°Monta?a no es Disneyland¡±, dicen desde la empresa de cuchillos para defenderse de osos que publicaron el v¨ªdeo en Instagram.

La reacci¨®n perfecta ante un puma

Cambiamos de animal, que los hay para todos los gustos. En este caso un puma en Salt Lake City (Utah, Estados Unidos). All¨ª, un excursionista se encontr¨® con el felino en su camino y consigui¨® evitar el ataque con una reacci¨®n correcta: se fue marchando lentamente, manteniendo contacto visual, alzando su tono de voz, de manera firme, sin correr.

Un tibur¨®n ataca a un paracaidista

Parece un titular de broma pero no lo es. S¨ª, es posible que un tibur¨®n que vive bajo el agua ataque a un paracaidista que va por el aire (aunque a escasa distancia de la superficie). Los hechos ocurrieron en la Costa de Jordania, en el Golfo de Aqaba. Una pareja que practicaba paravelismo sobre el Mar Rojo vivieron un calvario. Uno de ellos acab¨® en el hospital con rotura de huesos y tendones y desgarro de varios m¨²sculos. Aunque salv¨® la vida.

Una ballena que merienda kayakistas

Una excursi¨®n para avistar ballenas en California se puede convertir en la experiencia de tu vida. Que se lo digan a los kayakistas que acabaron en la boca de una ballena avist¨¢ndola desde dentro. Suerte que acabaron saliendo sanas y salvas.

Cocodrilo acechando a surfista

El Paddle Surf, ese deporte que parece tan tranquilo, que no necesita olas para su pr¨¢ctica. Simplemente un remo, una tabla y agua. Pero claro, si por el camino se te cruza un cocodrilo y no hay manera de que se vaya¡­ la tensi¨®n se pone por las nubes.