Aunque pueda estar metido en esc¨¢ndalos, divorcios y extorsiones, este a?o Jeff Bezos tambi¨¦n ha sido noticia por sus grandes adquisiciones en New York City, Washington DC o Beverly Hills, o por gastar mucho dinero (porque gana mucho dinero) en un peque?o viaje al espacio. Pero a pesar de todo ello, la segunda persona m¨¢s rica del mundo -seg¨²n Forbes- solamente superada por Elon Musk, no saldr¨ªa en As Acci¨®n si no fuera porque su ¨²ltima adquisici¨®n ha sido de una mansi¨®n de 78 millones de d¨®lares en Haw¨¢i, para¨ªso del surf.

La adquisici¨®n es de una casa -y un terreno- ubicados frente a La Perouse Bay, un spot con buenas olas al surf de la isla de Maui. Aunque no es tan conocido ni famoso como la parte oeste (con olas de clase mundial como la de Honolua Bay) o la norte (con las olas gigantes de Jaws), lo cierto es que tambi¨¦n puede dejar grandes sesiones de surfing.

De entre las caracter¨ªsticas de la propiedad, adem¨¢s de que delante rompen buenas olas, destaca que est¨¢ rodeada de r¨ªos de lava, una piscina de 65 metros cuadrados, una cocina exterior, una chimenea gigante outdoor o una casa de invitados de 160 metros cuadrados. Pero la principal ventaja de esta propiedad, seg¨²n The Richest, es su privacidad. Dicen que si no es en helic¨®ptero, es pr¨¢cticamente imposible sacar una foto de la nueva mansi¨®n de Jeff Bezos en Haw¨¢i.

Lo curioso del caso es que para poder adquirirla, seg¨²n el mismo portal, tuvo que lidiar con las inmobiliarias hawaianas y pagar m¨¢s dinero todav¨ªa. Eso se debe a que actualmente son varios los millonarios que han ido comprando terrenos y casas en Haw¨¢i. Otro de ellos es el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. Tanto ¨¦l como su mujer son grandes aficionados a distintas disciplinas del surfing y compraron una propiedad de 100 millones que ahora ha ampliado con otra de 53. Y as¨ª Oprah Winfrey, Beyonc¨¦, Bill Gates, los Obama o Jay-Z, entre otros. As¨ª que se podr¨ªa decir que no es tampoco una de las adquisiciones m¨¢s disparatadas del archipi¨¦lago de referencia en el mundo del surf.

Que algunas ¨¢reas se hayan privatizado de esta manera, levantando incluso muros alrededor como en el caso de Zuckerberg, es considerado por parte de locales (entre ellos surfistas) como una nueva forma de colonialismo. Por suerte -de momento- parece que no les pueden comprar las olas. Al tiempo.