Crean unas tablas de surf hechas de hielo e intentan surfear con ellas
Intentan surfear con una tabla que se derrite en el agua a medida que se desliza sobre las olas de invierno a los pies de las monta?as escarpadas del archipi¨¦lago de Lofoten.

En este suntuoso y agreste paisaje al norte del c¨ªrculo ¨¢rtico, Inge Wegge, de 33 a?os, cineasta surfista y documentalista, tuvo esta idea original hace solo nueve meses, viendo a gente hacer "skateboard" en una rampa congelada. "Cuando empec¨¦ a hablar de esto, todos pensaron que era una broma, era demasiado loco", dice. "Luego tuvimos que ponernos a trabajar para hacerlo realidad".
?Excentricidad de un surfista ingenioso o proyecto po¨¦tico, tan bello como gratuito? En cualquier caso, es una historia de agua que vuelve al agua, un ciclo de vida, como el polvo b¨ªblico. Y m¨¢s prosaicamente, un ejercicio de fabricaci¨®n que requiere gestos meticulosos y mucho esfuerzo.
Porque era necesario probar las tablas en pleno invierno. En el momento en que hace m¨¢s fr¨ªo afuera (-5¡ã), especialmente con el viento, que en el agua (3¡ã), constantemente calentada en esta ¨¢rea por la corriente del Golfo.
Intencionadamente, Inge no quiso estudiar mucho el hielo, para aprender a hacer las cosas haci¨¦ndolas, y experimentar. "Sab¨ªamos que las tablas iban a ser muy pesadas, que se romper¨ªan f¨¢cilmente y que ser¨ªan resbaladizas". Triple problema.
El excelente equipo de amigos alrededor del cineasta surfista desarroll¨® un modelo rectangular, que luego hab¨ªa que pulir en la playa, con instrumentos de escultor.
Primero cortaron con motosierra en un lago congelado. Pero este hielo, que no era lo suficientemente duro, ni lo suficientemente fr¨ªo, y ten¨ªa mucho aire en el interior, no dur¨® mucho. "En el agua, dur¨® menos de diez minutos, nada en absoluto", explic¨® el joven delgado, de pelo rizado y mejillas infantiles.
Cambio de estrategia. Las tablas se fabricar¨ªan con un molde en una c¨¢mara frigor¨ªfica de pescado congelado, en Svolvaer. A -20?. Un hielo fuerte como el acero, en cuya superficie colocaron hierbas y algas, para que los pies de los surfistas no patinaran demasiado.
Con un promedio de 70 kilos, en lugar de los tres o cuatro de una tabla est¨¢ndar, son dif¨ªciles de mover en la playa. Y su esperanza de vida en agua salada es de unos treinta minutos.
Al principio, la tabla es demasiado gruesa para surfear. Luego vienen algunos momentos de gracia, un "momento perfecto" en el que esperamos atrapar algunas olas. Finalmente, se derrite, volvi¨¦ndose fr¨¢gil, transparente. Es hermoso pero se acab¨®.
"Tienes una tabla diferente cada dos minutos, es una cosa viva, no un material muerto que te transporta, es una locura", dice Inge, que hizo probar sus tablas a cuatro surfistas.
Para este primer intento a fines de febrero, solo se probaron seis tablas. En condiciones dif¨ªciles de ventisca, con nieve y aguanieve ara?ando violenta y horizontalmente. "Hay que cerrar los ojos, golpea en la cara".
En unas pocas semanas, Inge quiere fabricar muchas m¨¢s tablas, "veinte o treinta, que probar¨ªamos en un solo d¨ªa hasta que funcione".