Van Aert se venga de Pidcock en un final de infarto en la Amstel

Wout van Aert conquist¨® la Amstel Gold Race, una carrera que se decidi¨® varios minutos despu¨¦s de que los ciclistas llegaran a meta. As¨ª de ajustad¨ªsimo fue el final. Como en la Flecha de Brabante de esta semana, el belga del Jumbo y Thomas Pidcock lucharon por la 'cl¨¢sica de la cerveza' en un mano a mano tremendo en el que ambos llegaron con mil¨ªmetros de diferencia. El jurado tuvo que analizar concienzudamente las im¨¢genes de la l¨ªnea de meta para dar un veredicto, que fue el siguiente: Van Aert hab¨ªa consumado su venganza sobre el joven brit¨¢nico de 21 a?os del Ineos que le hab¨ªa derrotado en Brabante el pasado mi¨¦rcoles. Schachmann (Bora), que lleg¨® junto a los dos fen¨®menos curtidos en el ciclocross, complet¨® el podio como testigo de lujo de la llegada.

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Los tres fueron los m¨¢s fuertes en la ¨²ltima subida al Cauberg, a¨²n en la pen¨²ltima vuelta del circuito en el que se desarroll¨® la cl¨¢sica neerlandesa por las medidas antipandemia. Lograron tomar unos metros a unos 15 km para el final, aprovechando la ¨²ltima subida a la cl¨¢sica cota. Era la primera vez que Van Aert se dejaba ver, tras el trabajo de control que hab¨ªa realizado un Roglic eliminado por problemas mec¨¢nicos. Schachmann tambi¨¦n tom¨® la alternativa de su compa?ero Schelling, quien hab¨ªa rodado varios kil¨®metros por delante. En el caso de Pidcock, su movimiento lleg¨® como resultado de una exhibici¨®n del equipo Ineos, que lleg¨® a tener hasta cuatro corredores por delante en esos momentos decisivos.

Ninguno m¨¢s pudo seguir el ritmo. Porque la carrera, que hab¨ªa rodado m¨¢s o menos tranquila con una fuga por delante, enloqueci¨® en ese tramo final. Continuos ataques en los que, si se ten¨ªa fuerza, a¨²n hab¨ªa que decidir bien cu¨¢l era la rueda buena. En esos movimientos tambi¨¦n estuvo Alejandro Valverde para un Movistar que se dej¨® ver en todo momento (antes con Verona). Sin embargo el murciano, como otros tantos favoritos, caso de Alaphilippe, no fue capaz de estar a la rueda de los tres protagonistas que se jugaron la victoria. S¨ª entr¨® destacado en el grupo perseguidor, en una brillante quinta plaza.

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Pero la carrera fue cosa de tres. Schachmann intent¨® romper el tr¨ªo antes de la recta final, sin ¨¦xito, mientras Van Aert y Pidcock se miraban de reojo, prepar¨¢ndose para un nuevo duelo entre ambos despu¨¦s de que el del Ineos se hubiese apuntado la Flecha de Brabante. A falta de 200 metros arranc¨® el belga, con el brit¨¢nico a su rueda, que poco a poco fue remontando hasta el punto de llegar a la par que su rival. Tanto, que hasta que los jueces determinaron que lleg¨® a unos mil¨ªmetros del ganador, nadie dio por hecho que el belga lo hab¨ªa logrado. Un Van Aert (cuarta victoria del a?o para ¨¦l) que ya conoce de sobra el potencial de un Pidcock que ya les ha apretado a ¨¦l y a Van der Poel en el barro. Pero esta vez pudo domarle... por mil¨ªmetros.