Jakobsen: "Un sacerdote vino a prepararme un lugar en el cielo"
El corredor neerland¨¦s ofreci¨® su primera entrevista despu¨¦s del terror¨ªfico accidente que sufri¨® y que le llev¨® a estar en coma, luchando por su vida.
Uno de los principales recuerdos que quedar¨¢n de 2020 ser¨¢n los ag¨®nicos d¨ªas en los que a todo el mundo se le encogi¨® el coraz¨®n mientras Fabio Jakobsen peleaba por su vida. El neerland¨¦s fue empujado contra las vallas por Dylan Groenewegen durante la primera etapa de la Vuelta a Polonia, y sufri¨® fuertes heridas que le llevaron a estar en coma inducido.
Ahora, el corredor del Deceuninck, que contin¨²a con su proceso de rehabilitaci¨®n, ha dado su primera entrevista desde el accidente. El periodista Thijs Zonneveld, para el medio neerland¨¦s AD, ha charlado largo y tendido con Jakobsen, que ha dejado un testimonio desgarrador, al igual que su pareja, Delore. "No pod¨ªa hacer nada m¨¢s que sentarme junto al televisor, rezando para que no muriera".
Jakobsen no recuerda nada despu¨¦s del ¨²ltimo kil¨®metro de etapa, pero sus compa?eros le han narrado varias veces lo sucedido. "Hab¨ªa sangre por todas partes. Los transe¨²ntes no hicieron nada, estaban demasiado conmocionados al verme. Mi compa?ero Florian S¨¦n¨¦chal not¨® que me estaba ahogando en mi propia sangre. No pude moverme, vio el p¨¢nico en mis ojos. En un acto reflejo, levant¨® un poco mi cabeza, para que la sangre pudiera brotar de mi boca y garganta. Despu¨¦s de eso me calm¨¦", cuenta Fabio, que tambi¨¦n agradece la labor de otra persona. "Tambi¨¦n tuve mucha suerte de que el m¨¦dico del equipo de EAU, Dirk Tenner, saltara de su coche para ayudar. Sol¨ªa ser m¨¦dico de urgencias. Tom¨® el control de la situaci¨®n hasta que lleg¨® el helic¨®ptero de rescate".
Pese a ello, el ciclista tiene claro a qui¨¦n le debe seguir con vida. "Fue el oficial de la UCI con el que choqu¨¦. Estaba grabando detr¨¢s de una barrera, y b¨¢sicamente actu¨® como un amortiguador humano. Si ¨¦l no hubiera estado all¨ª, habr¨ªa golpeado la barrera de meta con fuerza y probablemente no hubiera estado aqu¨ª hoy para contar la historia", relata Fabio, que aclara que el hombre est¨¢ bien y s¨®lo sufri¨® la rotura de varias costillas.
Ya camino al hospital, indujeron a Jakobsen en coma, y su siguiente recuerdo es unos d¨ªas despu¨¦s. "Esa primera noche me operaron durante cinco horas y me pusieron un ventilador. Mi primer recuerdo despu¨¦s del accidente son tres m¨¦dicos junto a mi cama. Todo estaba confuso en ese momento. Al d¨ªa siguiente, Delore y mi padre vinieron de visita. Cuando les vi, me di cuenta de la situaci¨®n. Toqu¨¦ mi mu?eca porque quer¨ªa saber la hora. Dijeron que era s¨¢bado a las cuatro. Solo entonces me di cuenta de que hab¨ªan pasado tres d¨ªas desde el accidente. Y que estaba en cuidados intensivos en un hospital polaco. No te ponen all¨ª por romperte una pierna. Delore hab¨ªa tra¨ªdo su m¨®vil. Escrib¨ª: Dime lo que pas¨®. Explicaron que me hab¨ªa estrellado contra las barreras durante el esprint", prosigue Fabio.
Tambi¨¦n su pareja, Delore, guarda un horrible recuerdo de aquellos d¨ªas. "Su rostro estaba deformado. Solo lo reconoc¨ªa por las cejas y las pesta?as. Hab¨ªa puntos de sutura y magulladuras por todas partes. Ten¨ªa la cabeza afeitada, ten¨ªa un gran hematoma donde su cerebro hab¨ªa golpeado contra el interior de su cr¨¢neo. Hab¨ªa un tubo para drenar el l¨ªquido cerebral. No pudo abrir la boca. M¨¢s tarde, cuando mir¨¦ dentro, no hab¨ªa nada. Le faltaban los dientes, la mitad del paladar, parte de la mand¨ªbula. Ve¨ªa el interior de su nariz", cuenta.
Jakobsen reconoce que lleg¨® a tener p¨¢nico por morir en esos complicados momentos. "Cada vez que pensaba me dec¨ªa 'esto es todo, me muero'. No lo estaba, pero sent¨ªa que s¨ª. Eso sucedi¨® cincuenta, quiz¨¢s cien veces. Fue un verdadero miedo a morir. Me hizo entrar en p¨¢nico, luchando por sobrevivir, luchando por respirar. Eso solo empeor¨® las cosas. Me dieron m¨¢s medicamentos para mantenerme callado, lo que me hizo quedarme dormido a¨²n m¨¢s a menudo. Fueron los d¨ªas m¨¢s largos de mi vida. Nunca antes hab¨ªa sufrido as¨ª. Prefiero correr tres grandes vueltas seguidas que pasar otro d¨ªa en cuidados intensivos", dice.
De hecho, el propio ciclista cuenta que recibi¨® la visita de un sacerdote. "Vino dos veces a rezar por m¨ª. Me preguntaron si pod¨ªa sentarse junto a mi cama. Yo solo asent¨ª. No soy un hombre religioso, pero pens¨¦: si no funciona, no hace da?o. Si hubieran enviado a un im¨¢n o a un budista, habr¨ªa hecho lo mismo. Estaba desesperado, solo quer¨ªa seguir con vida. Ley¨® un libro en italiano. Puede que hubiese estado orando por mi supervivencia, pero por lo que s¨¦, estaba prepar¨¢ndome un lugar en el cielo".
Con todo ello, Jakobsen fue capaz de mejorar poco a poco, y acab¨® por ser dado de alta. Ahora, todav¨ªa sufre las secuelas del accidente, aunque su rostro no ha quedado tan da?ado como se esperaba. "No est¨¢ tan mal. Mi nariz parece que se ha peleado con Mike Tyson. La mayor parte del da?o est¨¢ en el interior. El tejido ¨®seo ha desaparecido, por dentro son todas cicatrices. Tengo 80 puntos solo en mi paladar. Han tomado tejido ¨®seo de la pelvis y lo han puesto en mi mand¨ªbula. El pr¨®ximo febrero volver¨¦ a operarme. Me colocan implantes en la mand¨ªbula para reconstruir mis dientes. Ese proceso llevar¨¢ un tiempo. El pr¨®ximo oto?o volver¨¦ a tener mis dientes".
Una vez fuera del hospital, no fue todo sencillo para Fabio y su familia. "Pas¨¦ las primeras ocho semanas en una habitaci¨®n oscura. Sin tel¨¦fono, sin televisi¨®n. Delore ten¨ªa que lavarme. Salir de la cama para desayunar era tan agotador que me quedaba dormido en el sof¨¢ inmediatamente despu¨¦s. Solo beb¨ªa batidos y alg¨²n tipo de bebida de chocolate alta en calor¨ªas del hospital. Recuerdo haber pedido pizza al final de mi primera semana en casa. Tardaba 10 minutos de reloj para tragar un peque?o bocado. No es una tarea f¨¢cil con la mitad de los dientes perdidos".
Ahora, Jakobsen ya ha vuelto a subirse a la bici, aunque admite que no es su principal prioridad. "El proceso es el siguiente: primero mejorar, luego volver a ser una persona normal y luego ver si puedo volver a ser un ciclista. Ahora estoy en una etapa en la que monto en bici dos horas cada dos d¨ªas. A paso de tortuga. Todav¨ªa no he probado un sprint. Pero tengo un horario y me un¨ª al equipo en un entrenamiento. Hace unas semanas vinieron unos compa?eros de equipo a visitarnos y fuimos a dar una vuelta juntos. No fuimos muy r¨¢pido, tal vez 30 km por hora, pero estaba euf¨®rico. Parec¨ªa montar en los Campos El¨ªseos en la etapa final del Tour. Me hizo darme cuenta de cu¨¢nto amo mi trabajo, cu¨¢nto amo andar en bicicleta. Los m¨¦dicos y mi entrenador no quieren fijar una fecha para mi regreso. Me dicen que no apresure las cosas, que vaya paso a paso. Personalmente, espero estar listo para la acci¨®n cuando la temporada comience en marzo, pero si soy realista, probablemente ser¨¢ agosto".
El neerland¨¦s tambi¨¦n tuvo tiempo para valorar la acci¨®n de su compatriota, Groenewegen. "Dylan se desv¨ªa de su l¨ªnea y me cierra cuando lo paso. Creo que todos vieron eso. Si me hubiera cerrado un poco antes, habr¨ªa podido frenar. Si lo hubiera hecho un poco m¨¢s tarde, habr¨ªa estado frente a ¨¦l. En este caso sali¨® mal. No hab¨ªa ning¨²n lugar al que pudiera ir. Creo que ¨ªbamos a 84 por hora en ese momento. A esa velocidad, apenas hay tiempo para reaccionar", relata Jakobsen, que cuenta su sentimiento hacia lo sucedido. "No tengo la mente abierta para decir que ¨¦l no tiene la culpa. Sobre todo lo siento. Lo siento por m¨ª, por ¨¦l, por nuestros equipos. ?ramos los dos mejores velocistas holandeses y entre los mejores del mundo. Hab¨ªamos estado intercambiando lugares todo el a?o: una vez ¨¦l gan¨®, la otra fui yo. Ambos ¨ªbamos a ir al Giro de Italia. Hab¨ªamos iniciado un duelo que podr¨ªa haber durado mucho. Un gran duelo, de eso se trata en nuestro deporte. Nos pagan por ello. Ten¨ªa muchas ganas de competir contra ¨¦l. Y luego sucede algo as¨ª en, con el debido respeto, la Vuelta a Polonia. Me cuesta entender por qu¨¦ lo hizo. ?No me vio? ?Corri¨® demasiado riesgo? ?Quer¨ªa ganar a toda costa? Sab¨ªa que era un final r¨¢pido, conoc¨ªa los riesgos. Para m¨ª, esprintar es m¨¢s que ver la se?al de los 200 metros a meta y lanzarse a por ella. Es m¨¢s que golpear los pedales como un loco. Deber¨ªa haber considerado las consecuencias. Somos seres humanos, no animales. Este es un deporte, no una guerra sin restricciones".
Despu¨¦s del accidente, Jakobsen cuenta que Groenewegen se puso en contacto con ¨¦l, y condena los ataques que recibe en redes sociales. "Me envi¨® un mensaje pregunt¨¢ndome c¨®mo estaba. Respond¨ª. Recientemente me pregunt¨® si pod¨ªamos encontrarnos. Puedo entender que este asunto pesa mucho en su alma y que busca terminar con ello. Pero no estoy preparado para eso. Primero, quiero ver c¨®mo es mi proceso de recuperaci¨®n. Cuanto mejor me sienta, mejor ser¨¢ para ¨¦l. No quer¨ªa esto. Y est¨¢ recibiendo mucha mierda de personas an¨®nimas detr¨¢s de sus teclados, lo cual es rid¨ªculo. Espero sinceramente que pronto pueda hacer lo que se le da bien, correr, y que podamos dejar todo esto atr¨¢s", dice el del Deceuninck sobre el del Jumbo, y adem¨¢s considera que la sanci¨®n ha sido demasiado larga. "Nueve meses es muy largo. Pero si dejas a un lado la temporada baja, son s¨®lo un mes o dos. Hay que tener en cuenta que arriesg¨® la vida de alguien corriendo tan peligrosamente como lo hizo. Eso es algo que debe ser estudiado por la industria del ciclismo. Tenemos que acabar con el estilo kamikaze en los sprints sin tener en cuenta a otros ciclistas. Dejemos que este incidente sirva de precedente".
Fabio no quiere solo cargar las culpas a Groenewegen, y se?ala otro posible culpable. "Mis lesiones tambi¨¦n fueron causadas por la alta velocidad y las barreras. Las barreras no frenaron mi ca¨ªda, simplemente se doblaron. Una investigaci¨®n en curso aclarar¨¢ si se ensamblaron correctamente. Si le prestas atenci¨®n, notar¨¢s que muchos tipos de barreras tienen peque?as patas que sobresalen y que las filas de barreras a menudo tienen huecos".
Finalmente, Jakobsen termina por agradecer lo que le rodea tras haber superado un momento cr¨ªtico de su vida. "Cuando pasas por algo como esto, estas cosas se vuelven muy especiales. Una relaci¨®n que normalmente da por sentada, de repente se vuelve extraordinaria. Te das cuenta de que todo es finito, que las cosas pueden terminar as¨ª. Delore y yo ten¨ªamos planes de mudarnos a M¨®naco. Una de las primeras cosas que dije cuando consegu¨ª una c¨¢nula que me permiti¨® hablar fue que no ¨ªbamos a hacer eso. Quiero estar cerca de mis padres, mi hermana, mis suegros, mis amigos, Quiero poder visitar a mi abuela y mi abuelo cuando me apetezca. Mi relaci¨®n con Delore ha mejorado a¨²n m¨¢s desde que pasamos juntos por esta prueba. En cierto modo, se ha vuelto incondicional", cuenta Fabio sobre su pareja, que es quien termina siendo muy expresiva. "Estoy tan feliz de que est¨¦ vivo y se despierte cada ma?ana".