VUELTA A ESPA?A | ETAPA 8
La agon¨ªa de Moncalvillo: caras desencajadas y por los suelos
El puerto, que se ascendi¨® por primera vez en la Vuelta, dej¨® im¨¢genes impactantes en meta, con corredores sin apenas esfuerzas tras la jornada.
La cima del Alto del Moncavillo (La Rioja) dej¨® patente su dureza con los rostros y los gestos de los corredores en su llegada a meta. La ascensi¨®n, de 8,3 kil¨®metros y rampas del 15%, sirvi¨® a Roglic para lograr su segundo triunfo en esta Vuelta y estrechar la distancia con el l¨ªder Carapaz. El esloveno lleg¨® a la cima, levant¨® los brazos y r¨¢pidamente se dej¨® llevar en la peque?a bajada que hab¨ªa tras la l¨ªnea de meta. En ese momento, tuvo dos auxiliares a su lado para ponerse ropa de abrigo y l¨ªquidos con la intenci¨®n de recuperar energ¨ªas. Al momento de la llegada de los primeros clasificados, el sol empez¨® a caer y el fr¨ªo se empez¨® a notar. Carapaz, al igual que Roglic, repos¨® unos instantes sobre su bicicleta.
El irland¨¦s Dan Martin no pudo ni aguantar sentado y, tras dejar su bicicleta apoyada en una valla, se fue al suelo, siendo r¨¢pidamente protegido por dos auxiliares del equipo, que le arroparon con una peque?a toalla mientras el corredor trataba de recuperar fuerzas. Todos los ayudantes y personal de los equipos estaban preparados con ropa de abrigo para sus corredores. Algunos, al poco de cruzar la meta, daban la vuelta para bajar a sus autobuses, que se encontraban a pie de puerto.
Otros como ?ngel Madrazo, presente en la fuga, resoplaban al coronar. Froome, que lleg¨® a 20 minutos de Roglic, lo hizo con media sonrisa y salud¨® a Purito Rodr¨ªguez (en el puesto de comentarista) a su llegada. Una etapa exigente con un puerto in¨¦dito que ni mucho menos pas¨® inadvertido.