Pogacar es el futuro
El esloveno se corona en Par¨ªs con 21 a?os tras una remontada sobre Roglic que reivindica el ciclismo de ataque y las cronos. Bennett cierra el Tour al esprint.
Hay una foto descriptiva del Tour 2020. En ella se ve a Primoz Roglic sentado en el suelo, cabizbajo, derrumbado, con la mirada perdida, rodeado de compa?eros. Uno de ellos, Tom Dumoulin, le acaricia la cabeza para ofrecerle consuelo. Roglic acaba de perder el maillot amarillo en La Planche des Belles Filles despu¨¦s de once d¨ªas al frente, despu¨¦s de media carrera ejerciendo el ciclismo-control con el rodillo del Jumbo-Visma. Dumoulin conoce bien lo que siente en este momento el jefe de filas, porque ¨¦l mismo perdi¨® una Vuelta el pen¨²ltimo d¨ªa, en aquella etapa por la Sierra de Guadarrama en la que Fabio Aru volte¨® la clasificaci¨®n.
La foto invita a algunas reflexiones. La primera es que el ciclismo es m¨¢s ciclismo cuando las circunstancias empujan a la remontada. Tadej Pogacar, el inesperado campe¨®n del Tour, el segundo m¨¢s joven de la historia, cedi¨® 1:21 en el abanico de Lavaur, una desventaja que en la competici¨®n moderna, milim¨¦tricamente manejada, supone una profunda grieta, casi insalvable si tienes enfrente una apasionadora como el Jumbo. Pogacar se esmer¨® cada d¨ªa en neutralizar la diferencia. Igual que se aplicaron Richie Porte y Mikel Landa, los otros dos damnificados por el viento. Tres de los cuatro primeros de la general salieron perjudicados en aquella jornada. Eso significa algo. Un premio para esp¨ªritus valientes, para los que se vieron obligados a moverse. El propio Roglic estar¨¢ pregunt¨¢ndose hoy por qu¨¦ no atac¨® m¨¢s.
A pesar de esas ansias de remontada, los frutos fueron escasos. Hasta el pen¨²ltimo d¨ªa, Pogacar s¨®lo pudo recortar 24 segundos. La calculadora de Roglic perpetuaba la dictadura. Finalmente fue una crono la que puso las cosas en su sitio, la que culmin¨® la escalada del l¨ªder del UAE. Fue el momentazo del Tour. Eso conduce a otras dos consideraciones, en este caso para los organizadores y su animadversi¨®n hacia las cronometradas. Por un lado, esta especialidad no resta audiencia televisiva. Al contrario, puede hacerla crecer. Y, por lo mismo, una contrarreloj en la primera parte de la carrera es conveniente para que otros ciclistas, como fueron los casos de Pogacar, Landa y Porte, se vean con la necesidad de atacar en la monta?a.
La victoria de Pogacar deja un buen p¨¢lpito precisamente por eso, porque no s¨®lo rompi¨® el guion previsto, sino que adem¨¢s se aprovech¨® del poder establecido para, sin un gran apoyo de su equipo, llegar indemne a la etapa decisiva y sacar el mazo cuando su rival ya no ten¨ªa margen para rebobinar. El Jumbo meti¨® a tres ciclistas entre los cinco primeros de la crono, la confirmaci¨®n de su dominio, insuficiente para amarrar el premio mayor. Los vatios encadenados no sirvieron esa vez. Por eso sabe mejor.
El triunfo de este esloveno de 21 a?os, que este lunes cumplir¨¢ 22, tambi¨¦n mantiene abierta la puerta del porvenir, para esa generaci¨®n de j¨®venes que ha venido para quedarse, definitivamente para mucho tiempo. El Tour 2019 vio ganar a Egan Bernal, entonces de 22. El Tour 2020 se lo ha llevado Tadej Pogacar, nacido un a?o despu¨¦s. El futuro anuncia vibrantes duelos entre ambos. Y no ser¨¢n los ¨²nicos. No olvidemos a Remco Evenepoel.
Entre estas cavilaciones, el Tour de Francia lleg¨® a Par¨ªs, algo de lo que incluso se dudaba en la salida de Niza. Sam Bennett, el maillot verde, se impuso en el ¨²ltimo esprint. Pogacar redonde¨® el primero de los muchos ¨¦xitos que vendr¨¢n. Y el virus no condicion¨® la general ni el desarrollo de la carrera. El Tour de la pandemia se ha decidido dando pedales. Y gan¨® el mejor.