El d¨ªa grande de Blanca, primera medalla ol¨ªmpica
La esquiadora se colg¨® el bronce en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de 1992 en M¨¦ribel, la localidad que acoge la salida de la 18? etapa del Tour.
La estaci¨®n francesa que este jueves acoge la salida de la etapa, que ya vio ganar a Bernard Th¨¦venet en 1973, aparece tambi¨¦n en uno de los cap¨ªtulos m¨¢s ic¨®nicos del deporte espa?ol. No fue en una carrera ciclista, sino en un eslalon de esqu¨ª alpino. Y tampoco en un Tour, sino en los Juegos de Invierno de Albertville. El 20 de febrero de 1992, Blanca Fern¨¢ndez Ochoa se convirti¨® en la primera mujer espa?ola que ganaba una medalla ol¨ªmpica. Si nos fijamos en las im¨¢genes que inmortalizan el hist¨®rico bronce, Blanca luce en su dorsal el n¨²mero 8 y el nombre de M¨¦ribel.
Blanca se plant¨® aquella ma?ana frente al espejo y se dijo: ¡°Hoy va a ser un gran d¨ªa¡±. Llevaba dos meses trabajando con un psic¨®logo, porque seg¨²n se acercaba la fecha, resurg¨ªan los miedos del pasado. Cuatro a?os antes, la esquiadora de Cercedilla conmovi¨® a Espa?a con su bajada en el gigante de Calgary 1988. Blanca hab¨ªa marcado el mejor tiempo en la primera manga y proced¨ªa a rematar la faena en la segunda, cuando una paralizante ca¨ªda acab¨® con sus posibilidades de oro y de podio. Fue un acontecimiento muy sonado en el pa¨ªs, que llor¨® junto a ella.
La madrile?a hab¨ªa anunciado su retirada para ese a?o, pero no quiso quedarse con el mal sabor de boca y, empujada por sus allegados, decidi¨® continuar otros cuatro a?os. Era en Albertville 1992 o nunca. Los nervios aumentaron aquella ma?ana cuando lleg¨® a las pistas y escuch¨® un ruido ensordecedor. Eran sus siete hermanos, que hab¨ªan cerrado sus negocios para desplazarse a animarla, con banderas y un capote. Al frente estaba Paco Fern¨¢ndez Ochoa, Paquito, oro en Sapporo 1972, el ¨²nico medallista de invierno hasta esa fecha.
Blanca hizo una primera bajada fant¨¢stica: segundo mejor crono. Luego se perdi¨® por la estaci¨®n, lejos de cualquier influencia que pudiera meter m¨¢s presi¨®n a su objetivo. Era una lecci¨®n aprendida de Calgary. Durante ese periodo visualiz¨® varias veces el eslalon, como le hab¨ªa ense?ado el psic¨®logo. La manga definitiva dur¨® 45.10 segundos. Buen tiempo. No pudo mantener la plata, pero el bronce le supo a gloria. El sue?o de una vida¡ de esa vida que se apag¨® hace un a?o en la Sierra de Guadarrama. Cuando Blanca volvi¨® hacer llorar a Espa?a.