Roglic salva la Vuelta en dura pol¨¦mica con el Movistar
El maillot rojo sufri¨® una ca¨ªda y el equipo de Valverde y Quintana tiraron por delante, pero una extra?a decisi¨®n del jurado de la UCI abort¨® el intento.


En la ciudad del mejor escalador del siglo XX, que es lo mismo que decir de la historia del ciclismo, gan¨® un rodador: Remi Cavagna. El franc¨¦s de 24 a?os, un fugado habitual en esta Vuelta, celebr¨® la victoria despu¨¦s de atacar a sus nueve compa?eros de escapada y de marcarse una contrarreloj en solitario de 25 kil¨®metros, una especialidad que domina, como demuestra su tercer puesto en la cronometrada de Pau. El voraz Deceuninck sum¨® as¨ª su 61? triunfo de la temporada. En casa de Federico Mart¨ªn Bahamontes, el ?guila de Toledo.
El pelot¨®n vol¨® desde ?vila, la ciudad de otro brillante escalador, Julio Jim¨¦nez, y recorri¨® localidades con hijos ilustres del pelot¨®n: El Barraco (Chava Jim¨¦nez, ?ngel Arroyo, Carlos Sastre...), San Mart¨ªn de Valdeiglesias (Pablo Lastras),?Sotillo de la Adrada (Curro Garc¨ªa)¡ El trazado anunciaba pocos atractivos, pero el discurrir de la ¨²ltima semana se empe?a en alterar el guion cada d¨ªa. Una ca¨ªda de Primoz Roglic, el l¨ªder, y el movimiento posterior del Movistar generaron tal pol¨¦mica que Cavagna, y hasta el mism¨ªsimo Fede, quedaron eclipsados.
El l¨ªo se desencaden¨® a 65 kil¨®metros de la meta, poco despu¨¦s de la irrupci¨®n de la lluvia, cuando Roglic y gran parte del Jumbo sufrieron un accidente?en?un estrechamiento a la salida de Escalona, con un quitamiedos de piedra amenazante a su izquierda, a la ribera del r¨ªo Alberche. Su capit¨¢n de ruta, la locomotora Tony Martin, desatado en esa bajada, tuvo que retirarse con un ojo ensangrentado.?El l¨ªder, con la bicicleta enredada en la montonera, tard¨® en retomar el camino. Superman L¨®pez, tambi¨¦n implicado, reaccion¨® con mayor avidez.
El Movistar, que hab¨ªa pasado a la cabeza para alborotar con el viento, aceler¨® el ritmo?y alej¨® r¨¢pidamente a Roglic al minuto. Entonces surgi¨® un debate habitual. ?Hay que esperar a los accidentados? Existe una norma no escrita que dicta que no se mira atr¨¢s cuando la carrera est¨¢ lanzada, pero en otras situaciones lo elegante es tocar el freno para reagrupar a los ca¨ªdos. La regla t¨¢cita se interpreta de m¨²ltiples formas, seg¨²n los intereses de cada cual.?El equipo telef¨®nico lo sabe, porque lo ha padecido en contra en varias ocasiones. En 2012, por ejemplo, Alejandro Valverde perdi¨® el maillot rojo tras rodar por los suelos en un abanico. Nadie le esper¨®. Por cierto, aquel d¨ªa se puso l¨ªder Purito Rodr¨ªguez, a quien este viernes le parec¨ªa ¡°una verg¨¹enza¡± la actitud del Movistar. La hemeroteca ayuda a recordar.
La persecuci¨®n estaba lanzada. Por detr¨¢s, Roglic enlaz¨® con L¨®pez y se organizaron para la caza, mientras que delante tiraba el Movistar, con Valverde y Nairo Quintana a rebufo, mientras que Tadej Pogacar se relam¨ªa ante una situaci¨®n favorable que no provoc¨®. De repente, el Movistar ralentiz¨® el paso. ?Qu¨¦ hab¨ªa ocurrido? ?Remordimientos de conciencia? Su director, Jos¨¦ Luis Arrieta, lo explic¨® muy enfadado en RTVE: ¡°La UCI ha dicho que iba a traer a todos los ciclistas a rueda de los coches. Si esto es ciclismo y la UCI decide qui¨¦n va a ganar, pues perfecto¡±. La cosa no fue exactamente as¨ª, pero s¨ª se puede interpretar como tal. Lo que permiti¨® el jurado fue mantener los veh¨ªculos de equipos intercalados entre los dos grupos cuando a¨²n no se hab¨ªa abierto la suficiente distancia, lo que obviamente favorec¨ªa a los perseguidores.
El equipo telef¨®nico fren¨®. Los ca¨ªdos empalmaron. En el pelot¨®n se olfateaba el mal ambiente.?Discusiones, aspavientos, malos gestos, explicaciones, ofensas¡ Y hasta insultos: ¡°En el Movistar siempre hacen el est¨²pido¡±, se despach¨® Miguel ?ngel L¨®pez. Valverde intent¨® otro abanico, de ley, pero ya hab¨ªa pocas ganas de sorpresas. Cavagna gan¨®. Bahamontes le felicit¨®. Y los ciclistas se fueron a sus hoteles para preparar el ¨²ltimo combate, este s¨¢bado en Gredos, con caras de pocos amigos. Y con muy mal rollo.