Chaves logra su triunfo; L¨®pez y Roglic animaron el final

La sonrisa de Esteban Chaves torn¨® en l¨¢grimas de alegr¨ªa cuando se abraz¨® a sus padres en la meta de San Martino di Castrozza. Una explosi¨®n de alegr¨ªa que comparti¨® tambi¨¦n junto a los auxiliares del Mitchelton. El colombiano no alzaba los brazos desde su victoria en el Etna en el Giro de 2018. Enfermedades y reca¨ªdas marcaron pr¨¢cticamente un a?o de su trayectoria. ¡°He vuelto... Dios lo quiso¡±, acert¨® a decir Chaves, creyente convencido. Se santigu¨® en la llegada y continu¨® con un discurso muy personal: ¡°El ciclismo es como la vida, debes levantarte cuando te caes. E intentarlo hasta lograr los ¨¦xitos. Despu¨¦s de una mala ¨¦poca, en la que lo pas¨¦ fatal, toca disfrutar. Aunque todav¨ªa me falta para regresar a mi mejor nivel¡±.

Porque Chaves, segundo del Giro y tercero de la Vuelta en 2016, venci¨® procedente de la fuga del d¨ªa. Antunes, Bidard, Boaro, Canola, Carboni, Le Gac, Marcato, Senni, Serry, Santaromita y Vendrame formaron la escapada, de nuevo exitosa con el permiso de los favoritos. Corredores de segundo nivel. Aun as¨ª, a Chaves le cost¨® hasta ocho ataques descolgar a sus rivales. Triunfo (tercero para ¨¦l en la cita italiana a los 29) y satisfacci¨®n para el Mitchelton, cuyo jefe, Simon Yates, no respondi¨® a las expectativas: est¨¢ octavo en la general.

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Los 13,6 kil¨®metros al 5,6% de la ¨²ltima subida no provocaron diferencias entre los hombres fuertes. El propio Giro defini¨® la 19? jornada como un antipasto o un entrante de lo que ser¨ªa el plato principal de los Dolomitas, los cinco puertos de este s¨¢bado: Campo, Manghen, Rolle, Croce d¡¯Aune y Monte Avena. S¨®lo lo intent¨® Miguel ?ngel L¨®pez, que ara?¨® unos segundos con el visto bueno de Mikel Landa. Porque el vasco ten¨ªa piernas para seguir a Superman, pero se qued¨® junto a Richard Carapaz, maglia rosa, para evitar cualquier sobresalto del l¨ªder. Ah¨ª manda el equipo, el Movistar, como confirm¨® Max Sciandri, su director: ¡°No se trataba de una ascensi¨®n para conseguir ventaja, sino para proteger el rosa de Richie¡±.

Cientos de eslovenos aprovecharon la relativa cercan¨ªa de San Martino y se congregaron en las cunetas para animar a Primoz Roglic. La belleza de los Dolomitas, patrimonio de la humanidad, tampoco era mal reclamo, porque su compatriota no logr¨® soltar a Carapaz, Landa ni Nibali en sus dos acelerones. El siciliano se?al¨® a Landa como ¡°el factor determinante y el escalador m¨¢s en forma¡±. Un landista m¨¢s, que calienta el ambiente con el grito de guerra: ¡°Free Landa¡±. De c¨®mo afronten Nibali y el Movistar el tappone dolom¨ªtico depender¨¢ el caj¨®n de Verona. Como siempre, las energ¨ªas y la carretera (y los pinganillos) dictar¨¢n sentencia.