Bahamontes: ¡°Siempre he sido un ciclista muy taquillero¡±
El primer espa?ol que gan¨® el Tour, en 1959, visit¨® la redacci¨®n de As y record¨® episodios de su carrera y de su vida.
Nada m¨¢s entrar en la redacci¨®n de As, Federico Mart¨ªn Bahamontes recibe una ovaci¨®n espont¨¢nea. Poco importa que la mayor¨ªa de los que aplauden no hubieran nacido cuando el ?guila de Toledo se convirti¨® en el primer espa?ol en ganar el Tour de Francia en 1959, ni que les cueste imaginar lo que aquello signific¨® para un pa¨ªs con poco que ver con el actual. Todos sin excepci¨®n saben que se encuentran ante una leyenda, una figura a la que hay que recurrir cada vez que se quiera entender lo que significa el ciclismo en Espa?a.
La edad, en julio cumpli¨® 90 a?os, no ha mermado su buen humor¡ ni su memoria, y s¨®lo hay que darle una excusa para que tire de recuerdos y an¨¦cdotas. En esta ocasi¨®n sirve la vieja agenda que le acompa?a "desde hace m¨¢s de 60 a?os", donde a¨²n conserva contactos de Coppi, Anquetil¡ ¨ªdolos de un ciclismo diferente que recuerda con nostalgia: "Qu¨¦ poco tiene que ver con el de ahora, donde son los gregarios los que llevan al l¨ªder hasta meta. Antes no hab¨ªa miedo a atacar desde lejos, incluso de salida, como hice en alguna ocasi¨®n".
Una de las v¨ªctimas de aquellas cabalgadas fue Jacques Anquetil, y con ¨¦l rememora episodios de ese 'otro ciclismo': "Un gran corredor, pero al que le ayudaban mucho". El toledano tiene clavada una jornada del Tour de 1964 camino de Toulouse. "Sab¨ªa que el d¨ªa anterior, jornada de descanso, hab¨ªa comido langosta y yo quer¨ªa hac¨¦rselo pagar. Salt¨¦ nada m¨¢s salir y, a pesar de que coron¨¦ Envalira con varios minutos, tras la bajada apareci¨® con nosotros. Me hab¨ªan dicho que se retiraba, pero le estaban bajando en coche. Nunca debi¨® ganar aquel Tour".
Al franc¨¦s le reconoce su capacidad de sufrimiento, pero no le nombra cuando se le pregunta por los mejores ciclistas que ha conocido: "Creo que los mejores fueron Coppi y Bartali, los m¨¢s fuertes de la historia". "De Merckx no hablo, eran otros tiempos", matiza.
Sale el tema del dopaje y ¨¦l niega la ayuda de la ciencia: "?Qu¨¦ es lo primero, la salud o el dinero? ?Estar¨ªa as¨ª con 90 a?os?". Eso no quiere decir que no tuviera sus "trucos": "Caf¨¦s cargados, Cola Astier y me echaba Agua del Carmen en el bid¨®n (una bebida de alta graduaci¨®n)".
En la enumeraci¨®n de rivales, hace menci¨®n especial a Charly Gaul. "El que m¨¢s me hizo sufrir, sin duda. Con lluvia y fr¨ªo me ganaba, iba como una rana en el agua, un rival temible y que sub¨ªa casi tanto como yo", explica con la picarona soberbia con la que siempre acompa?a sus recuerdos como ciclista. M¨¢s tarde, el luxemburgu¨¦s vuelve a salir en la conversaci¨®n¡ ?cuando Bahamontes saca un taco de fotos para los asistentes! Las autograf¨ªa con el automatismo del que lo sigue haciendo ahora despu¨¦s de cada etapa. Aunque hace una pausa y mira la imagen, donde Gaul va a su rueda. "?Veis como siempre estaba a mi vera¡ aunque detr¨¢s!", advierte con una sonrisa.
Popularidad.
Tanto el detalle de las tarjetas como la poca modestia son trazos que esbozan la personalidad de un ciclista genial, que hubiera sido impagable en el panorama actual, y uno de los primeros ¨ªdolos de masas en el deporte espa?ol. Recibido como un h¨¦roe en Toledo tras su Tour de 1959, Bahamontes se convirti¨® en una aut¨¦ntica celebridad. "Los peri¨®dicos hicieron doble edici¨®n. Siempre fui un ciclista muy taquillero, yo era el que llenaba las cunetas en las carreras. Hasta cuando compet¨ªa en pruebas como los Seis D¨ªas de Madrid se llenaba el Palacio, y no era mi fuerte".
Y de esa figura p¨²blica se escribieron r¨ªos de tinta, algunas noticias casi surrealistas, como le recuerda Alfredo Rela?o cuando se anunci¨® que dejar¨ªa el ciclismo para pasarse al toreo: "Y llegu¨¦ a torear, hasta a¨²n guardo el traje". "Tambi¨¦n fui yo el primero en correr en bici en el Bernab¨¦u como homenaje tras ganar el Tour", rememora un ciclista que, si bien fue venerado, tambi¨¦n tuvo grandes rivalidades en Espa?a. Julio Jim¨¦nez o, sobre todo, Jes¨²s Loro?o aparecen en la charla. Con el vasco protagoniz¨® un enfrentamiento que dividi¨® a la afici¨®n al m¨¢s puro estilo Real Madrid y Barcelona. ?l, que por azares de la vida acab¨® siendo hincha azulgrana, se lo recuerda a Tom¨¢s Roncero, que se pone del lado de Loro?o para avivar la pol¨¦mica. Bahamontes entra al trapo con buen ¨¢nimo y no duda en bromear con el redactor jefe de As. "?Me explicas qu¨¦ es lo que le pasa al Madrid?", le pregunta con cierta guasa.
En lo que coinciden ambos es en su admiraci¨®n por Andr¨¦s Iniesta, del que se sabe que Albacete le dedicar¨¢ una estatua como Toledo hizo con Bahamontes. Dos figuras que, cada uno en su momento y a su modo, trascendieron lo deportivo. "Un manchego fue el primero en ganar un Tour y un manchego le dio el primer Mundial a Espa?a", afirma el exciclista.
Un Bahamontes que no duda en recordar el duro trayecto hasta el estrellato en una Espa?a que pasaba hambre y donde ¨¦l no fue ninguna excepci¨®n. "Viv¨ª la guerra de ni?o, pero una cosa as¨ª la recuerdas toda la vida. Trabaj¨¦ desde los 12 a?os en cualquier oficio que me diera dinero, tambi¨¦n en el estraperlo y tuve que esconderme varias veces de la Guardia Civil", rememora. En una de esas ocasiones, lo hizo en un arroyo de aguas estancadas: "Y pill¨¦ el tifus, se me cay¨® todo el pelo. Lo ten¨ªa liso y tras superarlo me empez¨® a crecer rizado".
Por Fede, como le llaman los m¨¢s cercanos, la conversaci¨®n no acabar¨ªa en un laberinto de an¨¦cdotas, gestas, vivencias... que producen nostalgia a los m¨¢s veteranos y asombran a los que han sabido de ¨¦l a trav¨¦s de libros y hemerotecas. ¡°?Veis qu¨¦ memoria tengo con 90 a?os?¡±, alardea mientras abandona la redacci¨®n... otra vez entre aplausos. Honores a una leyenda.